Ymir.
—Callate...
Exigió asustada, mientras se llevaba las manos a la cabeza y las bajó por su cara para limpiar el sudor que corría por su cara llena de terror.
—¡Callate ya!
Historia continuó llorando mientras se tapaba el ojo con la mano.
La había herido. Le había alzado la mano y la golpeó en uno de sus tantos impulsos de ira por intentar escapar de nuevo, y ahora la chica rubia tenía el ojo morado y no dejaba de llorar.
Dañó mercancía importante y eso le costaría muy caro.
—Tú te lo buscaste.—Murmuró la morena, mientras la tomaba del brazo y la hacía verla.— ¡Te dije que no intentaras correr, y es lo primero que haces!
Historia la miró a los ojos e Ymir no pudo evitar perderse un rato en ellos, pero sin dejarla de tomar por el brazo. Eran grandes, y expresivos. Azules, muy hermosos. En esos momentos, cristalizados y brillosos por el llanto.
—Perdón...
La miró algo asombrada mientras la rubia bajaba la cabeza.
—Perdóname por hacerte enojar...
Ymir calló.
—Yo...
Suspiró, y la dejó en paz. En el motel donde estaban era barato, de poca seguridad, y donde no había cámaras, que era lo que menos necesitaba ahora, pero eso si, había una bañera muy buena en la habitación.
—Tomaremos un baño.— Le quitó la mano del ojo.— y después, veré como te curo o como disimulamos el golpe.
Historia se limpió las lágrimas y la siguió, algo nerviosa.
La morena comenzó a quitarse la ropa y se metió a la tina sin mucha pena. Historia la miró de reojo, y ella hizo lo mismo, pero muerta de vergüenza. Miró la tina y notó que...era algo chica para ambas.
Ymir se enderezó, y se recargó lo más que pudo para que Historia entrara con ella.
Podrían entrar de una en una y ya pero...que aburrido, y mentirian si dijeran que la vista era mala, así que, sin más, Historia se adentró en la tina sobre Ymir. La piel de la morena era tibia y algo placentera de sentir en su espalda. Era muy suave, apesar de que la mayoría de su cuerpo estaba herido, o con una que otra cicatriz, algunas leves y otras no tanto.
—¿Te duelen? —Murmuró.
La morena negó. Ya tenían algo de tiempo, y por fortuna, ya no dolían en el cuerpo. Sólo en la mente, que era lo jodido, pero podría ser peor.
Hubo algo de silencio unos minutos, e Historia no volvió a hablar después.
La morena se preguntaba internamente a que se debía el comportamiento de la chica, ¿Por qué le intenta hacer platica a su secuestradora? Después de uir, y volver a hacer lo mismo una y otra vez.
Sabe que le gritará porque no tiene control sobre si misma. Sabe que es peligrosa e impredecible, pero allá va de nuevo. Aunque aveces desearía dejar de ser...Un poco menos ella.
Después de todo...Si Ymir estuviera en su lugar, haría lo mismo que ella, o no, porque Ymir no tenía una vida buena como ella, y nadie la esperaba en casa. Su instinto de querer correr hacia su hogar no era en vano. Vivía bien hasta que llegó Ymir a arrebatarlo, como si su vida valiera más que la de ella, y no era cierto...su vida no valía nada.
—Me apuñalaron...
Historia giró la cabeza cuando la escuchó.
—Vendía droga a los...16 años, creo. Unos tipos llegaron. No querían pagarme y me terminaron apuñalando.