PARTE IV. II

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Parte IV

En la mañana que desperté, fui a la sala por un vaso de agua. Para mi sorpresa, Gabriel ya no se encontraba en mi casa. Quizá Marcos le abrió, no le tome la suficiente importancia y seguí con mi camino, pero un moreno de cabello negro me interrumpió: — Ya dime que te sucede — dijo Marcos

— ¿Por? Estoy perfecta

— Te conozco de hace años, Romina — y no se equivocaba, somos amigos desde la primaria. Prácticamente crecimos juntos — Dime

— Pues... no lo sé — me senté en el sillón de la sala junto a Marcos y suspire — Me hace falta algo

— ¿Algo?, ¿A qué te refieres?

— Es que no sé, es de esas sensaciones vacías pero que por alguna razón no sabes que es lo que te falta. Si prácticamente, lo tengo todo

— Sabía que este día llegaría, el día en que Romina se cansó del sexo

— ¿Por qué dices eso?

— Ya pase por ahí, Romy, claro está bien follar pero, aún así sentirás ese vacío. Y más por...

— Ni te atrevas a decir su nombre

— Yo solo digo que si quieres encontrarte a ti misma, debes de centrarte en ti y solo en ti. Buscar lo que te hace feliz, verdaderamente feliz. El sexo es bueno, pero, ¿Te imaginas enamorarte genuinamente de alguien?

— Claro... es lindo — bufé — Pero no creo que sea eso, hay algo más

— O... alguien más

Me le quede viendo por unos segundos y al poco tiempo le aventé un cojín del sillón, mofandóme de él

— Que no... no me gusta Gabriel — hablé cansada

— ¡Es que la historia se repite! Te atrae alguien que consideras inalcanzable, se follan entre sí, resulta que te enamoras y él no pero aún así finge para estar contigo — dijo — Ya me la sé al derecho y al revés

— Está vez no es así. Te lo voy a demostrar







« Hey, tenemos que hablar »

« Te veo a fuera del campus en 5 »

« Ok »

Han pasado cuatro días desde que conocí a Luis. Hemos estado hablando seguido, me di cuenta que tenemos mucho en común y él realmente es muy agradable y gracioso. Aunque le comenté que yo no quería algo serio ni nada por el estilo, él respondió que no importaba, que aún así quería una amistad conmigo ya que era igual de agradable para él.

— ¿Qué pasa? — llegó Gabriel apresurado

— Es mejor si te lo digo en persona

— ¿Decirme qué? No me digas que... — si de por si ya era blanco, su piel se volvió el triple de pálida

— ¿Qué? ¡No! No estoy embarazada, tranquilo — reí

— Uff, ¡Menos mal!, ¿Entonces? — me miro preocupado

— ¿Puedo desahogarme contigo?

La expresión de Gabriel cambió totalmente — Claro — respondió

Me senté en una de las sillas de cemento que había en la entrada de la universidad a lo que Gabriel me siguió el paso

— No lo sé... Marcos y yo hablamos pero creo que es verdad, estoy intentando llenar vacíos con sexo, no me había dado cuenta de ello porque estaba en mi zona de comfort

— Si, te entiendo. Yo me he sentido así pero con el alcohol — me sonrió

— Si... a lo que voy es que, creo que es mejor dejar de vernos para coger. Quiero centrarme en mi y descubrir que me hace falta

La mirada de Gabriel se apago, miro unos segundos al suelo y se quedó pensando

— Está bien — dijo sin más — ¿Algo más?

— Solo eso. Podemos ser amig...

— No lo creo. Búscame cuando quieras volver a llenar vacíos — finalizó y se levanto de la banca para irse por donde vino. No me esperaba menos la verdad

Aunque, en el fondo, su respuesta me dolió. Pensé que estábamos formando una amistad o algo así, pero ni modo. No le voy a rogar.



« ¿Quieres ir a ver una peli en mi casa? »

« Claro, mándame tu ubicación y yo llego »



La noche con Luis fue muy linda, me hacía falta algo así. Tranquilo. Cenamos y vimos unas cuantas películas de terror, no se me insinuó de ninguna forma ni mucho menos me coqueteo. Solo éramos dos amigos pasando el rato y creo, que ya tenía tiempo que no me sucedía eso. Siempre eran roces, coqueteos o besos, terminando en sexo. Con quien sea. Por primera vez en mi vida puedo decir que me sentí tranquila en compañía de alguien, creo que comenzaré a llorar, ya que ya había pasado mucho tiempo desde la última vez que me sentí así... es un sentimiento que extrañaba mucho. Que me tratasen como una persona normal y no como un objeto sexual, que sé que todo fue consentido y por gusto pero, aún así, duele un poco. Ya que en estos últimos años, mi vida se baso en eso.

Y solo espero que siga siendo así. Ya me canse del sexo casual, digo, me encanta tener sexo y lo disfruto mucho, pero estoy considerando tener algo sólido. Alguien con quien pasar el resto de mi vida, tal vez. Creo que Luis es buen candidato para eso, no me quiero ilusionar pero ya es tarde para arrepentirme. Sin querer hacerlo, supo como entrar a mi corazón.

Y esa es la parte que más me asusta.

Oscuridad y deseo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora