《Nuevo Papi》

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|Victoria|

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|Victoria|

Después de aquel suceso nadie mencionó nada. Los días fueron pasando y yo realmente quería llegar más lejos, adoraba el repentino cambio que surgió en casa. Heath era mucho más dulce conmigo y yo, bueno, no desaprovecha la oportunidad.

En la mañana del Domingo como de costumbre el se encontraba preparando el desayuno y fue ahí donde surgió una situación que tiempo después se convertirá en mi favorita.

Mi madre ya había regresado de su "viaje" ahora la casa ya no estaba totalmente sola, ya no eramos Heath y yo, ahora mi horrenda madre estaba en medio de ambos. Yo había comenzado a sentir cierto rechazo hacia ella y con el paso de los días a ido en aumento. Baje las escaleras a paso lento mis senos se movían rítmicamente debajo de mi blusa cada vez que bajaba un escalón. Al acercarme a la cocina miré a Heath de espaldas a mi, una enorme sonrisa se forma en mi rostro.

Me acerqué a él suavemente y sin llamar su atención llegue hasta el para abrazarlo por la espalda esto provocó un ligero salto en el.

-buenos dias- susurre en su oído
-buenos días Victoria-
-¿qué tal tu noche?- pregunte mientras daba pequeños besos detrás de su odio, pude sentir un pequeño escalofrío de parte suya
-tranquila- respondió sin más. Yo continué con mis besos y comencé un recorrido desde detrás de su cuello hasta su hombro. Dejaba besos húmedos y esto era más fácil ya que el llevaba el torso desnudo, una vez terminado mi recorrido dejé una suave mordida en un hombro.

-Victoria para- me dijo con la voz baja
-¿qué? ¿Acaso no te gustan mis muestras de cariño hacia ti?- recargue mi mentón en su hombro
-¿tu las consideras muestras de cariño?- pregunto con ironía
-¡por supuesto!- exclame y con mi mano acaricie su dorso, mi mano subía y baja suavemente, primero fueron mis uñas las que dejan rasguños en él, después la punta de mis dedos, comencé mi trayecto desde su pecho bajan lentamente y cuando llegué a su V me mantuve ahí.

-¡Victoria basta! Tu madre está arriba y no tarda en bajar- pronunció de nuevo pero jamás detuvo mis manos
-es más divertido, ¿no crees?- susurre en su odio para después morder el lobuló de este.

Mi mano se adentró en su pijama, tomé su miembro y comencé a jugar con el. En un inicio Heath se sorprendió bastante, pues su cara lo decía todo, más nunca me detuvo. Continúe con un vaivén rítmico y trataba de hacerlo suave.

-¿quieres que me detenga?- susurre de manera sensual en su odio
-¡diablos no!- exclamó y se sujetó con las dos manos de la mesa. Yo me pegue a el y deje mi cabeza reposar en su espalda miestras que mi mano hacia su trabajo. Heath soltaba pequeños suspiros, los cuales llevaban mi nombre y un pequeño no pares.

Pero todo esto llegó a un final cuando escuché los peresos pasos de mi madre bajando las escaleras con la intención de acercarse a nosotros. Sin más saque mi mano de los pantalones de Heath y antes de que mi madre entrara a la cocina le dije al odio:

-esta noche será todo menos tranquila- y dejó un suave beso en sus labios. Para cuando llegue a la puerta de la cocina mi madre entraba y yo solía con una sonrisa juguetona en mi rostro.

𝑩 𝑳 𝑼 𝑬 | 𝐇𝐞𝐚𝐭𝐡 𝐋𝐞𝐝𝐠𝐞𝐫 One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora