PARADISE {BTSXYOONGI}

PRÓLOGO

¿Quién puede ser tan malditamente mierda para criar a un niño en un maldito cautiverio?

Exacto Jay Park un "importante" tratante de
personas que se encuentra a las afueras de Seoul en una lujosa mansión donde
prostituye a niños, niñas y jóvenes.

Los mismos pequeños desaparecidos a lo largo de la ciudad a excepción de uno.

Un pequeño blanquecino que avia nacido de una de las prostitutas más aclamadas
del lugar, tras enterarse del embarazo de la blanquecina Jay Park se enfureció tanto
que mantuvo encerrada a la mujer hasta que esta dio a luz en pésimas condiciones, pero aún así trajo al mundo a un pequeñito hermoso que más tarde conseguiría pagar por los "errores" de su madre.

El pequeño a sus nueve años había dejado la virginidad de lado de la peor manera... Pero él no lo sabía, ¿Por qué?..

Les explico.

Era una noche normal aunque el pequeño no lo sabía, una noche más viendo esas cuatro malditas paredes color capuchino maltratado, tenía hambre mucha hambre había pasado alrededor de setenta y dos horas sin probar algún alimento se sentía débil pero para él ese sentimiento ya era una costumbre.

La maldita cadena que llevaba el pequeño Yoonie desde que cumplió su primer año había quemado casi por completo su piel en la zona del tobillo.

El pequeño dormía tranquilo en un sillón, su único compañero. La puerta se abrió y el no lo notó, una mano recorriendo su muslo
derecho le despertó miro como un chico que no conocía levantaba la delgada camisa blanca llena de suciedad que llevaba el muchacho como única prenda.

El pequeño Yoonie no sabía que pasaba, pero vamos que mierda va a saber un niño que vive prácticamente abandonado en un cuarto el solamente sabía hablar y eso era gracias a las prostitutas del lugar que de vez en cuando le llevaban comida.

-traje galletas y leche para ti, pequeño- informo el desconocido.

Un hermoso brillo apareció en los pequeños ojos gatunos del chico blanquecino de nueve años.

-¿S-son para mí?- pregunto con ilusión de que no fuera solo un sueño y que ese
paquete de galletitas y ese pequeño vaso de leche que llevaba el desconocido en
manos si fueran para él.

-por supuesto, toma-extendió para el pequeño las cosas antes mencionadas, -debes comerlo todo.

-Si señor- dijo mostrado una
perfecta sonrisa de gominola.

Después de comer aproximadamente cuatro galletas y un poco de leche su cuerpo se comenzó a sentir pesado sus ojos quieren cerrarse sin motivo alguno y el no sabe cómo impedirlo.

El vaso de leche cayó al piso sin cuidado alguno rompiéndose en micro pedacitos y tan solo segundos después el pequeño cuerpo inconsciente del menor también calló.

-vaya, estabas más débil de lo que me dijeron- se burló para después cargar fácilmente al niño que acababa de drogar.

Esa noche el pequeño Min perdió la oportunidad de elegir con quién daría su primer beso o con quien tendría su primera vez aunque él no lo sabía.

...siete años después...

El pequeño ya no tan pequeño Yoonie seguía sin conocer nada más que su nombre y algunos colores y números básicos que le habían enseñado sus "amig@s" seguía sin darse cuenta de todas esas veces en que le han tocado sin pudor alguno.

-Yoonie, mira lo que te traje.

-¡Tío Jay!- intento correr donde su tío entraba a esa espantosa habitación pero no pudo gracias a la cadena.

-detente ahí pequeño vas a lastimarte- no culpen a alguien tan inocente por estar tan emocionado al ver a la persona que mató a su madre y que no le deja salir a conocer siquiera los pasillos de la mansión, el menor pensaba que lo único que existía era ese cuarto, para él eso era su mundo.

Pero la verdad era que había un maravilloso mundo de mierda afuera.

-ven siéntate conmigo que voy a mostrarte algo que he traído para tí.

Ambos se sentaron en el único sofá y el pequeño Yoonie feliz abrió una pequeña caja que contenía algunas golosinas, una foto de su mami y unas bonitas calcetitas.

-¡Gracias gracias gracias tío Jay!- se abalanzó en un fuerte abrazo hacía quién el creía era su tío.

-no agradezcas- dijo Park poniendo al menor en su regazo y acariciando sus glúteos. -hoy alguien vendrá a verte- informo mientras seguía con las caricias.

-No tío Jay, favor..

-sabes que no está a discusión pequeño, yo me aseguraré de que traiga dulces para ti.

-no me gustan sus dulces.. M-me dejan dolor.

-creeme que es mejor de esa
manera bonito...

-No hyung, no me los comeré otra vez- protestó.

-lo aras YoonGi o serás castigado, lo sabes- advirtió el mayor.

-P-por favor- sollozo.

-no caeré en tus malditos berrinches, si no los quieres comer está bien, ya es hora de que aprendas lo que realmente pasa cuando tragas esos dulces- se levantó con brusquedad dejando caer al chico al suelo.

-H-hyung

-vas a suplicar por esos dulces de nuevo...

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