Young & Beautiful || Timothée Chalamet

39.

Seis meses después

Florence lo seguía por el apartamento mientras él se preparaba.

—¿Por qué accediste a verlo? — Le preguntó.

—Porque pronto será mi familia — Respondió Timothée, acomodando su última prenda de vestir en el bolso.

Pasaría una temporada en la fría Londres, preparándose para su nueva pelicula. Colocó sus brazos a la altura de su cintura, observando con indecisióm los tres bolsos que había armado.

—¿Será mucho? — Se preguntó casi para si mismo — Lexi se burlará.

—Qué importa lo que piense Lexi.

Él la miró y sonrió.

—¿Estás celosa? — Se le acercó y la abrazó por la cintura, pero ella esquivó sus labios.

—No estoy celosa de tu agente. Solo quiero que me respondas lo que te pregunté.

Timothée puso los ojos en blanco y fue hasta el baño para buscar su cepillo de dientes.

—Ya te lo dije, cariño —Dijo al regresar — Seremos familia algún día, ¿No? Quiero conocerlo.

—¿De qué hablas?

Él alzó una ceja.

—¿No piensas casarte conmigo?

Florence parecía cansada, totalmente extenuada.

—No sabes lo que dices — Espetó y a él ese comentario le dolió, porque sí hablaba en serio — Por favor, no vayas.

—Es demasiado tarde — Le dijo él, tomando su mano — Ya hablé con él. Quiero ver con mis propios ojos que es verdad lo de su rehabilitación. Quiero asegurarme que no te hará daño.

Florence sacudió la cabeza.

—Es mi hermano, Timothée. Lo conozco más que tú. Si hay alguien que debe ir, soy yo.

—Él solo quiere hablar conmigo —Repuso él, con una sonrisa petulante — Quiere conocer a su cuñado, me dijo.

Ella casi pareció ofenderse.

—Dime que no lo estás ayudando — Se cruzó de brazos.

—¿Cómo? — Él se hizo el tonto y le dio la espalda, para cerrar la cremallera del bolso y colocarlo sobre el suelo.

Florence sintió un nudo en el estómago.

—¿Te pidió dinero?

Timothée suspiró y se volteó hacia ella.

—Amor mío — Dijo y besó sus labios — Entiendo que estés preocupada. Pero tranquila, todo estará bien. Déjamelo a mí.

—No lo hagas — Le suplicó ella.

Aquel tono lo hizo retroceder un poco.

—¿Cuál es tu miedo? ¿Que vuelva a hacerme daño?

—Kyle no es de confiar.

—Lo siento, pero no estoy de acuerdo contigo. Si le mostramos que estamos dispuestos a dejarlo entrar a nuestras vidas, eso lo ayudará a cambiar.

Florence negó con la cabeza.

—Camille pensó lo mismo, y él se aprovechó de ella.

—No soy Camille — Timothée comenzaba a perder la paciencia —Siento no haberte contado antes, pero asi son las cosas.

—Puede que tú hayas hecho las paces con todo esto, Timothée, pero yo no. Y no servirá de nada, no se puede razonar con él.

—Conmigo tampoco — Él le sonrió y la envolvió en sus brazos — No quiero pelear contigo, Flossie. Mañana me iré y no nos veremos en meses.