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Promesa de una vida.

Siento unos brazos tomarme del asiento de copiloto y en cuanto estoy cerca de la persona reconozco la colonia de Chase haciendo que rodee con mis brazos su cuello

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Siento unos brazos tomarme del asiento de copiloto y en cuanto estoy cerca de la persona reconozco la colonia de Chase haciendo que rodee con mis brazos su cuello. Al recordar todo lo que sucedió hace un tiempo, un escalofrío me recorre por todo el cuerpo, haciéndome abrir los ojos de poco a poco.

Noto que estamos en el lobby de mi apartamento y Chase conversa con Mike el portero.

― Chase.

― ¿Ya estás despierta, copo?

― ¿Señorita, usted conocé a este joven?― Indaga Mike.

Volteó mi cara y me percató de lo raro que se ve la situación. Siento mi cara volverse cómo un tomate.

― Bájame, por favor.― Le susurro a Chase.

Después de querer que la tierra me tragara por completo me volteo y veo a Mike aún esperando una respuesta.

― Si lo conozco, Mike, es un ¿Amigo? No te preocupes. Que tengas una linda noche o madrugada.― Le digo con una sonrisa en mi cara.

Tomo de la mano de Chase haciendo que comience a caminar hacía el elevador, escucho a Mike responder con un igualmente mientras las puertas se cierran.

Me cubro la cara con las manos tratando de olvidar la situación y la vergüenza que acabo de sufrir. Una risa ronca hace que quite las manos de mi cara y la levanté.

Veo a Chase reír haciendo que yo haga lo mismo. Debo admitir que ahora se me hace gracioso, pero mañana no querré ver a los ojos a Mike. Llegamos al nivel en el que se encuentra mi apartamento y camino directo a él doscientos veintinueve.

Enfrente de mi puerta busco la llave en mi jeans, al encontrarla abro rápidamente la puerta y veo a Chase.

― ¿Quieres entrar? Tengo un botiquín de primeros auxilios y por lo visto tus nudillos necesitan al menos limpiarlos o podrían infectarse.

Él asiente a lo que le doy paso hacía mí hogar. Le digo que tome asiento en el sofá mientras yo voy por el botiquín. Voy a mi baño y busco en los cajones de almacenamiento. Al ya tenerlo en mis manos regreso con el botiquín hasta dónde está Chase.

Él está sentado en el sofá viendo hacía la repisa dónde tengo unas cuantas imágenes y acariciando a Thunder que no tardó tanto en encariñarse con Chase. Al llegar me siento en la mesa de centro para estar en frente de él.

Sacó lo que necesitaba y tomo el alcohol y coloco un poco en un algodón. Comienzo a limpiar las heridas y no sé sí deba hablar o no del tema, pero al menos le agradecería.

La Teoría de Júpiter. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora