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Jennie.

Me estiré y abrí mis ojos lentamente.
Todo está muy oscuro.

Inspiré con fuerza, sonriendo al sentir el glorioso aroma de Lisa impregnado en mí.

Sentí su duro pecho en mi espalda, y su brazo rodeando mi cintura posesivamente.

Intenté moverme, pero Lisa emitió un pequeño gemido y me apretó con más fuerza. Roja como un tomate al recordar lo que había pasado hace unas horas, giré dentro de sus brazos, y me encontré con el rostro de Lisa a escasos centímetros del mío.

Dios santo, es extremadamente adorable cuando duerme.

Su rostro está relajado, y sus labios no poseen aquella típica mueca sarcástica. Parece una niña pequeña.

Levanté mi mano derecha para acariciar su mejilla con suavidad, y Lisa suspiró.

- ¿Siempre miras a la gente cuando duerme?

No abrió los ojos, y su voz sonó muy baja.
Sonreí.

- Oh, sí. Es un pasatiempo de lo más entretenido.

Lisa abrió los ojos durante unos segundos, y luego los volvió a cerrar, mientras una tenue sonrisa se expandía por su rostro.

- ¿Ya es de noche?

- Sí. Dormimos todo el día.

- Mhm. - Lisa rodó hasta dejarme debajo de ella, y enterró su rostro en mi cuello.

- ¿Qué haces?

- Tomemos un baño. - Se limitó a responder, para luego ponerse de pie y tenderme una de sus mano. - Vamos.
La tomé, y la dejé guiarme hacia la gigantesca bañera.

- ¿Por qué todo es tan grande aquí? -
Susurré, y ella soltó una carcajada, mientras abría la llave del agua caliente, y luego se giraba para mirarme intensamente.

Con un sonrojo, cai en cuenta de que estaba desnuda, igual que ella. Me apresuré a darme la vuelta, dispuesta a buscar algo con lo que cubrirme en ese instante, pero Lisa rodeó mi cintura con los brazos y me estrechó con fuerza por detrás, enterrando su rostro en mi cabello.

- Estoy desnuda. - Susurré.

- Lo sé, y me encanta. Tú me encantas.
- Me hizo girar entre sus brazos y me sonrió torcidamente. - ¿Pensaste que nos íbamos a bañar vestidos o qué?

Rodé los ojos, apretándome más contra ella para cubrir mi desnudez, y Lisa gruñó levemente.

- No estoy acostumbrada a andar desnuda en frente de... la gente.
- Demos gracias a Dios por eso. -

Susurró, y luego me tomó en brazos, sumergiéndome en la bañera. El agua estaba caliente, y me relajé en cuanto entré en contacto con ella. - Siéntate. - Me ordenó, y obedecí al tiempo que la miraba con una ceja alzada.

- Eres una dictadora. - Le reproché, y Lisa sonrió mientras se metía en la bañera detrás de mí, quedando con sus piernas a mi alrededor, y su pecho contra mi espalda.

Me abrazó, mientras dibujaba círculos con sus manos sobre mi vientre, y yo inhalé con fuerza al sentir su erección contra mi baja espalda.

- Me gusta que me obedezcan. - Respondió con simpleza.
Estuve a punto de contestarle, pero reemplacé las palabras mordaces por un gemido en cuánto su mano entra en contacto con mi feminidad.

- Lisa ... - Me mordí el labio con fuerza, sintiendo sus hábiles dedos acariciarme allí abajo.

- ¿Sí, cariño? - Mis caderas se arquean involuntariamente contra su mano, y Lisa mordio el lóbulo de mi oreja con suavidad. - Quieta.

Suya |Adaptación| |Jenlisa| G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora