《Nuevo papi》

264 14 2
                                    

| Victoria |

La noche en la casa cayó y como lo había dicho antes: él será mío.

Mi deporte favorito desde hace mucho tiempo era pervertir a los hombres, me fascina comertirlos en mis trofeos. Como el gato y el ratón disfruto de los juegos previos, me divierte verlos ilusionados, con ese brillo tan característico en sus ojos y esas sonrisas coquetas, si hay algo que a mi corta edad he a prendido es que los hombres no saben disimular. Pero con Heath, todo era diferente.

Una blusa sin sosten y un diminuto short era lo ideal para esa noche. El baño de agua caliente había encendido en mi la necesidad de algo más que unos besos en la cocina, yo quiero más que eso.

Camine por el pasillo en silencio gasta llegar a la habitación de mi hombre, con suavidad abrí su puerta adentrandome sin mas. La habitación estabá en completa oscuridad, su cama estaba destendida, las ventas abiertas y justo en ese momento salia del baño un Heath con el cabello humedo y una toalla en su cintura, ocultando mi mayor deseo.

—¿Victoria?— preguntó sorprendido de encontrarme ahí.

—hola, mi amor— lleve las manos a la cerradura colocando el seguro, no acepto las interrupciones esta noche —¿me estabás esperando?— lo mire de arriba a abajo.

—Victoria, por favor— de nuevo esa cara de cachorrito regañado —aquí no—

—¿entonces donde Heath? Yo no puedo esperar más— me acerque a él lentamente, como una cazadora viendo a su presa —te necesito— pegué mi pecho y con mis manos acaricie su cabello humedo —¿por qué eres tan cruel conmigo?— pregunté asiendo un pucheró —¿acaso no me quieres?— pegue mis labios a su mentón, él mientras tanto cerró los ojos con satisfacción.

—Victoria te amo— bese su mejilla llevando mis manos a la toalla
—entonces dejame corresponderte de una mejor manera— y sin más deje caer la toalla al piso.

Mire con atención su cuerpo desnudo y lo maravilloso que era. Su piel palida, los lunares adornando su piel junto con sus cicatrices, todo en él era maravilloso.

Acaricie su abdomen pasando por su pecho hasta llegar a su amigo el cual tome con mi mano derecha sin pena alguna. Besé sus labios recibiendolos con necedidad y un pequeño gemido de su parte en el momento en el que mi mano comenzó a masturbarlo de arriba a abajo.

—te necesito muñeca— expresó sin aliento en el momento que dejó de besarme.

Camine junto con él de espaldas hasta llegar a la cama donde lo deje caer con un suave empujón. Yo moví mis caderas de un lado a otro mientras subía mi blusa sin llegar a mostrar mis pechos, solo provocandolo. Sin más quite esa prenda quedando en mi pequeño short el cual tambien dessparecio.

—eres preciosa— dijó mirandome con deseo, sonreí por el comentario.

Me subí a la cama y él me tomo en el acto sentandome sobre el. Yo moví mis caderas sintiendo el delicioso pedazo de carne debajó mio. Sus manos no perdieron tiempo en posarse en mis senos, sus manos tan masculinas se movían de arriba a abajo, de un lado a otro, era tan placentero que no podía dejar de moverme sobre él. 

Me incline un sobre su pecho dando pase libre para bajar la última prenda que cubría mi cuerpo.

—después de esto todo será diferente entre tu y yo pequeña— murmuró en el momento en que me levanto antes de enterrarse en mi.

—es lo que más he deseado durante los últimos tres años— deje un suave beso en sus labios —ser tuya completamente— y sin más esa fue una de las mejores noches de mi vida.

𝑩 𝑳 𝑼 𝑬 | 𝐇𝐞𝐚𝐭𝐡 𝐋𝐞𝐝𝐠𝐞𝐫 One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora