• 36 •

1.5K 215 14
                                    

—¿Dónde estabas? —me dice al poner un solo pie en la casa— Responde.

—Calma mamá, acabo de llegar —digo soltando una leve risa.

—¿Dónde estabas? —me pregunta de nuevo— No estabas con la pandilla, así que dime.

—Fui con Ran y Rindou —ruedo los ojos cansada y sigue bombardeando con sus preguntas.

—¿Con ellos? ¿Porque? 

—Izana seguía con sus preguntas pero las escuchaba más lejos— ¿Mamá? —pregunto, no la veo en la cocina donde suele estar haciendo algo de comer. Subo las escaleras a su habitación y todo esta recojido igual que hace dos días—Izana.

—¿Qué? —casi grita cansado, al ver que no le estaba escuchando ni una sola palabra.

—Mamá, ¿qué le pasa? —señalo la cama— Todo sigue recojido, ¿donde está?

Izana mira toda la habitación confundido— No lo sé. ¿Se te ocurre algún sitio?

—No, joder—llevo mis manos a mi cabeza estresandome— ¿Y si le ha pasado algo?

—No, ella volverá, debe hacerlo —él se sienta en la cama y aprieta los puños— Ella no nos abandonará, ¿no?

—No, estoy segura —me siento con él y agarro su mano fuertemente— Ella volverá con nosotros.

—Sino, enloqueceré —eso me recorrió la espalda, un frío escalofrío.

—Tranquilo, estaré aquí para ti si eso pasa, te lo prometo —el levanta su cabeza y veo sus ojos un poco llorosos y sus cejas frunzidas —Somos hermanos, ¿no? —le digo sonriendo, tratando de ocultar el mal sentimiento que siento de nuevo.

—Sí —suspira y se levanta decidido de la cama, se frota la cara y estira su mano hacia mí— Entonces vamos a buscarla, hermana.

—Sí— agarro su mano decidida a encontrar a nuestra madre.

(...)

—Izana, llevamos tres horas y nada, ¿tomamos un descanso? —digo mirándole de espalda. No hemos encontrado nada y eso me frustra más.

—Vale, vayamos a ese templo —Izana señala uno cercano y caminamos hacia allí— Ahora que caigo faltan cuatro días para año nuevo y al siguiente es la pelea de Tenjiku.

—A la vuelta de la esquina ya—digo sorprendida sobre como el tiempo pasa tan rápido, justo me estaba sentando en la banca de al lado del templo.

—Y Mikey morirá —escucho a Izana, pero antes de decir algo, una voz se oye enfrente nuestra.

—¿Mikey? —giro mi cabeza y una chica rubia esta parada frente a mi, con otra de pelo rosado y una boina.

—¿Eh, quiénes sois? —digo y la rubia se acerca y agarra mi mano sonriendo.

—Muchas gracias por salvarme la vida, nunca podré agradecértelo, espero que podamos ser amigas —dice y miro a Izana, que por cierto, ya no estaba.

—Ah, sí, pero...¿quiénes sois? —pregunto rascándome la nuca.

—Ah, soy Hinata, y ella es Emma-chan —habla la pelirosada pero solo presto atención a la rubia frente a mi.

—¿Emma? —digo recordando todo— ¿La chica a la que salvé? —pregunto ilusionada y ella asiente euforica.

—Ambas te damos las gracias, por eso, debes venir con nosotras a una heladería muy buena que hay por aquí cerca —Hinata se me acerca y agarra mi brazo izquierdo y Emma el otro, entonces sigue hablando— Es mi cumpleaños, así que pago yo, es lo menos que puedo hacer, ¿no?

—¡Bien dicho Emma-chan! —acaba Hinata.

—Muchas felicidades, Emma —sonrío un poco mientras soy arrastrada por ambas.

—¡Disfrutemos de un gran helado! —dice Emma sonriendome mientras el viento mueve sus cabellos de oro, dejándome hipnotizada.

—¿Cómo te llamas? —pregunta Hinata, haciéndome dejar de mirar a la hermosa chica a mi lado.

—T/n —digo sonriendo también un poco embobada.

—¡Hemos llegado!

(...)

—¡Está muy bueno! —dice Emma sonriendole al helado que se pidió. Sus mejillas sonrojadas y sus finos y suaves manos temblando un poco de la emoción. Hermosa.

—Sí —responde Hinata. 

—Toma prueba un poco —le digo, dándole un poco de mi helado, puede que me haya arriesgado demasiado con esto, bastante fuerza de mi zona de confort.

Pero ella no dice nada y acerca su rostro a probar mi helado de mi cuchara. Pude sentir su aliento en rozando mis dedos unos segundos, no quería que acabara nunca. Eso significa, ¿un beso indirecto? Si yo pruebo de mi cuchara ahora...

—Está muy bueno, sí —dice lamiéndose los labios rosados. ¿Porque es tan guapa?

—Jejejeje, lo sé. 

Y antes de prbar de mi cuchara, Takemichi planta ambas manos en la mesa.

—¿Takemichi? —dice Hinata sorprendida y empezando a avergonzarse. 

—¡Ustedes son los peores! —dice haciendome confundirme.

—¡¿Draken, Mikey?! —al escuchar esos nombres veo en la dirección a un hombre alto y fuerte, con trenza acercarse, y uno más bajito también, son los que ví cuando Kenji me explicó la ToMan. Debo irme cuanto antes.Debo contarle a Izana.

—Bueno ha sido genial, ya nos veremos en otro momento —digo rapido y despidiendo con la mano, pero no funciona porque me choco con Mikey, mierda.

—Hola —saluda y no respondo. Mikey, morirás en cinco días— Quiero decir que muchas gracias por salvar a mi hermana.

—Gracias —escucho a Draken decir para luego acercarse a Emma y darle un peluche.

—Ahora, ¿me dejas irme? —le digo a Mikey, molesta por retener mis manos.

—No—sonríe levantando un poco la cabeza— Quédate y luego vayamos a mi casa, quiero presentarte a mucha gente —dice y me lleva a la mesa de nuevo.

—¿Porque tanta prisa? —pregunta Hinata y Takemichi se sorprende al verme aquí, pero no dice nada al respecto.

—Nada, solo disfrutemos —suspiro y me siento de nuevo en mi lugar, deseando que la tierra me trague.

¿A Quién Debo Elejir? -Ran y Rindou Haitani-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora