CAPÍTULO 3: ¡Son buenas noticias...!

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¡Por fin lo conseguí! Tras el incidente en la plaza cada oportunidad de visitar a Thiago se hizo imposible y esta vez aprovechando que la Abuela estaba distraída con Dolores me escape a su casa.

Me recibió con una sonrisa, le tendí la canasta con bolas de colores creadas por Isabela y le expliqué que podríamos hacer uso de ellas más tarde. Aun no estaba convencido, su cara lo decía todo, pero una persona en esta casa le haría cambiar de opinión.

—¡Que alegría verte Camilo! —Doña Emilia me saludo y al igual que Thiago tenía una hermosa sonrisa. Ella estaba postrada en la cama, no obstante, eso nunca le quitaba el buen humor.

Tras ponerla al día de la última aventura que protagonizó mi familia comento algunas cosas del tío Bruno.

—Hay Cami, sé que Bruno no es un mal hombre, pero procura tener cuidado cuando suelte otra de sus visiones.

No tenía caso contrariar, Doña Emilia tenía historias qué le llevaron a ser cautelosas cerca mí Tío, aun así, estaba seguro qué pronto la imagen de él cambiaría. Quizás era demasiado optimista, pero al pasar el tiempo con mi tío comprendí muchas es por eso qué al igual que mis primas quería integrarlo con la gente del pueblo.

Cambié el tema mostrando la canasta que traje, ella lucio emocionada. Isabela causo tendencia con el nuevo diseño de su vestido, y Doña Emilia que era una de las mejores costureras quería probar la técnica que mi prima utilizo.

—¡Esos vestidos serán una maravilla! Eres un sol Camilo, y gracias a ti seremos los encargados de diseñar los disfraces para la obra.

—¡La señora Julieta recomendó que nada esforzarse Abuela! —salto a decir Thiago, cómo su nieto y cuidador tenía qué recordarle su delicado estado de salud. —Edunice y yo nos encargaremos ¡Gracias por esta ayuda Camilo!

—¡No cuesta nada Thiago! Somos amigos, ¿no?

—¡Más que un amigo! Eres como otro integrante de esta familia, mi Thiago tiene tanta suerte de tenerte. —estaba preparado para contestar al halago cuando mi "queridísimo" amigo saltó a decir:

—Abuela, Camilo tiene el ego bastante alto, deja de alentarlo —y eso le costó un golpe en la cabeza.

—¡Abuela! ¡Eso dolió!

—Para qué aprendas a respetar a un chico tan bueno.

—¡Tú no te rías! ¡Abuela! —se quejó al recibir otro golpe.

La abuela ignoró sus quejas y me preguntó cómo iba el tema del teatro.

—Estaré encantada de acerté un traje Camilo, serás el chico más guapo.

—Aún estoy solucionando ese tema Doña Emilia, pero le prometo qué cuándo tenga el papel será la primera en saberlo.

—¿Enserio crees qué tus padres lo permitan? —me cuestionó Thiago mientras me acompañaba a la salida.

—Soy muy persuasivo —trate de restarle importancia al asunto, pero sabía qué sería un reto convencer a mis padres.

......

—¡Y nada me hará cambiar de opinión! —escuchamos decir a Félix.

Agustín y yo lo miramos desde lo alto del balcón ¿Cómo había escuchado desde tan lejos? No pude evitar pensar que quizás Dolores heredó el don que su padre no pudo tener.

—¡No cederá Bruno! —me dijo Agustín una vez qué nos adentramos a la habitación de Luisa para limpiarla. —Pepa fue firme al respecto y sabes qué no la cuestionara.

El encanto de una predicciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora