CAPITULO OCHO: fue una promesa.

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Ambos giraron sus rostros al oír el sonido de la puerta, se miraron, sintiéndose incómodos como nunca antes, mientras la pareja se sorprendía con la escena.

Hwa Seung caminó al sillón y prendió el televisor, evitando sus miradas, mientras Elena se dio vuelta y comenzó a lavar un vaso que estaba limpio. Pensó en la extraña situación en la que se había involucrado, pero luego recordó que no tenía por qué sentirse mal, así que se dio vuelta valientemente para saludar a Jong Seok, pero de inmediato notó que él venía de la mano con Bin Ah, lo que entristeció su corazón.

- Elena te cocinó - Ema se acercó a la cocina interrumpiendo los pensamientos de los cuatro.

Elena miró a Ema y se preguntó cuánto tiempo llevaba ahí escuchando toda la conversación que ellos habían tenido, luego pensó en lo molesto que eso era para ella e hizo una nota mental para nunca más actuar así con Hwa Seung, ella comprendía los sentimientos de su amiga y por eso no quería hacerla sufrir.

- Sí, huevos con queso - respondió Elena mostrando la sartén.

- Hace mucho que no como eso - soltando la mano de Bin Ah y acercándose con las dos manos en sus bolsillos - ¿sabes la razón?

- ¿Nadie los hace como yo? - sonriendo

- No me gusta tanto como la comida de aquí.

Bin Ah miró a Jong Seok y se sonrió, se acercó a él y puso su cabeza en su hombro mirando a Elena con una gran sonrisa.

- Ella trabajó duró - sacando una cuchara y dándole de comer, mientras Elena tenía los ojos llenos de rabia.

- Están buenos - Jong Seok abría sus ojos quitándole la cuchara a Bin Ah - ¿Quieres probar? - haciendo un tipo de avión con la cuchara.

- De verdad está bueno - tocando su hombro y sonriéndole.

Elena no podía evitar sentir rabia, no sabía si Bin Ah actuaba así de dulce y tierna mientras era una chica mala e irónica o si de verdad era una buena persona, aún no la entendía, pero lo que sí sabía era que Daniel sería suyo sin importarle lo que dijeran. En ese momento se sintió desafiada por él, lo único que tuvo en su mente fue la reconquista.

- ¿No es muy tarde para que estén aquí? - Ema se acercó a los tres - váyanse - mirando a Bin Ah y Elena.

- Pero... - Elena.

- Largo - empujando a las dos chicas fuera de la casa - pueden venir otro día.

Las dos chicas quedaron fuera de la casa, mientras se miraban sorprendidas.

- Por tu culpa - Elena.

- ¿Mía? - Bin Ah.

- Tú estabas aquí coqueteando con su hermano - caminando unos pasos delante de ella.

- Y tú con su el chico que le gusta

- ¡Hey! Sabes que no te entiendo - devolviéndose furiosa.

Bin Ah dio gran suspiro y se acercó a ella, pensando en que era imposible no sentir ternura.

- Vamos, no sabes llegar desde aquí - dándole una sonrisa.

Dentro del departamento Ema seguía en la puerta esperando que las chicas ya se hubiesen marchado mientras los dos varones la miraban sorprendidos.

- Oppa, no mires a esa chica - Ema acercándose a ellos.

- Bueno - ambos respondieron al mismo tiempo, mientras Ema se iba a la habitación.

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