Capítulo 46: El Portal a Sovngarde

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En cuanto  nos acercamos al túmulo un par de dragones comenzaron a dispararnos fuego pero Dulcinea nos cubrió con su custodia y los derribó a ambos con hechizos de parálisis evitando que volaran para luego descender rápidamente al suelo para estar mas seguros.

Gato: ¿Cuántos dragones crees que hayan?- pregunté alarmado mientras sacaba mi espada para luego mirar hacia arriba viendo a cuatro dragones volando hacia nosotros.

Kitty: No son los únicos enemigos- nos advirtió mientras sacaba su Hoja Ruiseñor señalándonos a varios draugrs que corrían hacia nosotros.

Dovahkiin: Mjoll, Odahviing y yo nos encargaremos de los dragones, ustedes despejen el campo desde el suelo- dijo mientras se montaba en Odahviing junto a Mjoll.

Luego de que Odahviing ascendiera los draugrs llegaron a nosotros pero los derribé a todos con un grito de fuerza implacable y en cuanto estos estaban en el suelo los apuñalamos en la cabeza antes de que pudiesen levantarse para luego seguir adelante donde nos topamos con mas de ellos, Dulcinea sacó fuego de sus manos incinerándolos a todos, menos mal que ya están momificados por que de lo contrario olerían horriblemente repugnante.

Sin embargo llegaron mas del túmulo por lo que todos nos lanzamos a desmembrarlos a espadazos mientras desde lejos Kitty les disparaba en la cabeza con su arco y Dulcinea los hacia volar en pedazos con sus bolas de fuego.

En eso un dragón descendió en frente de nosotros por lo que usé mi poder de la Piedra Ritual resucitando a los draugrs que apenas habíamos matado, los draugrs se lanzaron sobre el dragón y lo comenzaron a apuñalar pero este voló quitándose a varios de encima por lo que Gonzalo impulsó con sus manos a Perla hacia el dragón para que luego esta le entierre su espada en el cuello, el dragón la intentó azotar contra una pared del túmulo pero ella se movió a sus cabeza para luego apuñalarlo matándolo al instante.

Una vez con un pelotón de muertos vivientes entramos al túmulo para llegar a la cima, en cuanto entramos varias tumbas de nórdicos muertos se abrieron y comenzamos a luchar, me deslicé hacia un grupo de cinco de ellos y fácilmente corteé de un tajo sus tobillos como mantequilla pero un draugr en frente de mi me esperaba con su hacha en alto, me atacó pero abrí mis piernas evadiendo el hacha la cual se clavó en el suelo a unos centímetros de mi entre piernas.

Aprovechando que tenia el hacha enterrada, corrí sobre su empuñadura y me lancee decapitándolo para luego darme la vuelta y sacar volando de un grito a mas de ellos para que luego Dulcinea arrojara un rayo que se fue conduciendo entre ellos matándolos.

Gato: Muy bien, Dulcinea, sigamos adelante.

Fuimos recorriendo el túmulo hasta que llegamos a una sala donde debíamos descifrar un rompecabezas para seguir, se trataba de girar tres piedras con tres animales tallados en cada una para abrir la reja que daba al siguiente pasillo, sin embrago el hacho de que seamos gatos nos permite pasar entre las varillas por lo que decidimos tomar ese lugar para tomar aire y equiparnos para seguir adelante.

Gato: Bien, muchachos, debemos apresurarnos, Dovahkiin, Mjoll y Odahviing no podrán solos allá afuera.

Kitty: Oye, una pregunta ¿Realmente aun me amas?

Gato: Kitty, no es momento para pensar en esto- dije mientras apartaba la mirada.

Kitty: ¿No? Por que realmente aun te quiero.

Gato: ¿Ah, si? ¿Entonces por que terminamos?- pregunté enfadado.

Kitty: ¿Entonces para que me lo dijiste?

Gato: Para dejar las cosas en claro a... alguien...mas.

Kitty: ¿Quien?

Dulcinea: ¡Oigan!...¿Necesitan que los cure?- interrumpió nerviosa.

El Gato con Botas - Sangre de DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora