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El hecho de que Marco no estuviera en casa me hacía sentirme relajada. Lo que menos quería era despertar y seguir discutiendo.

Tenía que pensar claramente que iba a hacer antes de enfrentarlo de nuevo. Supongo que toda esta estúpida cosa que teníamos se acabó. Y lo mejor en este momento era continuar con mis planes de mudarme. Era extraño pensar en seguir aquí.

Decidí ir a prepararme algo de comer para luego arreglarme e ir al trabajo, no tenía un horario en sí, así que no importaba mucho cuanto tardara.

Entré a la cocina y preparé unas tostadas, café y me senté a comer mientras revisaba mis redes sociales en internet, no habían muchas cosas que llamaran mi atención, pero sin duda era mejor eso que mirar la pared.

Escuche como abrían la puerta y luego el molesto ruido que hacían los zapatos de Marco en cada paso que daba. Nuestras miradas se encontraron apenas entró a la cocina, estaba usando ropa deportiva, estaba sudando y su cabello estaba despeinado, traía su teléfono y los auriculares en la mano, por eso había salido tan temprano, había ido a correr. Dejé de mirarlo cuando camino a la nevera para sacar agua, me concentre en mi teléfono que de la nada se había vuelto muy interesante.

Noté como se quedaba ahí parado sin decir o hacer nada más que tomar agua. ¿Por qué no se va?

Terminé mi café rápidamente y me levanté para llevar todo al lava platos, que para mi suerte estaba lo suficientemente lejos de él.

-Lo siento.

Por un momento creí que había sido mi imaginación, pero no, Marco sí lo había dicho. Lastima que las cosas no se solucionan en esta vida con solo dos palabras. Continue lavando los platos como si no fuera escuchado nada. Lo escuché maldecir y luego suspirar.

-Lo siento, ¿bien? Sé que soy el más grande imbécil, mal amigo, irresponsable y egoísta que hayas conocido. -Puedo alargar esa lista, de hecho.- No pensé en que fuera tan importante, ya Ciro me lo había contado. Sé que estuvo mal, lo acepto. Pero no quiero perderte por una de mis estupideces, no eres solo una chica con la que paso el rato, eres mi mejor amiga y me importas. -Cerré el grifo y estaba dispuesta a girarme para hablar con él, pero antes de tener la oportunidad de hacerlo, él se puso atrás de mí, su pecho pegado a mi espalda, sus manos deslizándose por mis brazos con lentitud.- Y también siento lo que dije anoche y espero que tu también cariño, porque no quiero terminar esto que tenemos.

-Alejate. -Hablé. Pero no se movió ni un centímetro.- Alejate. -Repetí y de mala gana lo hizo.

-Kath, por favor... -Me giré con una sonrisa haciendo que dejara de hablar y me mirara confundido.- ¿Eso es un sí Marco, te perdono, ahora vamos a tu habitación y tengamos el mejor sexo de la vida?

-No, es un hasta que no te disculpes con Ciro no tendrás lo que quieres de mí. Ahora si me disculpas, yo si tengo que ir a trabajar.

Salí de la cocina con él atrás de mí, iba a subir las escaleras cuando agarró mi mano y me giró hacía él.

-¿Estamos bien?

-Eso creo.

-Si te digo que vamos a cenar con Mats y Mitchell, ¿mejoraría? -Su mano libre fue a su cuello, sonreí porque sabía cuando estaba nervioso y era tonto que lo estuviera por preguntarme algo tan común que hacíamos casi todo el tiempo.

-Siempre hacemos eso.

-Será diferente esta vez.

-Bien, sorprendeme. -Me encogí de hombros restándole importancia y me solté de su agarre.- Ahora, de verdad debo ir a arreglarme.

taken | marco reus - erik durm. {Pausada/editando}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora