CAPÍTULO CUATRO: Cause your my destiny

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Quedaba un día para la partida de Elena, y ella aún no podía creerlo, incluso sus padres hacían bromas diciendo que quizás la estaban engañando y que era una cámara indiscreta, pero no, ella lo había confirmado en la embajada, todo era real, ella partiría a Corea y podría ver a Daniel. Aún tenía un poco de miedo ¿Cómo estaría él? ¿Qué diría al verla? ¿Estaría feliz? Esas y otras preguntas venían a su mente mientras ensayaba algunas frases en coreano para poder comunicarse con la mayoría de las personas.

Su padre seguía nervioso y pensó en negarle el que fuera, pero la madre le repetía que ella había luchado por eso y que si estaba en desacuerdo nunca debió darle ilusiones, pero él le repetía que nunca creyó que todo se haría realidad. Él seguía preocupado en lo que dirían en la Universidad, en sus notas y por sobre todo en que no siguiera a un chico, él quería que se fuera por ella, por sus sueños, no por Daniel.

La noche anterior a la del viaje, la hermana menor se acercó a ella y se sentó en la cama.

- Te tengo algo - Elena miró extrañada a Liliana mientras acariciaba su mano.

- ¿Tienes dinero?

- Es un diario de vida - mientras sonreía por la pregunta de su hermana - en el escribe todo lo que no puedes decir incluso lo que no me dirás por teléfono o por correo - los ojos de Lili se llenaron de lágrimas - porque sé que me dirás que todo está bien incluso cuando no lo está.

Elena se acercó aún más a su hermana y con su brazo la rodeó acercándola a su pecho. Las lágrimas mojaban la ropa de ella y su mente se llenó de palabras de despedida, pero recordó que no era el final y que en menos de un año ella estaría otra vez con Lili.

- Haré un buen uso de ella - Elena besó el cabello de su hermana.

Ambas fueron a dormir en la cama de Elena y despertaron con el sol en sus rostros. Lili vio el reloj y movió rápido a su hermana.

- Elena, despierta, quedan seis horas

Elena despertó, se detuvo a mirar cada una de las cosas que estaban en su habitación, tratando de recordar todo. Fue a tomar una ducha y se cambió de ropa. Mientras la madre terminaba de revisar todo, porque obviamente Elena podría haber olvidado algo, ella salió a tomar un jugo a su cafetería favorita. Sus amigos estaban ahí, esperando por ella, no era una despedida o una celebración, sólo conversaron diez minutos y la dejaron ir.

Los padres de Elena ya habían subido las maletas al auto y se alistaban para partir. En ese momento recordó lo más importante y con susto toco su collar en el pecho, pensando que lo había olvidado.

- Mamá ¿avisaste en la casa de Daniel?

- Sí, ellos irán a buscarte y te llevarán a la Universidad.

Esa misma frase Elena la había escuchado unas 3 veces por día desde que supo lo del viaje, pero quería estar totalmente segura de que alguien esperaría por ella.

Llegaron al aeropuerto, el padre contenía las lágrimas, mientras retenía preguntas y afirmaciones sobre Daniel, tan sólo se limitó a exigirle buen rendimiento en la Universidad. La madre besó su rostro y le dijo que debía avisar cuando llegara y se encontrara con los Lee, en cambio Liliana se veía mucho más grande que ayer, se paró cerca a sus padres y Elena supo que podía contar con ella, porque ella los cuidaría bien.

Elena se subió al avión. Estaba nerviosa incluso mientras despegaba sintió unas pequeñas mariposas, se afirmó del asiento y cerró los ojos. Quedó sorprendida por cómo se veía todo desde arriba, se sintió insignificante, pero a la vez aliviada, sus problemas eran más pequeños que todo lo que en ese momento podía ver.

Amor en CoreaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora