Podía sentir como mi corazón se paralizaba cada vez que veía las luces de mi calle más cerca, mientras Vincenzo aceleraba el paso y yo me imaginaba mi próximo castigo.
Detente, esta es mi casa.
Pensé que quedaba más lejos, vaya afortunada de vivir cerca del Green Lake.
¡Ese no es el tema! ¿Qué le diré a mi madre por llegar tan tarde a casa? -La voz gruesa de Vincenzo me interrumpió.
Tengo todo bajo control.
Toqué el timbre con miedo y pude ver cómo mi madre estaba enojada pero algo cambió en su expresión al ver a Vincenzo. Mierda, ahora tendré que prepararme para las preguntas de mamá "¿Es tu novio?" "¿Cómo se conocieron?" "¡Mi mariposita ahora tiene novio!"Nunca he entendido porque los padres se desgastan en hacer eso cuando es realmente incómodo.
¡Hazel, por fin llegas! Disculpa ¿Eres amigo de mi hija? -Mi madre abrió la reja de una manera extrañada.
Si señora, soy Vincenzo. Su hija se había caído mientras jugábamos en el bosque, la ayudé y nos tardamos en llegar por el dolor que sentía su hija. Discúlpenos, pero Hazel se encuentra bien. No fue nada grave, sólo fue un rasguño. -Sonrío levemente.
Pintor gruñón, maestro del engaño.
¡Lo siento hija, me había asustado! Vincenzo, quédate a cenar ¿Sí? Preparé Fetuccini. Espero te gusten.
Me encanta la idea señora, muchas gracias.
Gracias por la cena, chillona -Susurró en mi oído, mis mejillas se empezaron a sonrojar mientras entramos a mi casa.
Bienvenido Vincenzo, el baño está en el segundo piso, vayan a lavarse las manos. ¿Me ayudarías a poner la mesa, Hazel?
Claro mamá. -Contesté desde el baño, saliendo mientras Vincenzo seguía lavándose sus manos.
Bajé las escaleras, ayudé a mi madre a poner los cubiertos y ella me toca por detrás.
Mariposita, nunca habías traído a ese chico antes. ¿Es un amigo nuevo de la preparatoria? Es bastante guapo.
¡Mamá! Es un amigo nuevo, lo conocí este año y llegó este año a la clase. -El rojo de mis mejillas estaba latente y escuché los pasos de Vincenzo por la escalera.
¿Las ayudo en algo?
Sí, lleva estos platos por favor. -Le pasé lo que faltaba por poner en la mesa y me senté con el Pintor gruñón mientras mi mamá servía el Fetuccini.
¡Espero les guste!
Estábamos comiendo tranquilamente, en absoluto silencio y mi madre nunca fue la típica persona callada y tímida. Ese silencio que fue tan relajante para mí, se quebró gracias a ella.
¿Vives por aquí Vincenzo? -preguntó mi madre.- Hazel nunca ha traído amigos a casa, solo trae a una chica. ¿Y tú? ¿Hace cuánto vives en Berlín?
Me vine a Berlín hace 10 años, tengo 17.
¿Cómo? Hazel me dijo que eras nuevo en la preparatoria pero no que eras de otra ciudad. ¿De qué lugar eres? ¿Eres Alemán?
¡Mamá! Perdona Vincenzo -Interrumpida.-
Hazel, no tiene nada de malo. -Guiñó el ojo.
No señora, yo soy italiano. Nací en Roma
¡Que bello país! ¿Te gusta Alemania?
Si señora, es lindo.
Vincenzo, ya son las 12 ¿Deberías irte a casa, no? -Reí un poco nerviosa ya que tenía miedo de que mamá hiciera una pregunta incómoda.
¡Hazel! No se echan las visitas, perdona chico. Pero es bastante tarde ¿Llamarías a tus padres para que vengan por ti?
No se preocupe señora, vivo cerca. Muchas gracias por la cena, le ayudaré a levantar los platos.
Gracias, muy amable Vincenzo.
Estaba más calmada, no pasó nada incómodo pero había algo que me sorprendía ¿Los Pasquarelli eran italianos? Vaya, interesante. ¿Pero por qué Oliver nunca dijo eso si amaba destacar todo lo que hacía o decía? Terminamos de ordenar todo, se despide de mi madre y lo acompaño hasta la puerta.
Gracias por la salvada, espero te haya gustado la comida. -Sonreí levemente, levanté mi cabeza y vi las estrellas en el cielo, se veía realmente hermoso pero mis pensamientos fueron interrumpidos por la elegante voz de Vincenzo.-
Hazel ¿Puedo preguntarte algunas cosas?
-Claro, cuéntame
Bajé la cabeza y me dirigí a ver su cabeza pensante ¿Primera pregunta?
¿Tienes padre?
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Parte de ti
Teen FictionHazel Schulz está cansada de otro año nuevo en la preparatoria, hasta que este año, lo que era monótono se volvió un país de las maravillas con la llegada de un artista lo cambió todo. Vincenzo Pasquarelli no esperaba este cambio, esta nueva impresi...