Capitulo 8

21 2 0
                                    


Dan

En mi Audi (A3), sonando de fondo My Universe de Coldplay y Bts vamos camino a la mansión Anderson. Observándola de reojo se que ama esta canción, nada mas verla cantar todo pulmón, me hace sonreír, con su gestos emocionado, tan natural, tan ella. Que parece haber olvidado todo lo ocurrido, cosa que me relaja.

No se porque tengo esta necesidad, que nadie le borre esa sonrisa de su rostro, jamás me había pasado esto con nadie en especial el querer proteger si conocer.

Preocuparme por su seguridad es mi trabajo, pero siento que va mas allá de eso y no lo puedo permitir, trabajo es trabajo.

Yo no me involucro con el trabajo.

-       Porque tan serio? Escucho atreves del sonido de la música, reaccionando le dedico una sonrisa restando importancia a su pregunta.


Con sus ojos tan observadores, se da cuenta que algo pasa por mi mente y me inquieta que me lea tan fácilmente.


-       Que sucede Dan te noto algo preocupado o me equivoco?


-        No pasa nada sonrió relajado.


No muy convencida de mis palabras se acomoda en su asiento.


-       Si no me quieres decir esta bien – con brusquedad suelta – no es necesario que mientas – dice mirándome a los ojos- Se que pasa algo y te incomoda no finjas  que todo esta bien.


-       Como sabes que miento? Inquiero.


-       Solo lo se – Se encoge de hombros.


-       Que? Ahora de princesa pasaste a ser adivina! me burlo frotando su cabello con mi mano libre del volante.


No queriendo que la siga despeinando, me golpea la mano para soltarla con una sonrisa divertida, me regala su dedo corazón mientras sus labios en un movimiento silencio me dicen IDIOTA. Mi risa se hace fuerte al ver su poca elegancia haciendo eso y me doy cuenta que ella es diferente a los de su clase.


Entre risas se nos pasa el tiempo rápido y llegamos a su pequeño y humilde hogar.


Les aclaro que de pequeño y humilde no tiene nada la Mansión Anderson, desborda lujos por todos lados desde las rejas hasta la entrada a la mansión, rodeando la fuente con tulipanes rojos detengo el auto en la entrada.


Rodeo el auto para abrirle la puerta como todo caballero que soy.


-       Princesa hermosa hemos llegado a su castillo. Con una inclinación digna de toda realeza le ofrezco mi mano.


-        Gracias Princeso - bromea aceptando mi mano la ayudo a salir del auto.


No Me Dejes IrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora