Capítulo 4 "El mensaje del terrorista"

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¡Las cámaras! ¡Cómo no pensó en las cámaras! Seguro la habían visto con él mientras el Old Balley se venía abajo o al menos ese fue el presentimiento que tuvo cuando la alarma de su teléfono sonó avisándole que habían irrumpido en su casa. Cuando revisó las imágenes que transmitía su osito de peluche siempre vigilante vio lo que parecían dos oficiales registrando sus  cosas. Ella temiéndole a un fallo de memoria había pegado un papelito en el aparato que decía: “9:00 Am acompañar a Daisy a su entrevista de trabajo en la BTN”. Ya debían estar en camino. Su amiga estaba ahora en la oficina de Gordon Dietrich, se sorprendería cuando saliera y no la viera allí esperando, o más, cuando pusieran su foto en la televisión con un cartel de “Terrorista”. Viejos instintos que no sabía de donde provenían salieron a flote y la hicieron esconderse en una habitación vacía. No había nada allí excepto un televisor de pantalla plana.
    Estaban transmitiendo la noticia de la demolición del Old Balley cuando de pronto la imagen cambió y salió V dirigiéndose a los televidentes:
    –“…si no han visto nada, si no conocen los crímenes del gobierno les sugiero que ignoren el 5 de noviembre. Pero si ven lo que yo…si sienten lo mismo, y si quieren buscar lo mismo que yo, les pido que se paren junto a mí en un año afuera del Parlamento, y juntos les daremos un cinco de noviembre que jamás se olvidará.”
¡Loco! Quiso estar delante de él para gritarle. Salió de su escondite, no podía haberse quedado ahí para siempre, tenía que huir lejos. Cuando dobló la esquina maldijo a los deseos que se cumplen, allí estaba V con las manos en alto siendo apuntado por un hombre con una pistola. Evey actuó sin pensar. No había nadie más en el pasillo. Tocó al hombre de la pistola y cuando este se giró ella la roció su espray de gas pimienta.  El oficial, supo ahora que se fijaba mejor, era uno de los que habían entrado a su casa. El hombre trató de golpearla con su arma a ciegas pero ella lo esquivó y con una patada se lo lanzó a V que lo dejó inconsciente. Ahora si estaba metida en un buen lío.
    V se acercó a ella y señaló una de las cámaras fijadas en la pared.
    –Siento mucho haberla metido en esto señorita Hammond pero ahora no hay vuelta atrás, tendrás que venir conmigo.
    Aunque estaba un poco molesta asintió y siguió a V preguntándose cómo había sabido él su nombre ¡Todo era culpa de V! Si no me hubiera llevado a ver la maldita explosión nada de esto habría pasado. Corrieron y corrieron hasta encontrar una ventana que daba al techo de las casas vecinas y salieron por allí. Evey no estaba acostumbrada a andar por los tejados, de hecho, la primera vez que recordaba haberse trasladado de esa forma era el día anterior, pero descubrió algo salvaje dentro de ella que la hacía sentirse libre.
    V volteaba a verla a cada rato para asegurarse de que lo seguía. Saltaban muros y peligrosos espacios entre las casas. Algunas veces él parecía confundido como si no pudiera creer que una mujer tan frágil y pequeña como parecía ser Evey pudiera igualarlo. En varios momentos estuvo a punto cogerla y llevarla sobre el hombro cuando aparecía un obstáculo bastante difícil pero ella lo apartaba y se las arreglaba sola.
    Al llegar a un subterráneo abandonado V se detuvo. Evey respiraba con algo de dificultad.
    –Me has sorprendido señorita ¿Dónde aprendiste a moverte de esa manera?
    –No…tengo…idea.
    –Lo siento de nuevo, por haberte convertido en una cómplice y por lo que voy a hacer ahora.
    – ¿Qué….? –No tuvo tiempo de hablar, V le presionó un punto junto a la base del cuello y todo se volvió oscuro.
   

V de Venganza - Cómplice #PGP2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora