7.

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El reloj comienza hacer tik tak.

Estábamos en pequeños o mejor, en grandes problemas

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Estábamos en pequeños o mejor, en grandes problemas. ¿Ahora que le diría a Coraline? Solo de tenerla en frente de mí con una sonrisa pícara, me estaba matando. La conocía, eso significaba que nos había visto dormir y no sabía por cuánto.

No quería nada de una relación o bueno, no quería apresurar lo que sea que estaba sucediendo entre nosotros dos. De alguna manera esto había sucedido muy rápido y sin total precaución.

Tenía miedo, miedo de todo. Él era todo lo bueno de este mundo y yo, yo era alguien rota con cicatrices y heridas sin sanar, con recuerdos más que dolorosos para contar.

Lastimar a las personas era lo que menos quería y muchos menos quería lastimarlo a él.

Por algo existía mi teoría, desconfiaba de lo que yo podría hacer a mí o a las personas de mi alrededor. Lo único que sabía hacer era lastimar.

Podría ser feliz, pero no lo merecia, claro que no lo merecía. Debía estar muerta, no podía aceptar seguir sin él y tener todo lo que él no podrá.

Todo era complejo, Coraline lo sabía, ella estaba segura de mi miedo y de lo que no quería revivir.

Perderlo fue tan difícil y no podria aceptar y dejar que Chase sea lastimado por mi culpa.

― Está bien, no digan nada, pero cuando quieran decirle a alguien lo que pasa no se les olvide que aquí estoy.

― Yo tengo que irme. Olvidaba que tengo algo que hacer.― Dice Chase sin más.

― ¿Qué cosa?

Trata de indagar Coraline. Pero un balbuceo entre dientes es lo último que recibimos cómo respuesta. Mientras el va por sus cosa, yo voy hasta mi habitación y me coloco un chandal con su sudadera a conjunti.

― Yo te acompaño hasta el lobby. ― Le digo.

Él solo asiente distraídamente.

― Ya regreso ¿Vale?

Le digo a Coraline. No entiendo a Chase suponía estábamos respectivamente bien. Caminamos hasta el elevador y el hecho de que ninguno de los dos hablé, es simplemente asfixiante.

Quisiera preguntar, pero no soy quién para entrometerme. Si él me dice algo es porque lo desea y no porque lo he obligado.

No puedo obligar a alguien solo porque me place saberlo. Es simplemente injusto. Después de unos segundos habla.

― Perdón, es qué ver a Coraline me hace sentir mal. Debí quedarme contigo ayer, no debí dejarte ir para que yo hablara con alguien que no me importa.

Su mirada se dirigía hacía el suelo. Parecía pensativo, pero no estaba tan segura.

― Chase, está bien. No es tú error yo decidí salir por mi propia decisión.

La Teoría de Júpiter. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora