Young & Beautiful || Timothée Chalamet

9.

Imagination – Foster the People

"𝚆𝚎 𝚌𝚊𝚗'𝚝 𝚌𝚑𝚊𝚗𝚐𝚎 𝚝𝚑𝚎 𝚝𝚑𝚒𝚗𝚐𝚜 𝚠𝚎 𝚌𝚊𝚗'𝚝 𝚌𝚘𝚗𝚝𝚛𝚘𝚕"

Florence llegó al hotel a la hora que Billy le había pedido. Se acercó a recepción, pidió la tarjeta magnética de la suite de Timothée y se apresuró hacia el ascensor, justo antes que cerrara sus puertas.

Al llegar a su habitación, su mano se congeló alrededor del picaporte de la puerta. Tomó algunas bocanadas de aire para poder tranquilizarse, diciéndose a si misma que esta vez todo saldría bien, que nada había cambiado y que podría mantener la situación bajo control.

Pero al ingresar, supo que nada de aquello era verdad.

Timothée se encontraba parado en el medio de la sala de estar completamente desnudo, si no fuese por los calzoncillos que poco dejaban librado a la imaginación. Por un instante, él quedó petrificado en su sitio. El vaso de jugo de naranja que sostenía en una de sus manos cayó al suelo a causa del sobresalto que le provocó la brusca entrada de Florence. La pulpa naranja pronto fue absorbida por el alféizar beige que recubría el suelo de madera de la suite.

Durante un breve segundo Florence desvió la vista hasta su entrepierna, pero luego se volteó hacia la puerta, dándole la espalda. Su respiración estaba agitada y sus mejillas ardían al no poder quitarse aquella imagen de su cabeza.

—Lo siento — Balbuceó sin voltearse.

Timothée, sin decir nada, se apresuró hacia su cuarto para ponerse algo de ropa.

—Debería haber golpeado antes de entrar — Continuó excusándose ella — Pero pensé que aún dormías...

Al no escuchar respuesta por parte de él, giró lentamente sobre sus talones, percatándose que Timothée ya no estaba ahí. Recorrió el lugar con la vista y advirtió que ya no había rastro del desastre que había encontrado el martes pasado. La suite ahora estaba limpia y ordenada... excepto por la gran mancha naranja que arruinaba la textura de la alfombra de la sala.

Rogando que Timothée no estuviese en el cuarto de baño, se dirigió hasta allí con sigilo y antes de entrar, se aseguró que estuviese vacío al asomar la cabeza entre el marco y la puerta. Una vez que supo que la zona estaba despejada, entró y tomó un trapeador y un pequeño balde del armario de la limpieza y regresó al living. En el camino, al pasar junto a su habitación, Timothée oyó los pasitos acompasados que los tacos de Florence producían en el suelo laqueado, y se apresuró a subir el cierre de su pantalón para salir sin remera hacia la sala.

Ella dio un respingo involuntario al verlo.

—No, no lo limpies — Dijo él mientras avanzaba hacia ella y extendía una mano para que le cediera el balde junto con el trapeador — Yo lo haré.

A Florence le tomó desprevenida aquel gesto. Junto con el orden que veía en la suite, lo consideró una buena señal. Con algo de alivio pensó que, después de todo, tal vez se había formado una idea errónea acerca de él.

Le entregó el cubo y Timothée se acuclilló en el suelo para comenzar a fregar la alfombra.

—Disculpa por haber entrado de ese modo — Dijo ella de pie a su lado —No imaginé que pudieras estar levantado...

—Sabía que ibas a venir — Le contestó él, sin alzar la vista — Billy me avisó. Pero pensé que ibas a tocar la puerta antes.

—Lo siento — Ella se mordió el labio.