CAPÍTULO 4: El verdadero monstruo

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¡Hola lector@s!

Sé que hace bastante que no actualizo, pero he estado suuuper ocupada estas fiestas. A partir de hoy, volvemos a lo de antes, actualizaciones cada viernes. Así que, como prometí, aquí tenéis otro capítulo de Asthor, El Planeta Escondido. 

Espero que os esté gustandoooooooooo. Muchísimas gracias por todo vuestro apoyo. 

Bueno, no os entretengo más, a leeeeeeer...

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Isabella

La sala de armas de la nave es el único lugar que, irónicamente, me tranquiliza. No puedo dejar de pensar en todo lo que ha podido pasar durante este mes, de hecho, ni siquiera sé si Lewis está vivo. Mi último recuerdo de él revolotea por mi mente una y otra vez: escuchar su voz a través de la radio de nuestra nave, mientras que él se sacrificaba por mí, abalanzándose sobre las demás naves de La Liga, dispuesto a morir en el intento.

Nos vemos pronto, sexy.

Intento sacar esas palabras de mi corazón, de hecho, llevo intentando sacarle a él des del primer momento en que le vi. Bueno, puede que unas semanas después de conocerle, ya que al principio no me cayó demasiado bien que digamos. La cuestión es, esos estúpidos ojos color café se han acomodado en mis recuerdos, como una plaga imposible de exterminar.

- Pensaba que el plan era ir a rescatar a Kesha, no morir de viejos en el intento. - comenta una voz aguda desde la puerta.

Al darme la vuelta, una sonrisa cálida y sincera muy propia de Clyn me da la bienvenida. Lleva puesto un vestido negro de cuero sin mangas que deja al descubierto toda la zona de sus hombros. Le queda verdaderamente bien, como todo lo que se pone. El vestido le llega por debajo del culo y, bajo este, se encuentra un tiracuello del que cuelgan una pistola y un par de cuchillos. Su voluminoso pelo color morado está perfectamente atado en una coleta alta que descubre las facciones de su rostro, remarcadas por el maquillaje oscuro entorno sus ojos.

- Perdón, es que toda esta situación me pone nerviosa. - me excuso bajando la cabeza antes de volverme a girar hacia el espejo frente a mí.

- Se nota. - murmura señalando sus ojos para indicarme que los míos se han teñido de color violeta.

- Además, me he quedado sin ropa porque una señora ha decidido no hacer su parte de tareas... - comento sacándole una sonrisa mucho más amplia que la anterior.

- Eso tiene fácil solución. - murmura lanzándome una falda de cuero de su parte del armario junto con un top del mismo material.

- Clyn, ¿estás loca? No puedo ir así, se me va a ver todo. - murmuro poniendo los ojos en blanco ante su guiño de ojo.

- Bueno, si prefieres ir desnuda... - susurra sabiendo que voy a tener que ponerme ese conjunto si o sí.

- Te odio.

- Yo también te quiero, guarra. - contesta antes de darme una palmada en el culo y desaparecer con dos metralletas.

Cuando la puerta vuelve a cerrarse, un escalofrío recorre por todo mi cuerpo y, simultáneamente, una gran placa de hielo empieza a extenderse bajo mis pies sin ninguna clase de explicación. Intento mantener la calma, pero entre la ropa, los poderes y esos ojos color café que me observan desde mis recuerdos, no soy capaz. El simple pensamiento de que hoy puede ser que le vea, estremece cada pequeña parte de mi cuerpo, aumentando la superficie de hielo en la habitación y subiendo la temperatura unos diez grados. Sin embargo, no tengo tiempo para tantas distracciones, ya que en cualquier momento, la nave aterrizará sobre uno de los bosques más densos de Bialya y tendremos que poner en práctica nuestro plan.

ASTHOR, EL PLANETA ESCONDIDO #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora