- Kiraz, es hora de dormir - ordenó Serkan, se sentía en extremo cansado y poner a dormir a su malhumorada hija de seis años se estaba convirtiendo en todo un desafío.
- ¡No quiero! Quiero cuidar de Alp - pataleó Kiraz cruzando los brazos, estaba convencida de que su pequeño hermano la necesitaba.
- Cariño - Serkan se agachó a su altura. - Alp pasará toda la noche dormido y debemos descansar, mañana podrás cuidarlo todo lo que quieras - prometió. - Mamá está muy cansada y no podrá descansar si sabe que no estás calentita en tu cama durmiendo - esperaba que sus palabras funcionaran, incluso pensaba en utilizar el soborno del helado, pero solo como última opción.
- Prometes que mañana podré cuidarlo - pidió en un susurro Kiraz, de todos modos ya tenía sueño. - se encogió de hombros. - Lo prometo - aseguró Serkan aliviado.
- ¿Me contarás un cuento antes de dormir? - Serkan no pudo decirle que no, él le había hecho la promesa de siempre estar para ella y era una que pensaba cumplir. - Por supuesto aunque será uno corto. - le dijo.
Pasó los siguientes quince minutos contándole un cuento a su hija, Kiraz se durmió en los primeros diez, su pequeña al igual que todos en la familia estaban agotados por el día lleno de emociones que tuvieron hoy. Se aseguró que estuviera cubierta por la manta y salió de la habitación.
Serkan caminó hasta su casa en la finca de los Bolat deseando estar en su nuevo hogar, pero el nacimiento de su hijo los tomó por sorpresa haciendo imposible que sus planes resultarán tal como los imaginó, si lo pensaba bien, no fue exactamente una sorpresa, desde que conoció a su esposa, nada en su vida había resultado según sus planes y gracias a eso ahora tenía una hermosa familia.
Entró en su casa sin hacer ruido, en caso de que Alp estuviese dormido, se recostó del umbral de la puerta de la habitación deleitándose con la escena frente a él que le robó el aliento.
Eda caminaba de un lado a otro con Alp en brazos mientras tarareaba una suave melodía, completamente embelesada mirando a su bebé no se dio cuenta de la presencia de su esposo.
Serkan se acercó a ellos y el sonido de sus pasos alertaron a Eda quien alzó su cabeza al escuchar el sonido, al verlo le sonrió y el corazón de Serkan estuvo a punto de reventar. La abrazó por detrás y la rodeó con los brazos debajo de los suyos para sostener juntos a su hijo.
Observaron en silencio al bebé dormido, completamente enamorados del nuevo integrante de su pequeña familia, uno que hicieron juntos y que esta vez tendrían la oportunidad de verlo crecer juntos desde el principio.
- ¿Kiraz?- le preguntó Eda luego de un tiempo. - Dormida.- respondió distraído. - Deberías estar sentada, estás agotada - Serkan estaba preocupado, ella no parecía querer parar. - Shuuuu, no arruines el momento - se quejó Eda, era cierto que se sentía agotada, pero el bebé entre sus brazos le daba fuerzas, su precioso hijo, aún no podía dar crédito de todo lo que habían pasado para tenerlo finalmente cómodo y a salvo entre sus brazos.
- Eda, tanto el doctor como los libros que leí dicen que debes aprovechar cuando está dormido para descansar. - la energía de su esposa estaba empezando a ponerlo nervioso. - El doctor y tus libros pueden decir lo que quieran, ya he hecho esto antes - recalcó ella. - Bebé has tenido un día difícil, acabas de dar a luz, lüften, no discutas conmigo, descansa - le rogó Serkan, Eda podía negarlo, pero sabía que si no se acostaba pronto terminaría desmayándose.
Escuchó el fuerte suspiro en señal de derrota - Bien, solo un segundo más - pidió sin apartar la vista de Alp - Es tan hermoso - le dijo Eda. - Él lo es, se parece a ti y a Kiraz. - Serkan siempre imaginó a sus hijos iguales a ella, y ambos lo eran.
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One Shots EdSer
FanfictionSerkan y Eda Yildiz Bolat cumplieron sus sueños, están casados y tienen dos hijos... Estos son pequeños momentos de la familia más hermosa de diziland.