Capítulo 09 | Algo tímidos.

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—Bueno... —me aclaré la garganta, viendo fuera del vidrio la fachada de mi casa— ¿Nos vemos después?

—Claro, cuando quieras. —respondió viéndome, sonriendo de medio lado.

Estuve a punto de abrir la puerta del auto, estirando la mano para poder hacerlo cuando sus dedos sobre mi barbilla volvieron a girar mi rostro en su dirección, permitiéndome ver como sus labios me dedicaban una sonrisa grande y sus ojos desaparecían debido a la acción; quien se atreviese a decir que aquella sonrisa no le hacia lucir hermoso era un completo mentiroso, porque justo ahora pensé que era imposible separar mis ojos de su rostro.

Procedió a hablar momentos después, dejando que sus dedos me acariciasen la mejilla con completa suavidad.

—Las cosas no van a estar incómodas entre los dos, ¿verdad? —quiso saber, fijando sus ojos oscuros en los míos. Las farolas de la calle le iluminaban medio perfil— No me gustaría que fuese de esa forma, si te soy sincero.

—¿Por qué deberían ser de esa forma? —pregunté de regreso, alzando las cejas— Ambos lo queríamos, no tiene porque ser incómodo si no queremos que lo sea.

—Entonces todo bien. —sonrió, inclinándose para besar cortamente mis labios— Nos vemos después.

—Adiós, rubia. —le guiñé el ojo, saliendo por fin del auto.

Entré a la casa luego de ver como el auto se perdía en el final de la calle, cerré la puerta a mis espaldas y me quedé apoyada en ella mientras cerraba los ojos. Pronto salté en mi sitio al sentir en mi pierna algo tocándola, al baja la mirada me encontré con los ojitos de Camile felices, sonriéndome y dejando en evidencia los dientitos que le faltaban.

—Chae. —alargó la última letra— Te extrañé.

—Yo también te extrañe, Cami. —le sonreí, inclinándome para tomarla en mis brazos y caminar a la sala en donde estaba mamá viendo televisión.

Últimamente se quedaba hasta tarde viendo unas novelas en internet que había conseguido, estaba peor que cuando Chaerin se desvelaba porque sus artistas favoritos tenían un concierto y debía verlo de forma ilegal porque no tenía dinero para comprar una entrada.

—He llegado. —anuncié, dejándome caer en el sillón individual.

—¿Cómo te ha ido con tu amigo, mi amor? —preguntó mamá, dejando de lado por un momento la televisión para poder verme— Has llegado un poco tarde.

Los recuerdos de los que había pasado me abrumaron pronto y tratando de dejarlos de lado, me aclaré la garganta haciéndole una pequeña coleta de caballo a mi hermana en mis piernas.

—Todo ha ido bien mamá, fuimos al autocine. Por eso hemos vuelto tarde. —le dije, sonriéndole antes de ponerme de pie dejando a camile en el sillón— Iré a mi habitación a tomar un baño.

—Bien, en la cocina está la cena para cuando quieras comer algo. —anunció, volviendo la mirada a la televisión— La que no tiene cebolla es la de tu padre, sabes que es quisquilloso.

—Está bien. —acepté, corriendo para subir las escaleras.

Troté hasta mi habitación, pasando por la de Chaerin de donde provenía música a bajo volumen. Me detuve en su puerta, sacando del bolsillo pequeño de mi bolso un paquete de galletas rellenas de chocolate, no me di el chance de tocar la puerta, simplemente la abrí encontrándola en su cama con la portátil sobre las piernas; me miró con las cejas alzadas y solo le lancé el paquete de galletas a la cabeza, cerrando la puerta de nuevo y yendo como en un inicio hacia mi habitación.

Tiré el bolso lejos, sacándome los zapatos y la sudadera para dejarlas en el suelo, me senté en la silla del escritorio dando un par de vueltas antes de tomar el teléfono y marcarles a las chicas. Dos repiques y ninguna atendió, proseguí a dejarles un mensaje por el grupo y solo bastaron unos cuantos minutos para que mi computador sonase indicando que tenía una video llamada con ambas, atendí oyendo de inmediato el alboroto que venía del recuadro en donde estaba Tahir, Shizuno solo estaba viéndome con las cejas alzadas mientras comía palomitas.

𝐈𝐍𝐄𝐅𝐅𝐀𝐁𝐈𝐋𝐈𝐓𝐘. ━ Hyunjin. (𝗖𝗮𝗻𝗰𝗲𝗹𝗮𝗱𝗮)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora