1. I did it for you

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El rencor fue un veneno que recorrió su alma entera.

La escena era sangrienta, Obanai respira hondamente con la impotencia de haber llegado tarde, sensación que aun después del desastre no desaparece.

La oscuridad no solo cubre el cielo, también su semblante que se acompaña de incredulidad ante lo que ha hecho.

 Mitsuri cierra los ojos, se encuentra herida, temblorosa, lastimada por dentro y por fuera.

Cicatrices que en ese instante en el que el terror te consume, no sabes cuando desaparecerá o si existe alguna mínima posibilidad de moverte, se mantiene inerte sin ver la desastrosa realidad.

No hay forma de retroceder el reloj o alguna manera de desvanecer ese caos en un viaje del tiempo, los estragos producidos por esas basuras que la atacaron.

 El joven Iguro luce delgado, pequeño de estatura, nadie creería que seria capaz de dañar a alguien, nadie imaginaria que ese chico de contextura tan simple es dueño de una agilidad y un aire vengativo e imparable; sin embargo nada es lo que parece, subestimaron su fuerza, su velocidad y destreza para manejar una afilada katana.

 Lastimosamente su actuar tiene graves e inexorables consecuencias.

Ella tiembla en una esquina de la pared, su ropa luce desgarrada, los moretones resaltan en su blanca piel, está en una habitación alejada de la recepción del restaurant donde normalmente laboraba en un dia que hasta hace unas horas se consideraba normal e irónicamente tranquilo.

Iguro suelta el arma homicida, la katana cae de su mano, resonando en los claros azulejos del suelo.

— Kanroji-san—La nombra, pero su voz suena totalmente diferente— Nadie volverá a hacerte daño- Murmura, y sus palabras se oyen con un extraño siseo.

El se acerca con un rostro que intenta lucir sereno, no lo consigue porque luce perturbado, con franjas grises y su traje esta entintado de carmesí. El olor metálico es intenso, hay sangre por todos lados, el piso, las paredes, las ropa casual que porta.

— ¡N-no me toques!— La mujer se envuelve en sus propios brazos y se rehúsa a confrontarlo.

Iguro observa con pose sombría la miserable condición en la que se encuentra Mitsuri.

No escatima disculpa alguna con el cielo, no esta arrepentido y no necesita la ayuda del diablo para salir de este problema.

Jamás paso por su mente utilizar una katana, ni convertirse en un experto para hacer daño a alguien, esa elegante arma es indulgente en el corte y su fin es producir heridas graves, lo sabe de antemano pero a esos seres que rebano en pedazos no merecen ser llamados humanos.

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¿Puede considerarse el juicio de los hombres, un juicio de ciegos?

Después del atentado, de aquel inolvidable agravio a una inocente mujer. El procesamiento judicial avanzo, provocando un repudio popular que fallaba estúpidamente a favor de los delincuentes.

En este retorcido mundo todo puede pasar.

Ella se entera por medio de la televisión y sus labios oro rosa sienten la temperatura mas baja, por el clima invernal.

Llueve intensamente, es una señal que faltan muchas horas para que salga el arco iris.

Esta decidida a acudir después de la sentencia.

Iberis ( RenGiyuu- Angs)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora