꒰ Amnesia ✔៸៸ sᴜɴᴋɪ ᵃᵈᵃᵖᵗ •

☀️ ፧ 𝘃𝗲𝗶𝗻𝘁𝗶𝘁𝗿𝗲𝘀 • ✦⁾

✦ #23 — ɪᴄᴇ ᴄʀᴇᴀᴍ
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Caminaron, y caminaron sin darse cuenta que llegaron a la cafetería.

Pidieron un helado para cada uno. Sabían que se quedarían ahí un buen rato, o al menos hasta que la habitación se desalojara de unos cuantos.

Realmente, el silencio no era incómodo, era tranquilo, relajante, y los ponía a los dos a pensar en varias cosas.

Entre ellas, pensar sobre el otro.

Pero principalmente, Riki buscaba la manera de volver a ganar el corazón de Sunoo como ya lo había estado haciendo antes de su crisis.

—Sunnie —llamó luego se lamer el helado en su mano, el otro volteó—. ¿Alguna vez has ido a una feria?

—¿Una feria...? ¿Como un parque de diversiones?

—Sí —asintió—. ¿Has ido a una?

Sunoo lo pensó un momento, la verdad es que no recordaba haber ido a alguna antes.

—Mmm —Sunoo lamió su helado antes de responder—. No realmente.

El sonrojo de Riki creció precisamente antes de hablar. 

Sunoo se percató de aquello, mas no creía que fuera por lo que dijo, habían muchas otras causas para un sonrojo.

Riki bajó su vista antes de comenzar a hablar.

—Mañana habrá un espectáculo de fuegos artificiales —alzó sus ojos hasta los orbes oscuros de Sunoo, viéndolo directamente con un pequeño brillo en sus ojos—. Sunnie, tu... ¿quisieras venir... conmigo?

Riki mordía sus labios ante la respuesta de Sunoo, su corazón latía rápido, con fuerza, estaba temeroso y nervioso ante lo que el otro pudiera decir.

El menor simplemente estaba helado, y por más que tratará de hablar, parecía estar mudo.

Lamió su helado, bajando la vista, sin decir nada.

Riki botó el aire contenido, con un suspiro de decepción al no escuchar respuesta alguna de parte del pelirosa.

Los ánimos del mayor se vinieron al suelo al pasar los minutos.

No hubo respuesta, cosa que Riki se tomó como desinterés por parte de Sunoo.

Lo aceptaba, estaba en todo su derecho si no quería salir con él.

Luego de comer su helado, y que un silencio —ahora sí incómodo— los invadiera, decidieron volver al dormitorio del pelirosa.

Seguían callados, ninguno decía nada, pero aún así, Riki acompañó al chico.

Justo cuando estaban frente a la puerta, Riki estuvo por decir algo, abrió su boca con la intención de despedirse.

Mas no lo hizo, simplemente no pudo, nada salió, así que esperó a que Sunoo entrara seguro para darse la vuelta e irse.

Estaba decepcionado, presentía que Sunoo realmente no quería mucho más que una simple amistad, y estaba bien, él lo aceptaba.

Pero apenas estaba por dar la vuelta por el pasillo que lo llevaría a su dormitorio, escuchó pisadas rápidas.

Se volteó velozmente, dándose cuenta de que el dueño de aquellos sonidos no era nadie más que Sunoo.

—Hyung —dijo apenas recuperaba su aliento, Riki lo miraba asombrado—. Sí quiero ir contigo.

Y una sonrisa se hizo presente en los labios del rubio.