Abnus

CAPÍTULO XII DE LO INEFABLE

"Hoy todo luce opaco, todo es oscuro, me recuerda a ella, ella era mi sol, mi luna, ¿crees en la reencarnacion?, bueno, realmente no importa si lo idealizas o no, yo creo que en mi anterior vida, en esta y en la siguiente, mi destino siempre sera encontrarla en su pequeña vida y asesinarla, un amor que jamas sera desarrollado a pesar de su pureza, que terrible situación, pero que mas da, ella esta muerta, ella jamas sera revocada como mi primer y ultimo ¿amor?, no, mi primer y ultimo aliento...Dooley es mi nombre, déjame contarte de esa a quien no menciono, dame el permiso de complementar mi mal augurio...

Ella era inocente, cálida, calma, su nombre ni siquiera puedo mencionar, ella era hermosa, no supe que me había enamorado, hasta que ya era tarde, cada noche me arrepiento de lo que aquel desgraciado juvenil había hecho, con mis propias manos manche de sangre, de color carmesí, esa tez blanca, esos bellos ojos color oro, bellos sus ojos, puede ser por esa razón que Abnus este coleccionando ojos, jaja, que fea frase, pero siguiendo, ella tenía el cabello color nala, era corto, eso recuerdo, que siempre lo mantenía corto porque no le gustaba, pero para muchos era hermoso, totalmente liso, sus figura era joven, bueno no es como si le di tiempo de que "desarrollara" como normalmente se dice, era una niña, ahora lo recuerdo con más claridad, era tan joven cuando fue terriblemente masacrada por mis propias manos.

Saben ella fue la que comprendió primero, que ambos estábamos destinados, ella lo adoraba, pero yo lo odie, la odie a ella, por su optimismo pésimo, la apuñale una y otra vez, cada apuñalada era un puto dolor en el alma, recuerdo a Abnus gritando que parara, pero yo lo único que pude hacer era reír, ella solo tenía 12 años. ERA UN JUEGO FANTÁSTICO, eso dije, que terrible fue mi pensamiento en ese entonces, bueno era joven, lo único que quería era experimentar, además solo puse en práctica lo que aquella noche por accidente observé en la reunión del antiguo clan.

El clan, déjame explicarte esto, los clanes eran la unión de familias, en donde se protegía el poder político, económico y social, los apellidos de los clanes sumaban respeto ante cualquier gobernante, las personas comunes y estúpidas como tu no lo entenderían, pero también soy estúpido, ya que te lo estoy explicando, en fin, eran un total de 12 apellidos, 12 familias, 12 divisiones, 12 herederos, los clanes hacían el trabajo sucio y limpio de la sociedad, por cada traidor que asesinaban, daban de comer a 10 familias en el país, peor dentro de estos 12 habían 5, los más antiguos, sus generaciones siempre eran mucho mas respetadas que cualquier otra de las 12, la razón, el simple hecho de que ellos a los ojos humanos eran como una deidad que irradiaba justicia y paz.

Vernech, Prez, Moringa, Deltha y Mártir, esos eran aquellos de quienes hablo, yo soy el heredero de mas viejo de mi generación, cabe recalcar que aún no tomo posesión en mi papel, pero me presentare formalmente, soy Dooley Prez, 20° heredero de la familia, la 3 familia al mando del clan, nosotros nos encargamos de la protección de todos los herederos, ¿Qué hace una persona como yo, en un lugar como este?, No tengo idea, desde pequeños nos enseñan el arte del idioma y las armas, nosotros tenemos que saber todo, incluyendo sobreponerse a las emociones, ser intuitivos, descubrir al enemigo antes de saber que será mi enemigo, tuvimos una infancia por así decirlos normal, desde los 15 años tu como heredero sin saberlo fuiste preparado para entrar al mundo que te fue invocado.

Solo había tres reglas, y son las siguientes:

1: Jamás traicionaras a ningún heredero de los 12 establecidos, ni a su división, de lo contrario serás sentenciado al cremado en vida.

2: Jamás te enamoraras de un heredero, ni, aunque tú lo seas, de lo contrario serás sentenciado a la molienda.

3: Está prohibido que tu renuncies al título de heredero, aunque pasen años, tú siempre llevaras ese cargo en tu vida, te encontraremos y te sentenciaremos según la regla 1, como un traidor.

Estas eran las tres reglas que debíamos seguir, todos los herederos nos criamos juntos, los cinco, o a veces más de cinco en caso de aquellos que tenía hermanos, que tarde o temprano esa persona extra desaparecería, ya que jamás se compartiría el título de heredero entre dos."

-Dooley, Dooley! Oyee!

-Oh, ¿qué sucede Ab?

-Estoy hablándote desde hace 15 minutos y no me escuchas...

-Lo lamento, estaba pensando.

-Uh, debe haber lago importante en esa cabecita tuya, jajaja

Se carcajeo Abnus, su rostro estaba bastante alegre y enérgico.

- ¿Sabes, no crees que es hora de volver a Madrid?

- ¿Que? Dooley, tu sabes, que no quiero volver, no por el momento, ¿pero a que se debe tu entusiasmo por irte?

Dijo limpiando la camilla de aquella habitación blanca.

-Solo pensaba, que ya era hora de que volvieras, siguieras tus estudios en Madrid y sabes que tu trabajo está asegurado.

Este llevaba los ¿restos? De algún nuevo cadáver.

-No por ahora.

-¿Por qué aun no?

-Necesito aclarar mi mente.

"Cuéntame tu sombrío desierto del alma, dime que tan efímera es la soledad, que inaudible es tu terquedad, solo tú, solamente ellos, solo yo, sentir, pensar, es una crueldad humana el tan solo existir"

Abnus se encontraba en una situación que poco le favorecía, seguir en Serbia como hasta ahora o regresar a Madrid, su ciudad natal, donde estaban sus recuerdos, el clan, todo, pero no estaban los recuerdo de él, ese humano que logro rebosar el corazón de nuestra Ab, él y solo él, Ángelo.

La carrera de Abnus estaba en mediación, no podía solo irse, dejar todo, dejar sus prácticas, su casa, pero no todo es bueno, si Ab regresaba a Madrid se encontraría con una no tan grata noticia.

"ANGELO, ¿DIME QUE HACER?, ¿QUE CAMINO SEGUIR, HUIR O SOBREPONERME?"