☀️ ፧ 𝘀𝗲𝗶𝘀 • ✦⁾

449 56 14
                                    

✦ #6 — ᴜɴᴄᴏᴍғᴏʀᴛᴀʙʟʏ ғᴜɴɴʏ
  ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴

Sunoo, Jungwon y Beomgyu compartían la mesa.

Era muy, muy gracioso luego de al día siguiente haberse enterado de que Riki, Jay y Soobin, se conocían, siendo también los tres provenientes de la misma escuela.

Casualmente, los tres mayores estaban sentados frente a la mesa donde se encontraban los otros tres menores.

Era incómodamente gracioso. 

Incluso Sunghoon, quien estaba en la mesa de un lado junto a Jake, moría de risa por como Soobin trataba de seducir a Beomgyu y este le seguía la corriente, Jay y Jungwon compartían sonrisas, y Riki y Sunoo, cada que chocaban miradas, se sonrojaba.

Sunghoon no podía con aquello, era demasiado gracioso.

—¿Podemos irnos? —dijo entre dientes Sunoo—. Por si no lo han notado, esto es incómodo.

—Un rato más, no pido mucho —Sunoo suspiró ante las palabras de Jungwon, simplemente no podía más.

Sunoo se levantó, y por supuesto, sintió la mirada de Riki sobre él—. Estaré en la biblioteca.

Siquiera un ruido, los otros dos estaban completamente concentrados en lo suyo.

Sunoo rodó los ojos y se fue.

Y ya que sólo daría vueltas por el lugar, colocó sus airpods y se dejó llevar por la música.

Daddy Issues le hizo compañía hasta su primera parada; el baño, y era gracioso, porque simplemente se vió en el espejo y volvió a salir, para poder seguir dando vueltas por el lugar.

Pero por más que la canción estuviera haciendo lo mejor que podía para que se sumiera en otro mundo, en su cabeza sólo se aparecía aquel hermoso rostro.

Su cabello rubio, incluso su voz, no podía salir de la cabeza de Sunoo.

Riki se había ido a vivir gratis a la mente de Sunoo, y él no pensaba pasarle factura.

Y grande fue el susto que se llevó cuando sintió como una mano le tocó su hombro, obligándolo a voltear.

El más alto le hizo señas para que Sunoo se quitara un audífono, pero él terminó quitándose los dos.

Por fuera no se veía, pero por dentro estaba muriendo.

—Hey —dijo Riki con una sonrisa—. ¿También sentías la tensión entre esos cuatro?

—Te juro que estuve por creer que iban a comerse ahí mismo —los dos rieron.

—¿Cómo estás? —preguntó y comenzaron a caminar.

Muriendo por dentro, sólo que no parece—. Estoy bien, gracias. ¿Cómo estás tú? ¿Tú primer día estuvo bien?

Riki metió sus manos en sus bolsillos, y ladeó su cabeza—. Estoy bien, y mi primer día fue regular.

Sabía que si mencionaba lo mucho que le atrajo, podría tomarlo incluso mal, y no quería eso, por eso la mejor respuesta fue el típico “regular”.

—¿Puedo preguntar por qué cambiaste de instituto? —Sunoo volteó a verlo, inseguro.

—Nos pasamos por Soobin, su madre lo cambió y él no quería venir solo, así que Jay hyung y yo, lo acompañamos —terminó de explicar con una sonrisa.

—Vaya, ¿tienen una fuerte amistad?

—Soobin es mi mejor amigo desde que lo recuerdo, Jay hyung se nos unió luego, pero sí, nuestro vínculo es... es muy fuerte.

Sunoo reía por lo bajo, aún le causaba gracia como entre los mejores amigos de Riki y los de él había atracción mutua.

—¿A qué se debe esa hermosa risa? —preguntó Riki acercándose un poco más.

Tratando de ocultar el sonrojo, Sunoo contestó—. Es gracioso que nuestros mejores amigos seguro están comiéndose con la mirada; y nosotros si quie-

Se cortó a media frase, cayendo en cuenta de lo que estaba a punto de decir.

—¿Nosotros...?

—Nada, olvídalo —deseó que la tierra se lo tragara ahí mismo, desaparecer y que nunca lo encontraran.

El silencio se hizo presente, y resultaba un tanto incómodo al no saber qué responder.

Y era fácil tratar de adivinar en qué podrían estar pensando.

Riki se moría de ganas por preguntar, sólo que tendría miedo a su respuesta.

Mientras, Sunoo no sacaba de su cabeza a Riki, y eso que lo llevaba a su lado, caminando sin rumbo alguno.

Un momento, ¡lo llevaba a su lado!

No había caído en cuenta de que llevaba a Riki a su lado, y que lo más posible es que lo haya acompañado en el trayecto durante más de cinco minutos.

—Sunoo —le llamó Riki, y el otro le observó—. ¿Qué harás el domingo?

—Uhm... No lo sé, creo que no tengo nada que hacer que yo recuerde —rascó su brazo—. ¿Por qué?

Al voltear a ver a Riki, este tenía aún sus manos en sus bolsillos, su cabeza gacha, una sonrisa en su boca y pudo observar, cómo de a poco el color carmesí en sus mejillas aparecía.

Con esa imagen, Sunoo simplemente deseó plantarla en un cuadro y dejarlo en su mesa de noche, para así poder verla todos los días.

—Bueno —rascó su nuca, buscando las palabras—. Si no tienes nada que hacer... quizá podríamos-

—Ahí está —escuchó la grave voz de Jungwon retumbar en el pasillo, a sus espaldas.

Sintió como se acercaba hasta donde estaba él y Riki, dejando al otro con las palabras aún en la boca.

—Te estábamos buscando, no dijiste a donde ibas —Beomgyu se acercó hasta donde se encontraba.

Sunoo quiso matarlos ahí mismo, claramente le dijo que estaría en la biblioteca—. ¿O será que no me escucharon por estar sumidos en-?

Se calló, recordando que iba con Riki. ¡Riki!

—Vamos, el timbre ya sonó, no quiero que la profesora Shin nos cierre la puerta otra vez —se quejó Jungwon.

—¡Esperen! —se dió la vuelta y caminó hasta donde estaba Riki—. ¿Qué estabas diciendo, hyung?

—No, nada, descuida —nuevamente el silencio entre los dos, sólo Riki y Sunoo.

Jungwon y Beomgyu morían de ternura detrás de ellos.

—... ¿Hablamos luego? —propuso el rubio.

Sunoo sonrió, sin poder evitar sonrojarse—. Sí, claro, sí.

Los dos rieron, chocando sus miradas, conectándose entre los dos, olvidando por completo que tenían compañía.

—Nos vemos —se despidió Sunoo.

Riki le regaló una sonrisa antes de que se volteara y comenzara a caminar con los otros dos.

Eso se sintió como siete minutos en el paraíso, pero de la manera más moderada posible.

꒰ Amnesia ✔៸៸  sᴜɴᴋɪ ᵃᵈᵃᵖᵗ •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora