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Algún día desaparece.

Tan solo un momento después de convencer a Júpiter de que Thunder durmiera conmigo, ella dejó mi habitación temporal

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Tan solo un momento después de convencer a Júpiter de que Thunder durmiera conmigo, ella dejó mi habitación temporal. Thunder no levanta la cabeza de donde se encuentra y para molestarlo muy poco, me recosté a su lado acariciándole entre las orejas y cada momento lo notaba relajarse más.

Yo quisiera relajarme igual como él lo hacía, pero seguía tan tenso por lo que había sucedido. Preguntas llegaban a mi mente y aunque quisiera enterarlas y dejarlas al fondo de mi mente, no podía. Me sentía culpable de todo. Tan solo fueron segundos en los que todo hubiera sido tan malo.

Quisiera ayudarla ahora y de verdad quisiera, pero no sé cómo hacerlo.Ella es más fuerte de lo que aparenta, conocía a Abric, había hablado un par de veces con él por mi hermano. No era mala persona y si a mi hermano le afecto a pesar de que nada más eran amigos por sus empresas, ¿Qué hay de Júpiter? Ella era su mejor amiga, por lo que me dijo una vez Coraline.

Recuerdo lo que le dije mientras conducía y ella estaba profundamente dormida "Nadie te lastimará de nuevo, mi querido planeta, te lo prometo." Lo hice cómo un impulso y a pesar de que apenas la conocía lo quería hacer, no necesitaba ser su amigo o algo más, solo protegerla.

Recuerdo el día que no conocimos y tropezamos inconscientemente, yo no me sentía bien y quería un respiro, tan solo eso. Pero ser un punto público para la sociedad te lo impedía y que Júpiter me ayudara fue lo único que necesité. Esa tarde estuvimos en silencio, pero el silencio parecía lleno de pensamientos y sentimientos. Ella solo me dio el espacio y mi momento.

Cuando Coraline me dijo que vendría con su mejor amiga y no me moleste en preguntar su nombre y creo que lo debí hacer. Tal vez hubiera sido mejor al fingir que no era la chica en la que había pensado todo ese tiempo. Una coincidencia podía desatar tantas cosas y de las que ninguno de los dos estaría preparado.

Dejo de lado todo cuando Thunder comienza a parecer algo inquieto y de un momento empezó a rasguñar la puerta. Lo que entendí como una señal que ya no quería estar conmigo, pero en cuanto salí tomó un pedazo del pantalón que llevaba, dirigiéndome hasta la habitación de Júpiter. En cuanto estuve en frente de su habitación comencé a escuchar quejidos o palabras que no lograba distinguir.

Entré, a pesar de que no fuera lo correcto, sabía que tenía una pesadilla, entré y lo primero que escuché fue un grito. No pude más y me acerqué para consolarla mientras despertaba.

― Está bien copo, todo está bien, era una pesadilla.

Notaba cómo seguía temblando y cuanto supo que estaba más tranquila, me tomo por sorpresa un abrazo de ella. Sentí un cosquilleo que deseché, no era el momento, me repetí.

― Tranquila, ya pasó, estoy aquí y no pienso moverme hasta que estés mejor. Escuché cómo sollozaba mientras seguía abrazándome, en cuanto estaba más tranquila se separó poco a poco de mí, dejándome un vacío donde ella había estado.

― Gracias Chase. ― Dijo apenas en un susurro.

― ¿Necesitas algo?

― No. Bueno ¿Podrías quedarte...?― Analizo sus palabras y añadió.― Mejor olvídalo.

― Está bien Júpiter, por mí no hay ningún problema al quedarme. ¿Quieres hacer algo?

― No lo sé, realmente solo quiero distraerme, las pesadillas no eran mis mejores amigos. Podemos hacer cualquier cosa, solo distraeme.

― ¿Cualquier cosa?

Únicamente asiente y no sé qué hacer podría quedarme en silencio sin hacer nada, pero no la ayudaría en nada, tal vez contarle algo podría realmente ayudarla, pero no sabría que decirla hasta que recuerdo, un momento en el que fui feliz y sin pensarlo demasiado comencé a decírselo.

― Cuando tenía diez no vivía en nueva York, sino en L.A. pasaba horas en el océano y me encantaba a esa edad, todavía era muy crío para mi hermano y apenas comenzaba a enseñarme a surfear. Él es cómo un ejemplo para mí, siempre fuimos muy unidos a pesar de que él fuera muy maduro para tener tan solo dos años más que yo, pero el punto que en cuento aprendí un poco creía ser el mejor y trataba de mostrárselo a él. Lo único que él decía es que en algún momento podría ser mejor. Eso fue antes que él dejara de ser ese hermano, pero esa es otra historia.

― ¿Por qué tu hermano cambió?

― No lo sé, simplemente un día pasó y perdí a mi mejor amigo.

― Yo también lo hice. Perdí a mi mejor amigo, aunque sabiamos que para mi era diferente.

― No tienes por qué hablar de ese tema, Júpiter.

― No. Está bien, quiero hablar de él.

Sé que pensó los temas o el tema que no quería tocar, la comprendía. El dolor no es algo que se supera mucho menos la muerte de alguien que querías tanto.

― Nuestros padres fueron amigos mucho tiempo, por lo que cuando supieron que nosotros éramos amigos...nos volvimos un estilo de familia, los días en los que mis padres y los de él no estaban ocupados eran excusas para salir todos. Era feliz y a pesar de todo era alguien que estaría para mí siempre y yo para él.......

Lágrimas espesas caían por sus ojos, sabía que recordarlo para ella era difícil, pero ella de alguna manera lo necesitaba, necesitaba que alguien la escuchase. Tome su mano y por inercia Júpiter levantó su rostro hasta verme a mí, una sonrisa melancólica surco de sus labios. Quité la humedad que las lágrimas habían dejado por su rostro y la atraje hasta mí, dejándola sobre mi pecho.

― ¿Desde cuándo las tienes?

― ¿Las pesadillas? ― asentí y respondió. ― Desde el accidente, pero comenzaron una semana después que salí del hospital.

Hubo silencio desde que respondió, pero no sabía que hacer y si ella quisiera hacer algo, pero antes su voz llamó mi atención.

― Usualmente, es Coraline la que viene cuando tengo una de ellas, ahora no son tan repetitivas. Gracias por ayudarme.

No respondí porque noté que poco a poco su respiración se volvía más lenta y eso significaba que estaba dormida. Aunque creía que no lograría conciliar el sueño, lo hice....tal vez porque estaba junto a ella.

Desperté unas horas después por un ruido que provenía del comedor. Traté de levantarme sin hacer tanto ruido para que Júpiter no despertase, pero a lo lejos escuchaba cómo Thunder ladraba y de pronto la voz de Coraline se escuchó. Desperté a Júpiter por no saber qué hacer.

― ¿Qué pasó?

Me preguntó aún un poco dormida y noté lo hermosa que era. Al darse cuenta que yo la observaba, se sonrojó.

― Coraline está en el comedor.

Júpiter al escuchar eso supo que no tendríamos escapatoria.

― Tenemos que salir. ― Le dije

― Está bien, diremos cualquier cosa menos lo de la pesadilla y lo de la fiesta. Es muy fácil, Júpiter. No lo arruines.

Lo último lo dijo más para ella que para ambos.

Caminamos lentamente por el pasillo hasta llegar al comedor y como ya sabíamos ahí se encontraba Coraline, con una taza de café en mano. Trague saliva porque por la mirada que nos daba estaba seguro de que nos había visto.

― ¿Cómo durmieron par de tortolitos?

La Teoría de Júpiter. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora