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-Yvonne... hola.

Aún estaba medio dormida, no eran ni las 8.00 de la mañana y el insistente ruido del timbre me había despertado. Había movido a Marco intentando despertarlo para que él abriera, pero era imposible y por eso ahora yo estaba luciendo como una vagabunda frente a su hermana.

-¡Kath! Pensé que estabas de viaje.

-Si, llegué hace unos días. -Sonreí pasando la mano por mis ojos. Dios, debo lucir fatal.- Lo siento, pasa. -Me moví un poco dejándole espacio, ella entró con Nico en brazos y un gran bolso.

-Supongo que Marco está durmiendo. -Asentí cerrando la puerta para seguirla a la sala.- Kath, realmente voy atrasada, le dije a Marco que cuidara a Nico hoy, ¿no te molesta quedarte con él mientras ese tonto despierta? Por favor.

-Claro que no, vete tranquila. Yo cuidaré a Nico, no es ninguna molestia.

-Gracias, de verdad. Aquí están todas sus cosas, si necesitas algo, llámame. -Dejó el bolso en el sofá y se despidió de su hijo para luego entregarmelo, se despidió de mi y salió de la casa realmente apurada.

Miré al pequeño en mis brazos que me miraba fijamente. No era la primera vez que cuidaba a Nico.

-¿Quieres ir a despertar a tu tío?

Él asintió con una gran sonrisa, sonreí también mientras subía las escaleras, cuando llegué a mi habitación le hice señas de que hiciera silencio, causando su risa. Adoraba a ese niño.

Lo dejé a un lado de Marco en la cama y agarré una almohada, cuando Nico comenzó a saltar, yo comencé a golpear a su tío.

-¡¿Qué demonios?! -Su voz más ronca de lo normal hizo que me detuviera por un momento, pero volví a golpearlo. Esta vez más fuerte haciendo que Nico riera de nuevo.

-No digas malas palabras con Nico aquí.

Marco se levantó al ver al pequeño a su lado, lo acercó a él para abrazarlo fuertemente.

Nico significaba mucho para él. Y sin duda sería un padre increíble, de eso estaba segura.

El niño pequeño reía en sus brazos. Decidí dejarlos un rato solos, Marco sobrevivirá. Agarré mis cosas para ir a bañarme.

Será un largo día.

-

-¿Qué fueras hecho si yo tenía que ir a trabajar? -Pregunté, había estado reclamandole a Marco el no haberme avisado que estaríamos a cargo de Nico hoy, aunque en realidad él debía arreglarselas solo, siempre terminaba yo incluida en sus planes.

-Me quedaría en casa.

Estaba en la mesa más apartada del lugar de comida favorito de Nico, yo no quería cocinar, Marco tampoco, así que habíamos terminado desayunando en McDonald's.

Limpie la boca de Nico con una servilleta cuando terminó de comer y se bajó de mis piernas para ir con su tío que hace rato había terminado, solo faltaba yo.

-Serás muy buena madre.

-¿Eso crees?

-Estoy seguro. Siempre terminas tu cuidandolo, además te adora.

Sonreí y me dispuse a terminar mi comida.

Tengo 22 años, obviamente he pensado en todo eso de hijos y formar una familia, pero aún creo que soy muy joven para hacerlo realidad. Estoy empezando en mi carrera, apenas estoy planeando vivir sola -cosa que Reus no sabe- no estoy lista para pensar en niños. Me encantan, pero cuando son de alguien más.

Terminé y miré a Marco quien estaba jugando con Nico pretendiendo que los pitillos eran espadas. Él tenía un caracter fuerte, pero podía llegar a ser demasiado cariñoso e infantil y normalmente eso se notaba cuando estaba con el más pequeño.

-¿Vamos al parque? -Asentí aceptando, de todas maneras ya lo habíamos planeado. Ir a comer, llevar a Nico al parque y luego comprar algunas cosas que eran necesarias en la casa.

