Capítulo 7: Memorias agridulces (Parte 1)

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La habitación se encontraba en completo silencio, mientras el pelinegro se mantenía mirando fijamente a Oikawa esperando que le respondiera. Sin embargo, el castaño estaba aturdido y completamente mudo. Kageyama pareció notar la tensión en el ambiente, y volteó a ver a su hermana y luego nuevamente a los jugadores de Seijoh. Al ver que joven se ponía progresivamente nervioso, Iwaizumi se acercó a él con una sonrisa amistosa para palmearle la cabeza, como hacía hace poco menos de cuatro años con él. Frente a la caricia, Kageyama estiró su cuello igual que un animalito para pedir más contacto en tanto sus mejillas se sonrojaban levemente.

"Recuerda lo idiota que puede llegar a ser Oikawa. No le hagas caso."

"No debiste obligar a venir a Oikawa-san..." Replicó el pelinegro débilmente. Esta frase hizo reaccionar a Tooru.

"¡Nadie me obligó a estar aquí!"

"Pero... Tú... ¿no me odias?" Kageyama dijo frunciendo el ceño en señal de confusión. "¿O querías ver si me había lastimado lo suficiente como para abandonar el equipo?"

"¡No te odio!" Le respondió entonces, en un tono casi suplicante. "¡Es todo lo contrario! ¡Nosotros somos-!" Sin embargo, recibió un fuerte codazo por parte de Iwaizumi, quien negó con la cabeza reprobatoriamente. Al instante, el ex as de Seijoh se dirigió a Tobio con la misma sonrisa de antes.

"¿Ves? Te dije que no te odiaba." Dijo revolviendo los cabellos azabaches juguetonamente. Kageyama comenzó a sonreír también.

"Entonces... ¿Me enseñarías tu saque con salto, Oikawa-san? ¿Por favor?" El chico lo miraba penetrantemente con esos destellantes ojos azules, que lo tenían completamente cautivado.

"Cla- claro..." Logró decir con esfuerzo, para que luego Tobio hiciera una pequeña celebración con sus puños.

La escena era adorable, sin embargo, algo claramente no estaba bien con el paciente.

"Espera... ¿Oikawa-san? ¿Y esos lentes? No sabía que usaras lentes..." Sí, definitivamente había algo muy mal con Tobio.

"¿Kageyama?" El pelinaranja se acercó lentamente, preocupado por su amigo.

"¿Quién eres tú?"

"Pero- ¡Soy Hinata! ¡Sabes perfectamente quien soy!" Terminó gritando exasperado. Sugawara lo tomó de los hombros para detenerlo.

"Hinata, cálmate... Vas a hacer que nos saquen..." Le dijo en un tono bajo mientras trataba de alejarlo delicadamente, pero el menor no se dejó hacer.

"Es que yo..." Su labio inferior comenzó a temblar soltando una sutil lágrima. Oikawa miró con interés al joven, quien terminó por distanciarse voluntariamente sin decir otra palabra más. Creía entender el conflicto del más bajo; él mismo estaba completamente contrariado con el hecho de que su pareja le preguntara si lo odiaba. Sin embargo, de las personas más cercanas a él, al único que no recordaba era a su compañero pelinaranja, lo que debía ser confuso y desolador para él ya que se habían acercado bastante en los últimos meses.

"No es necesario que Oikawa-san se quede si no quiere..." Replicó Kageyama bajando la vista.

"Tobio... Entiende que nadie me obligó a estar aquí..."

"¿De verdad?" El pelinegro murmuró con algo de impacto. "¿Entonces... No me odias?"

¿Qué mierda era lo que estaba pasando? Nadie entendía. Al poco rato, el médico que estaba tratando a Kageyama apareció por la puerta. En ese instante, Miwa se le acercó para decirle que algo estaba mal con su hermano y todos fueron despachados para poder hacer los exámenes correspondientes. No supieron cuánto tiempo estuvieron esperando, hasta que volvieron a ver al profesional que se les acercaba.

Destino incontrolable [Oikage]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora