12 - No puede decirle que no al chisme

127 16 0
                                    

Kirishima Eijirō.

Luego de haberme reencontrado con Kev, y de disculparme con la señora por pisar sus flores, volví a mi casa.

Y, al igual que en los últimos dias: la suerte no estaba de mi lado; había olvidado mis llaves o tal vez las perdí. Mire mi celular para ver la hora dándome cuenta de que mi madre volvería de trabajar así que entre a su chat y le mande unos mensajes.

Primero me disculpe por haber desaparecido la mañana y parte del medio día explicándole donde estaba y que iba a sorprenderse al ver mi pelo al llegar a casa; a lo que ella contestó que no pasaban nada y entendía mi razón para cambiar mi look pero le desepciono que no lo consultase o lo hablará con ella antes pero que le emocionaba la idea de llegar a casa y verme. Seguimos hablando un poco más hasta que escuche ruidos a unos pasos de donde estaba.

─Aléjate de el. ─ordenó una de las dos voces. Logré acercarme lo posible para poder escuchar mejor pero seguía sin asomarme por miedo a que me vean y arruinar mi oportunidad de escuchar su conversación─. Y no lo repetiré de nuevo.

─Al parecer volviste a esa faceta tuya, eh ─se burló el otro─. Debo decir que la extrañe un poco. Quizás debamos festejar como en los viejos tiempos por esto ¿no crees?.

─No necesito nada de toda esa mierda y menos si viene de ti ─pronunció con asco haciendo un énfasis en las últimas palabras.

No podía dejar de pensar en lo conocidas y familiares que se me hacían esas dos voces, pero nunca fui bueno adivinando y este caso no era la excepción. Tal vez si podía asomarme un poco.. tan solo un poquito..

─¿Ei? ¿Qué haces espiando a los vecinos? ─me sorprendió mi madre, al voltear vi que iba vestida con su uniforme de enfermera color blanco con bordes azules que solía usar para trabajar─ ¿los Todoroki volvieron a pelear? ─volvió a preguntar, esta vez acercándose a mi.

─No, no, solo me pareció escuchar a alguien. Vamos a adentro, ya es tarde.

Una vez adentro mi madre no paro de llenarme con preguntas sobre dónde me había hecho lo del pelo y si les pedí su número porque le encantó como me dejaron y se propuso darse una vuelta por ahí a hacerse algunos retoques.

Claro que también le comenté sobre mi pequeña pero importante discusión con Blasty. Mi madre y yo no teníamos secretos. A los 12 o 13 años, cuando me di cuenta de que en verdad me gustaban los hombres, ella fue la primera en enterarse y fue ella quien me regalo la bandera del orgullo que teniq pegada en la puerta de mi habitación. Y como dije, no teníamos secretos. Si alguno de los dos tenía problemas no los contábamos y juntos tratábamos de encontrar alguna solución.

─Quizás solo este celoso ─dijo cuando termine de contarle todo─. Debes admitir que no haz dejado de hablar de ese muchacho desde que lo viste pasar por la calle aquel día que se mudo. Antes de él, Katsuki era el único chico en tu vida, Eiji.

Bueno.. tal vez tenía algo razón.

─¿Tú crees?

─Sí. Es más, estoy muy segura de que ahora mismo debe estar arrepintiendose de todo ─me aseguró─, pero como los dos son unos cabezotas y no darán el brazo a torcer seguro anden distanciados unos días hasta que las cosas se calmen un poco.

Okay, viendo las cosas de esa manera tenía razón. Blasty ha sido mi único mejor amigo desde.. desde siempre, tal vez solo esta siendo como un hermano sobreprotector con todo esto. Sí, seguro es eso.

─¡Tienes razón! ─sonreí─. Iré a mi habitación, debo terminar algunos trabajos para mañana o la profesora de matemática me matará.

Después de esa conversación pasé lo que quedaba del día haciendo ─o al menos intentando─ terminar los trabajos que había dejado mi profesora. Pero luego de unos minutos me rendí y decidí bajar a comer un poco, al parecer había pedido la noción del tiempo repazando los apuntes que Kaminari había hecho con Shinsō ya que al mirar por la ventana solo vi a la luna y las estrellas.

No vi a mi madre en la cocina o en la sala asi que supuse que ya se había acostado. Saque las cosas necesarias para prepararme una ensalada sencilla e irme de nuevo a mi pieza, esta vez para dormir.

Y aunque intentaba, mi cabeza no dejaba de repasar una y otra vez la conversación que escuché esta mañana; había muchas cosas que no entendía pero después de todo no era tema mío así que volvía a dejar eso a un lado.

Al terminar de picar la lechuga, la zanahoria, los tomates y la cebolla puse todo en un mismo recipiente y lo condimente a mi gusto. Ya eran casi las tres de la madrugada, por lo cual debía apurarme a acostarme o no llegaría a descansar bien.

Cuando al fin pude encontrar una posición cómoda donde todo mi cuerpo estaba en paz y relajado, y cuando al fin sentía que podía dormirme un mensaje hizo que mi teléfono sonará haciendo que me levantase. Me lamente no haber puesto el teléfono en silencio antes de acostarme pero al ver que era Sero lo tome y abrí el chat si pensarlo dos veces.

Es que, a ver, Sero no era de esos que mandan mensajes a las casi cuatro de la madrugada solo porque si ¿okay? miren si al pobre chico le pasaba algo y yo fui la única persona a la cual se le ocurrio mandar un mensaje antes de que se le apague el celular para pasarlo a buscar de una situación de vida o muerte.. bueno quizás eso no este pasando ¡pero igual podría ser algo serio!.

«Sal. De. Tu. Casa. ¡Ahora!.»

Miedo. Eso fue lo que sentí, después pánico y, por último, curiosidad así que sí, salí a ver que es lo que pasaba. Porque para mandar un mensaje así seguido de varios signos de explicación debe ser alto importante.

Y no puedo decirle que no al chisme ¿de qué hablaría mañana a la mañana con mi madre sino?.

Baje las escaleras lo más despacio y silencioso que pude y abrí la puerta encontrándome con un pelinegro agitado y todo sudado en mi patio delantero.

I'm not a perfect person - KiriBakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora