El encanto de una predicción

CAPÍTULO 2: Y otra predicción más

—¡Bruno! ¡Bruno! ¡Hora de levantarse! Es día de limpieza.

—¡Camilo! ¡Aún es muy temprano, deja de fingir que eres papá! —protesto Toñito, incluso él podía estar de mal humor en la mañana.

—Alguien amaneció de mal humor ¡Camilo! ¡¿Qué le hiciste a tu hermano?!

—Nada papá —el verdadero Camilo estaba recostado en el marco de la puerta con una sonrisa, entonces Antonio al darse cuenta de su error se disculpó.

Dejando de lado de este vergonzoso evento, mi cuñado se me acercó dispuesto a hablarme de las actividades que los hombres de la casa realizarían el día de hoy ¡Estaba tan emocionado qué ni siquiera notó que aún traía piyama!, así qué todo el camino a la cocina intenté hacerle ver aquello, sin embargo, sólo conseguí qué Camilo soltará "disimuladas" risas y Antonio se disculpará con la mirada por su hablador papá.

Agustín ya nos estaba esperando en la cocina preparando el desayuno; todo lucia exquisito.

Me tendió una bebida tras darme los buenos días, le entrego otra bebida a Félix qué no espero para dar el primer tragó y luego me preguntó si estaba listo para lo qué haríamos hoy.

—¿Vamos a Limpiar? —conteste dudoso.

—¡Si! Y este será nuestro día —hablo Félix chocando su vaso con los nuestros —sólo los hombres destacándose en la familia, ¿Verdad Camilo? ¿Toño?

En algún momento mis sobrinos aprovecharon para darse a la fuga ¡Y con los panes que quería probar!

—A lo mejor decidieron ayudar en el pueblo —hablo Agustín restándole importancia.

Félix decidió qué tan poco era importante, con sus dones podían ser de más utilidad en el pueblo que en el interior de la casa.

—Además creó qué Camilo tenía una cita con alguien. Es mejor qué se vaya, así no se la pasa haciendo bromas —y tras dar un sorbo a su bebida me preguntó: —Dime bro, ¿tienes experiencia limpiando?

Evoque mis viejos recuerdos sobre lo qué hacían Félix y Agustín cuándo todos se iban, sólo venía a mi mente lo mucho qué se esforzaban en limpiar y cantar ¡Félix adoraba cantar! Pero otro lado no recordé algo qué explicará la razón de tanto entusiasmo.

Negué a su pregunta.

La limpieza era una actividad muy aburrida. Julieta y Pepa fueron las encargadas de la limpieza antes qué escapará, y cuándo hui en esos momentos solía reparar las grietas mientras esperaba a qué llegará el resto de la familia.

—El único lugar en el que se me permitía ayudar era en la cocina, ¿Recuerdan?

—¡Fantástico! —exclamó Agustín —Tendré un ayudante para cuándo nos tomemos un descanso.

—Y trataremos de no ser tan duros —Félix me lanzo un golpe juguetón —No es fácil limpiar toda la casa.

—¿Los tres limpiaremos la casa? ¡¿TODA la casa?! — exclamé escupiendo la bebida, ¡qué por cierto estaba horrible!

—Claro Bro, ya verás qué nos divertiremos — ahora entendía porque Toño y Camilo habían escapado— ¡Mirabel! Linda, por qué no le cuentas a tú tío lo mucho que nos hemos divertido limpiando.

—¡Si! ¡Es grandioso! —¿Mis cuñados acaso no notaban la forzada sonrisa de Mirabel? Incluso se excusó rápidamente con ayudar a poner la mesa.

—Tienes la opción de ir con nosotros —Estaba considerando la propuesta de mi hermana, con tres huidas estaba perdiendo la confianza en mis cuñados. ¿Mis ratas sabrían algo? —He hablado con el padre, no tiene problema es recibirte en la iglesia para que los ayudes con pequeños trabajos.