Decidimos caminar ya que no era muy lejos, el niño en momentos quería adelantarse pero solo una palabra de su tío bastaba para que se mantuviera a nuestro lado, además Marco nunca soltaba su mano.

Cuando llegamos al parque, nos sentamos cerca de los juegos para niños, así podríamos estar vigilando a Nico de cerca. Habían pocas personas, algunas trotando, caminando, paseando a sus mascotas, otros solo sentados y algunos niños corriendo.

-¿Por qué Yvonne te pidió que cuidaras a Nico?

-Tenía algo que hacer, la verdad es que no me dio explicaciones. -Se encogió de hombros.- nunca le digas que tienes un día libre.

-Te encanta pasar tiempo con Nico, no puedes quejarte.

-No me quejo, pero si te soy sincero tenía otros planes para hoy. De hecho, estabas incluida en ellos.

Vimos a Nico tratando de impulsarse en un columpio, pero no podía, así que Marco se levantó para ir con él un rato. Yo me quedé sentada viéndolos.

Me preguntaba cuando lo que sentía por Marco cambiaría. No estoy enamorada de él, solo es atracción. Y aunque él no me ayuda al actuar de la manera en que lo hace, no soy lo suficientemente valiente para dar el siguiente paso. Sí, nos habíamos besado, pero nunca había nada más que eso, ni una señal de querer ir a algo más y la verdad es que no quisiera arruinar una amistad de tanto tiempo por algo de un momento. Todo cambiaría y no creo estar lista para perder esto.

Casi una hora después de juegos y risas, decidimos volver por el auto y así ir a hacer las compras necesarias.

Lo primero que hizo Marco al llegar fue sentar a Nico en un carrito de compras y jugar con él mientras recorríamos los pasillos del supermercado. Supongo que soy el único adulto responsable hoy.

-Estoy aburrido, odio hacer compras.

-Si, Reus. Me quedó claro las primeras 8 veces que lo dijiste. -Rodé los ojos y me detuve.- ¿Por qué no vas por algunos dulces para Nico mientras yo busco el resto de las cosas?

Aceptó y quedamos en vernos en la caja, sacó a Nico del carrito y se fue por otro pasillo en busca de los dulces, espero que se tome su tiempo. Siempre era yo la que hacía las compras por lo mismo, Marco se quejaba de todo por el simple hecho de que se aburría, las primeras veces lo obligaba a acompañarme pero luego me rendí al descubrir que era mucho mejor venir sola.

Cuando terminé, camine hacía la caja empujando el carrito, me ubique en una pequeña fila de solo 2 personas y al poco tiempo llegó Marco, traía más dulces de los que pudiera cargar, no parecía que fuera para un solo niño, si no una guarderia completa, a su lado venía Nico con más dulces en la mano. Dejó caer todo en el carrito y alzó al pequeño en brazos. Lo miré alzando una ceja, ¿Yvonne le avisó que el niño solo se quedaría con nosotros hasta la noche?

-¿No te faltó algo?

-Kath, se lo que quieres decir. -Vaya, yo que tenía miedo de no haber usado un tono más sarcástico en mi pregunta.- Pero, no puedes decirle que no a un niño.

-¿A cual de los dos?

Realmente dudaba que fuese Nico quien quiso comprar medio pasillo de dulces.

-Maldición, me quiero ir Kath.

-Que no digas malas palabras frente a Nico. -Le pegué en su brazo tatuado con más fuerza de la necesaria.

-Mierda, Kathleen. -Se quejó.- Igual las dirá algún día.

-¡Marco!

-¡Ya, lo siento!

Al fin fue nuestro turno de pagar y la cajera, una señora de unos 50 años se nos quedó mirando, luego le sonrió al niño en brazos de Marco.

-Tienen un hijo hermoso.

Estuve a punto de informarle de su error, pero Marco se me adelantó poniendo su brazo libre sobre mis hombros y dejando un beso en mi mejilla para luego mirar a la cajera y sonreirle.

-Gracias. Es igual a su madre.

taken | marco reus - erik durm. {Pausada/editando}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora