Capítulo 5 "La Galería de las Sombras"

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     Evey despertó recostada en una cama y cubierta por una colcha hasta la barbilla. Se sentía bastante confundida y por un momento pensó que estaba en su casa, pero abrió los ojos y se vio en una habitación llena de libros. Con cuidado se levantó, tenía un poco de mareo y la pila de libros de su derecha pareció a punto de caérsele encima. Había una puerta medio abierta que la llevó a un pasillo lleno de pinturas y todo tipo de obras de arte de todas las épocas. Se detuvo a mirar algunas, admirada. Al pasar por delante de un Don Quijote de la Mancha metálico de tamaño natural se encontró en una amplia estancia con un piano en el medio y una vitrola pegada a la pared. Sonaba una canción bastante bonita que no había escuchado antes. 
    Mientras se acercaba al aparato iba recordando los sucesos del día anterior: los hombres que entraron a su casa, el oficial al que había atacado, la huída con V. Era como si otra persona hubiese hecho todas esas cosas. Vio por el rabillo del ojo que algo se movía a su espalda. Se volteó y se encontró con V que se acercaba a ella sin hacer ningún ruido.
    –V, ¿Tenías planeado asustarme?
    –No, no era mi intención ¿Te sientes bien? Dormiste más de lo común.
    –Sí, gracias, pero para la próxima podrías taparme los ojos con un pañuelo, estaría mucho mejor.
    –Lo siento –agachó la cabeza.
    – ¿Qué es este lugar?
    –Es mi casa, la “Galería de las Sombras”–dijo con voz orgullosa.
    –Rembrandt, Picasso, da Vinci, es la colección más grande que he visto, ¿De dónde sacaste todo esto?
    –Ah, vuelve a sorprenderme señorita. No me encuentro con mucha gente que sepa apreciar el arte. Muchas de estas cosas son del Ministerio de Materiales Ofensivos.
    – ¿Te las robaste?
    –Robar implica posesión. Al censor no se le roba, yo solo las recuperé.
    Evey lo miró desconcertada ¡Loco!
    – ¡Genial! Buena suerte con que no te cojan, muchas gracias por ayudarme a escapar –se llevó una mano a la frente e hizo la parodia de un saludo militar –Me largo.
    –Espera ¿A dónde vas?
    –Todavía no lo sé… fuera de la ciudad tal vez. Me haré documentos falsos, soy buena en eso.
    –Me temo que no estoy seguro de que eso funcione. Entiende que yo no quería esto pero traerte aquí era la única solución viable. Tú me salvaste y no podía dejar que te atraparan. Ellos posiblemente te matarían para llegar a mí.
    –No se lo diré a nadie, puedes confiar en mí.
    –No puedo correr ese riesgo.
    – ¿Entonces qué quieres que haga?
    –Te quedarás aquí, hasta que acabe. Después del cinco de noviembre no creo que importe.
    – ¿ ! Dentro de un año ¡? ¿Sabes lo que estás diciendo? Porque no mejor me matas y así no tendrás que soportar una inquilina inesperada.
    –Eso no sería muy humano de mi parte, además, no es ninguna molestia tenerte aquí.
    Evey resopló.
    – ¿No? Ya verás que seré como un grano en el culo, deberías decidirte a matarme ya porque no me quedaré aquí ni un día más por muy bonito que sea este lugar. No puedo quedarme un año tranquila sin hacer nada.
    – ¿Es que acaso le temes tan poco a la muerte como para pedirme que te mate?
    –Yo no he dicho que no vaya a intentar defenderme. Tengo un 45% de probabilidades de salir indemne de una batalla contigo. Ya viste que no soy tan inútil.
    V rió –Estoy seguro de que serías una gran adversaria Evey pero no te daré oportunidades para probarlo. Dormirás en la habitación en la despertaste. La mía está por allá por si necesitas algo –señaló una gruesa puerta pintada de negro– lamento ser un hipócrita y quitarte lo que más aprecio que es la libertad. No deberías perder tu tiempo tratando de huir, no lo lograras.
    –Tiempo es lo que me sobra –sonrió, contenta por tener un reto que cumplir.
    –Haré el desayuno en unos momentos, puedes ir explorando el lugar si quieres. Te dejé algo de ropa en tu cuarto y algunas cosas más que seguro necesitarás.
    –Gracias. Hasta luego entonces –se giró sin dejar de sonreír y caminó a la que sería su habitación por un año si no lograba escapar.
    Desde que vio el Old Balley explotar Evey había comenzado a sentir que despertaba de una larga pesadilla en la que no era ella misma. Ahora se sentía más segura, más fuerte, como si hubiese recuperado una parte de sí. Aún faltaba algo que la dejaba incompleta pero no recordaba que era. 
   

   

   
      

V de Venganza - Cómplice #PGP2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora