Capítulo 5: El Saqueo al Jarl

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Después de nuestra victoria contra el dragón caminamos hasta la entrada de Carrera Blanca, pero cuando estábamos cruzando el pequeño puente levadizo del reino escuchamos unos intensos gritos que hicieron temblar el suelo y nuestras entrañas.

Barbas Grises: ¡¡¡Dovahkiin!!!*múltiples voces a la vez*

Fue tal el susto del temblor leve que me dio que salté a los hombros de Dovahkiin con los pelos de punta, aferrándome con mis garras enterradas en sus hombreras.

Dovahkiin: ¡¿Oíste éso?!- dijo nervioso

Gato: ¿Oírlo?¡pude sentirlo!- exclamé corrigiendo a Dovakiin

Dovahkiin: Rápido hay que decirle al Jarl Baldruff de ésto... Y del dragón

Gato: Ésto cada vez se está poniendo mejor

Corrimos derribando las puertas del palacio y empujando a quien sea llegando ante el trono del Jarl y una vez agotados y de rodillas recuperando el aliento le informamos los sucedido.

Gato: ¡Allá en la torre había un dragón...y me tragó, y entonces lo decapitados e hizo ushh...se esfumó...él se lo tragó y entonces...!

Jarl Baldruff: Más despacio felino, recupera el aliento y habla, Dovahkiin dinos, ¿qué ocurrió en la atalaya y que fue el grito que escuchamos.

Dovakiin: Logramos matar al dragón de la atalaya.

Jarl Baldruff: Está bien pero no sólo éso pudo pasar, debe haber algo más

Gato: De hecho cuando Dovakiin mató al dragón y absorbió una especie de energía y los guardias del lugar dijeron que podía ser él... un..."Sangre de Dragón".

Jarl Baldruff: Éso concuerda con las antiguas leyendas, ¿será posible? no ha habido ningún Sangre de Dragón en mil años desde Tiber Septim, ustedes dos deben responder a las invocaciones de los Barbas Grises, serán recompensados por sus servicios, sí quieren pueden pasar aquí la noche, pero Gato toma un baño la sangre del dragón definitivamente no es tu esencia.

El Jarl Baldruff me dio mil septims y un merecido baño de parte de las sirvientas, me acariciaron, limpiaron y restauraron mi sombrero, pudieron mis botas y me llevaron a mi dormitorio junto a Dovahkiin, tomé un tazón de lechera y me acomodé en la cama que me habían designado y al sentir mis párpados pesados cerré mis ojos y dormí.

Tras varias horas de sueño, tuve una monstruosa pesadilla con el dragón que atacó Helgen, el dragón comenzó a hablar con una voz grave y atemorizante.

Dragón: Todos...

Gato: ¿Todos? ¿Todos, qué?

Dragón: Todos morirán, el fin de tu mundo se acerca para crear a uno nuevo.

Gato: ¿Por qué estás aquí?

De pronto el dragón se comenzó a pulverizar y de su cenizas una luz me habló.

-Gato, aún hay esperanza, debes encontrarlos- dijo con un efecto de eco.

Gato: ¿A quienes?

-No hay mucho tiempo, te lo diré otra noche, aún hay esperanza.

Dragón: ¡No la hay todos morirán y al fin serán erradicados!

Tras haber recitado su infinito y aterrorizante discurso cayó sobre todo Skyrim una lluvia de piedras envueltas en llamas, dejando destrucción y muerte a su paso. Y para empeorar las cosas miles de patas esqueléticas salieron del suelo, cómo sí de muertos vivientes se tratase, y aferrándose a sus deseos de destrucción salieron por completo del suelo y se regeneraron de nuevo sus escamas y ascendieron a los aires y en conjunto con su líder soltaron un grito tan potente que el mundo se colapso.

El Gato con Botas - Sangre de DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora