Historia.
Todo volvió a la normalidad hace unas semanas. Al menos, la gran mayoría.
Regresamos a casa, y estamos bien.
Hoy el pasto bajo mis pies, y el aire fresco chocando contra mi cara mientras miro a la nada me hace sentir extraña, pero no en un mal sentido.
No quiero imaginarme lo que hubiese pasado si no nos hubieran encontrado. Si siguiéramos atrapadas en esa bodega. Privadas de nuestra libertad...
Si Ymir no se hubiese puesto tan mal para dejarme ir, aún sabiendo que la matarían.
Es confuso.
Todo.
Ella, sus acciones, su mirada, su pensar. Esto que siento, no me lo explico muy bien.
Es un subir y bajar cuando pienso en ello. Por una parte, y una muy grande, le guardo rencor, porque en primer lugar ella fué la que me secuestró y otra muy pequeña, se siente agradecida de que al menos no me haya disparado cuando intenté huir.
Valoraré mi vida siempre, hoy más que nunca después de esta horrible experiencia, y sin duda, tendré más cuidado la próxima vez que me vuelva a encontrar, con la linda sonrisa de otra pecosa.
【♥︎】
Annie.
Parte de mi aún recuerda todo lo sucedido aunque ya no lo quiera hacer. Sé que no olvidaré jamás todo esto, pero detesto estar tranquila por momentos y recordarlo.
Hoy desperté, abracé a mi padre, dijo que me amaba, y salimos a cenar.
Me sentí temerosa durante el viaje, hasta que regresamos a casa y cerramos todo.
Si, parte de mi tiene miedo.
Miedo a que todo vuelva a ocurrir, miedo de volver a desaparecer, y miedo de pensar que esta vez no correré tanta suerte como la primera vez, que también, espero sea la última.
Abrí los ojos dándome cuenta de que estoy viva y eso ya es mucho. Abracé a mi padre, me dijo que me amaba y yo lo amo a él también. Salimos a cenar de nuevo, como pocas veces lo hacíamos y pidió mis favoritas. No volveré a quejarme de la comida jamás...Llegué a casa.
Llegué a casa.
Estoy viva, estoy bien.
【♣︎】
Narrador.
Han sido unos meses agotadores, especialmente de forma emocional, pero pensar que poco a poco volverán a tener la vida que tenían antes les da fuerza.
Relativamente las cosas son normales, al menos todo dentro de la rutina de Annie. Retomó sus clases, sus entrenamientos y sus pasatiempos, pues, la verdad no quería estancarse pensando en todo lo ocurrido.
Esa noche pintó hasta tarde como hace mucho no lo hacía y su padre subió al cuarto.
Al ver que Annie aún no dormía la regañó, y Annie a regañadientes dejó todo y se metió a la cama.
—Seguirás con eso después.— Miró su cuadro.— Además, estabas pintado en la obscuridadad.—Reprochó.—Te harás daño en los ojos un día.
—Está bien, papá.—Suspiró.
—Descansa.— Dijo su padre, con una sonrisa.— Te amo.
—Descansa...Yo también te amo.
Antes de salir, la miró acusatorio.
—Oye.—La señaló.—Y que ni se te ocurra volver a salir.
Annie rodó los ojos y maldijo en bajo mientras el hombre reía.
—Ya entendí, papá. No lo haré.
Cerró la puerta, y cerró los ojos, unas horas al menos.
A eso de las 12 y algo, le llegó un mensaje y con pereza lo revisó. Era un mensaje normal de uno de sus compañeros de entrenamiento, así que lo ignoró.
Se acomodó de nuevo en la cama, pero de nuevo otro mensaje entró y con mal humor lo revisó. Tardó un poco para que sus ojos se ajusten a la obscuridad y el intenso brillo del celular.
El número no estaba registrado, y tampoco tenía foto.
Se frotó el ojo, extrañada.
Abrió el chat.
—Te vez hermosa mientras duermes. :)
Soltó el teléfono con espanto y se levantó de la cama.
—Muy hermosa...
No.
Esto no.
No puede ser.
Lo tomó entre sus manos temblorosas y las lágrimas le recorrieron las mejillas.
El chat le envió una foto que tardó en cargar, pero cuando lo hizo, se sintió desmayar.
Era una foto de ella, de Annie, solo que de espaldas y en su habitación, con la misma pijama que tenía...justo ahora.
Miró hacia atrás. Ahí solo estaba el armario cerrado, pero con las persianas levemente abiertas, de igual forma, siendo de noche, no es como que se pueda ver mucho con claridad, que hay ahí adentro.
Quién, está ahí adentro...
Dejó el celular.
—Sal de ahí.
Silencio.
—¡Sal de ahí!— Ordenó Annie, con las manos hecha puño.— ¡Sé que estás ahí!
Las puertas del armario poco a poco comenzaron a abrirse, y de entre la obscuridad, comenzó a asomarse una gran silueta que a paso lento caminóhasta ella, con unos intensos, y por desgracia, ya conocidos
ojos grises...
¿Fin?