Prólogo

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Han pasado ya... ¿unos 8 años? Wow, el tiempo avanza volando cuando te lleva la cachetada.

Es hora de ponerlos un poco al tanto con las cosas que pasaron en mi vida en este tiempo.

En 2020 llegó la tan odiada pandemia del covicho, pude esquivarlo hasta marzo de 2021, cuando me contagié yendo a comprar pan a dos cuadras de casa. La gente estaba amontonada, un flaco sin barbijo tosió en el almacen, volví a casa y me bañé en alcohol, pero igual a la semana y media empecé a notar los síntomas. Fue muy curioso, porque me levanté a la mañana para desayunar un té con un alfajor de maicena, me quejé con mi vieja diciendo que el alfajor no tenía gusto, ella me miró con espanto y nos encerró a Fiorella y a mí en mi pieza.

Fiorella sólo estaba cansada y sin olfato, yo perdí el gusto, el olfato, andaba moqueando y sentía que me iba a morir en cualquier momento, aunque Fiorella me decía que tal vez estaba exagerando un poco. Cuando recuperé el gusto quise pegarme un tiro, ya que le sentía gusto feo a las cosas. La menta me sabía al Raid para las cucarachas, las frutas a perfume para la ropa...

Y las milanesas... ay dios mío... sufrí tanto por una milanesa que mi hermano se comió en el pasado, y estuve casi un año y medio sin poder comerlas porque les sentía gusto a podrido.

A principios de 2022 saludé a Beatriz por año nuevo, ella me comentó que estaba aislada por un contacto estrecho con un positivo, pero un par de días después dejó de contestar mis mensajes. Intenté de todo para contactarla nuevamente, pero no tenía ninguna de sus otras redes sociales, mucho menos el número de alguna de sus amistades o familiares. No pude pedirle ayuda a Claudia debido a que se mudó un tiempo atrás, Perla me dijo que ya no eran amigas hace bastante tiempo, y a Darío no iba a preguntarle ni a palo, así que perdí todo rastro de ella.

A partir de ese momento todo se fue cuesta abajo en mi vida. Hubo algunos momentos de felicidad, pero la mayoría fueron bastante pequeños a comparación de los malos.

Mis viejos se separaron, Lautaro se independizó, mi relación con Fiorella comenzó a ser bastante tóxica, algunas de mis amistades se mudaron bastante lejos y no volví a saber de ellos, entre otras cosas que si sigo recordando voy a terminar llorando. Me sentí solo durante muchísimos de esos momentos, y extrañaba tener el apoyo de Beatriz, que me mande un mensaje subiéndome el ánimo a las puteadas como siempre solía hacer, o simplemente que me dijera que me extrañaba.

Pero hey, al menos tenía mi bajo todavía.

Practiqué durate muchísimo tiempo y ahora me va bastante... decente, digamos. Actualmente estoy trabajando como bajista en restaurantes y bares con shows en vivo, y si bien a veces tengo que hacer varios shows por día para poder llegar a fin de mes, al menos disfruto hacerlo. Conocí a mucha gente interesante ahí, entre ellos algunos chicos a los que les gustaría formar una banda de rock conmigo.

Y hablando de trabajo, en un rato debo irme a trabajar, les seguiré contando algunas cosas en el camino, así que vengan conmigo a conocer el día a día de mi nueva vida.

Un Cliché a la Inversa 2: Casi SúperestrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora