10.

710 47 7
                                    

Me miré por última vez al espejo y estuve feliz con mi aspecto, no llevaba puesto nada más que un sencillo vestido de color blanco corto pegado al cuerpo, tacones y un sencillo maquillaje con mi cabello suelto. No quería ir muy elegante, pero tampoco desarreglada, creo que iba bien para la ocasión.

Minutos después de terminar de retocarme un poco, salí de la casa, me monté en mi auto y de inmediato lo puse en marcha. Todos nos encontraríamos en el restaurante que Marco había elegido, se llamaba "Vistro" y era una especie de restaurante italiano en pleno Dortmund, ya me había hablado un poco de ese tipo de bar/restaurante, según él había ido hace meses con amigos y era lujoso y muy pintoresco, por lo que todos decidimos quedar ahí. Por otro lado Mats y él tenían que entrenar y luego llegarían juntos al lugar, o algo así acordaron. Tenía cierta emoción por esta cena, quería pensar que era por salir con mis amigos, pero en el fondo sabia que era por ser parte de la disculpa de Marco.

Después de conducir por al menos unos cuarenta minutos, bajé del auto y entré en el lujoso lugar, una señora en la entrada me guió hasta nuestra mesa donde solo estaba Mitch, usaba un vestido negro hasta la rodilla, era sencillo pero elegante, su rojo cabello suelto con algunas ondas cayendo por sus hombros, se veía muy bien. Ésta se levantó para saludarme y luego tomamos asiento, comenzamos a hablar de tonterías, hasta que la misma señora de hace momentos llegó acompañando a un alto castaño muy conocido, miré a nuestro alrededor buscando al rubio, pero no, no estaba con él.

Mats se acercó a Mitch para saludarla con un beso en los labios y luego a mí con un corto abrazo, después los tres volvimos a sentarnos.

-¿Donde esta Marco? Pensé que venía contigo.

-Robin fue a buscarlo, debe venir en camino.

¿Robin? Aunque ese no era el plan, no quise tomarle mucha importancia, quizás había olvidado su cambio de ropa y no quería molestar a Mats.

20 minutos después estaba algo impaciente, ¿donde demonios estaba Marco?

-¿Debería llamarlo? -Pregunté a la pareja que debía estar tan cansada de esperar como yo. Mats me hizo señas de que lo hiciera, así que saqué mi teléfono y le marque, pero estaba apagado. Dejé el teléfono sobre la mesa de mala gana, poco me importaba la pantalla. Marco lo estaba haciendo de nuevo.

-Esta apagado.

-¿Por qué no me sorprende? -La sonrisa falsa de Mats apareció, pero cuando iba a responderle alguien más se me adelantó.

-Perdón por llegar tarde.

Levanté la vista al escuchar las palabras que quería, pero extrañada de que no vinieran de la persona que esperaba.

-No te preocupes, nosotros llegamos antes. -Habló Mats.

-Hola, Erik. -Mitch lo saludó con un beso en la mejilla y me hizo señas de que me levantara, eso me sacó por un momento de mí confusión. Me levanté y lo abracé, aproveche que él quedaba de espaldas a Mats y le hice señas al castaño de salir del lugar.

Cuando nos separamos, el castaño y yo nos disculpamos y salimos del local. Mats sabía que debía una explicación y por eso solo se cruzó de brazos, se apoyó en la pared y me miró.

-¿Por qué Erik esta aquí?

-Porque yo lo invité.

-¿Y tu lo invitaste por...?

-Porque quise.

Esta vez yo fui quién se cruzó de brazos cansada de sus respuestas inmediatas sin mucha explicación.

-Mats...

-No quería que te quedarás sola. -Habló por fin.

-Pero Marco... -Su sarcástica risa interrumpió.

-¿De verdad? Porque no veo a Marco aquí. -Abrió los brazos señalando nuestro alrededor.

-¿Sabías que no vendría? -Esperé atenta su respuesta, si sabía que no vendría, ¿por qué no lo dijo hace 20 minutos? ¿Por qué no avisó del cambio de planes?

-Cuando vi que se fue con Robin no necesité ser un genio para saber que no aparecería por aquí ni por error. Vi a Erik y me pareció buena idea invitarlo, de nada.

-¿Y si Marco llega?

-Sabes que estás esperando por algo que no pasará.

Me quedé callada unos segundos y luego exploté con todo lo que quería decir desde hace rato.

-¡Él es tan egoísta! No entiendo que busca. Si va a continuar actuando como el gran imbécil que es, ¿por qué parece querer arreglarlo todo? Solo logra hacerlo peor. Y te juro que ahora mismo quiero golpearlo con esta estúpida cartera hasta cansarme, pero al mismo tiempo no quiero dejar que me importe porque él y yo no somos nada y todo esto me esta volviendo loca.

-Siempre te quejas de que es un egoísta, de que solo piensa en sí mismo, pero al mismo tiempo finges que no te importa. Vives de esperanzas pero ni siquiera tu sabes que esperas, ese es tu problema. Te gusta tanto la idea de estar con él que no te das cuenta de que hay mejores hombres para ti. -Al parecer Mats tenía un buen rato ahorrandose sus palabras, porque pareció quitarse un peso de encima al terminar.

-Es solo que me siento bien con él, Mats. No es nada tan formal como una relación y no siento la necesidad de eso, creo que lo que tenemos va bien con ambos. Conozco a Marco y sé que hacer lo que sea que tenemos algo más, lo hará peor. No podría aguantarlo, eso de tener algo tan formal, que la gente solo me vea como la novia de Marco Reus, no es lo mío. Pero tampoco quiero importarle solo cuando me necesita, quiero que me demuestre que nuestra amistad sigue ahí, que me respete un poco más. ¿Entiendes? se siente bien pero mal al mismo tiempo y ya no sé si deba continuar, siento que seré yo la única que saldrá perdiendo en todo esto. Y...

-Te gusta. -Interrumpió.

-¿Qué? -Después de mi discurso me tomó un momento procesar sus palabras.

-Te gusta.

Me quedé callada un momento, Mats no quitaba su intensa mirada de mi rostro, él me conocía muy bien, solo estaba esperando que dijera la verdad o intentara mentirle.

-¿Tanto se me nota?

-Algo así. Pero descuida, él es demasiado idiota para notarlo.

De nuevo hubo silencio, pero si Mats estaba dispuesto a escucharme, debía aprovechar. No había nadie más con quién pudiera ser tan sincera.

-Antes no te importaba si Marco estaba aquí o en China, daba igual. Y ahora, te preocupas y te molesta si no aparece, desde que comenzaron esa estupidez te has vuelto otra Kath con él. Y si sigues así, me temo que las cosas no terminarán bien, al menos no para uno de ustedes. Nadie puede jugar de esa manera y no enamorarse.

-Tengo miedo de hacerlo. -Confesé.- Enamorarme y quedar con el corazón partido en dos.

Me había sentido como una niña diciendo eso. Mats suspiró y se acercó a mí, poniendo sus brazos alrededor de mi cuerpo para abrazarme.

-Si tu llegas a tener el corazón partido en dos, ten por seguro que él tendrá la cara rota en mil pedazos.

taken | marco reus - erik durm. {Pausada/editando}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora