𝗙𝗘𝗠!𝗥𝗘𝗔𝗗𝗘𝗥 🪼
┈ 𝖯𝖾𝗊𝗎𝖾ñ𝖺𝗌 𝗁𝗂𝗌𝗍𝗈𝗋𝗂𝖺𝗌 𝖼𝗈𝗇 𝗍𝗎𝗌 𝗉𝖾𝗋𝗌𝗈𝗇𝖺𝗃𝖾𝗌 𝐜𝐡𝐢𝐜𝐨𝐬 𝖿𝖺𝗏𝗈𝗋𝗂𝗍𝗈𝗌 𝖽𝖾 𝖦𝖾𝗇𝗌𝗁𝗂𝗇 𝖨𝗆𝗉𝖺𝖼𝗍.
⊹ Los personajes le pertenecen a 𝗛𝗼𝘆𝗼𝘃𝗲𝗿𝘀𝗲.
⊹ Que haya escrito un One shot con...
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El sol salía de en medio de las nubes violetas que caracterizaban a la nación y una sirvienta común hora en punto caminaba por los pasillos de una gran mansión, en uno de los cerros mas seguros de 'Inazuma'. Iba con una bandeja de plata y desayuno a la par hacia la habitación de la señorita Tomiko Chiba, portadora de una visión 'hydro', una joven un tanto arrogante y escrupulosa, de familia adinerada... tal vez un poquitín finolis, pero no tanto. Era estúpidamente odiosa y molesta para algunos en la ciudad, y para otros era melosamente hermosa y delicada como porcelana; el amo de llaves del 'clan Kamisato', o mas conocido como Thoma, pensaba de la última forma. A su infortunio no era el único que la tenía en mente, pero cada día que la veía con su abanico en las manos al pasar por la ciudad hacia un intento para entablar una conversación y lo lograba, para eso si que era el único, ya que los más débiles morían de nervios y los mas fuertes, lamentablemente también. Thoma no tenía vergüenza, amaba que lo escucharan hablar de cualquier tipo de cosa, perritos, gatitos, etc. A Chiba le daba gracia escucharlo, de vez en cuando se le salía una carcajada pero luego volvía a su forma inicial como si nada hubiera sucedido. El rubio creía que mujeres como ella eran especiales y que Chiba era única, por eso sin querer empezó a sentir cosas por ella de hace... bastante que digamos. Esta chica realmente cautivo el corazón de el amo de llaves cuando se conocieron en una fiesta que hizo Kamisato Ayaka junto a su hermano. Chiba se puso un poco ebria y Thoma la cuidaba por que la vio sola, aun que rieron bastante y hablaron sobre bastantes temas, ahi fue cuando el se dió cuenta que no era una persona que solo pensaba en el dinero y en lo material, si no que era humana al igual que todos, aun que eso no quitaba que tuviera costumbres mas finas que la de otros.
—Señorita Tomiko Chiba... —La sirvienta dio tres golpes a la puerta con suavidad para entrar a la habitación de la susodicha.
—Puedes pasar
Entró y la vio sentada en su cama con un libro en sus manos.
—Le he traído el desayuno, señorita... — Notificó, pero vio que la chica no le presto tanta atención así que siguió hablando, esta vez para describir el desayuno —Eh, le traje un jugo de naranja, junto a una ensalada de frutas y yogur, también una rebanada de pan con queso y tocino... Ah, y también el café que le gusta a usted
—Gracias, Jie —Dijo sin alzar la vista ni a su desayuno y ni a su sirvienta.
—No me llamo Jie...
—Ah... —Enfocó su mirada en ella—Entonces solo gracias, puedes irte
—Cuando quiera... —La tímida sirvienta se alejó de la habitación saliendo de ahi y Chiba se quedó sola. Miro la bandeja maravillada y empezó a comer. Ella no es de quejarse demasiado a los demás, solo si algo realmente no le gustaba, el desayuno no había quedado horrible, si no al contrario era un deleite para su estómago, así que no era digno de su queja.