• 40 •

1.1K 190 50
                                    

Me levanto bastante cansada, voy al comedor y me encuentro a Izana con la tarjeta esa que nos dieron los policías.

—Izana, buenos días —saludo cansada y me voy a hacer un café.

—Hoy quaman a mamá —dice y me quedo estática— A las 10:30 .

—Eso es en media hora —digo un poco confundida.

—Entonces date prisa —y sin decir más, se va arrugando el papel que nos dieron.

(...)

Luego de aquel terrible momento. Apreto las cenizas de mama entre mis manos.

—Es oficial, que nos a dejado, ya no volverá —acaricio el jarrón que me dieron, como si fuera un bebé.

—¿Quieres esparcir las cenizas? —pregunta Izana a lo que digo que no— Bien.

—Izana, ¿podrias abrazarme? —sentía que mis lágrimas no iban a tardar en salir de nuevo.

Siento sus brazos rodearme por la espalda y el apoya su cabeza en mi hombro.

—Aunque ella ya no esté, tu y yo, siempre seremos hermanos.

—Pero... Izana, ¿que se supone que hagamos ahora? —pregunto mirando triste el jarrón.

—Lo que tenemos que hacer es ganar la pelea contra la ToMan. Mikey debe morir.

—Mamá no hubiera querido eso — le digo un poco molesta.

—Mamá siempre nos apoya en lo que hacemos, ¿por que iba a ser diferente esta vez? —me quedo muda ante eso— Yo me iré a dar una vuelta, necesito hablar con Tenjiku.

—Claro—sonrío levemente. Ya vamos llegando a casa. En cuanto entre, me tiraré al sofá y me quedaré durmiendo todo el día.

Izana se va y yo entro a casa. Dejo a mamá con cuidado sobre la mesa y me tumbo en el sofá, dispuesta a dormir.

No pasa mucho tiempo, cuando escucho que alguien llama a la puerta.
Me levanto refunduñando cosas y maldiciendo. Abro la puerta cansada pero rápidamente, cambio mi postura.

—¿Ran, Rindou? —pregunto— ¿Que hacéis aquí?

—Izana quería que vinieramos pero no nos ha dicho porque —dice Ran mirándome preocupado.

—Y con razón —escucho a Rindou.

—Pasad —me aparto y ambos entran.

La mirada de ambos pasa de mi al jarrón que hay en la mesa. No hacian falta las palabras para que supieran el porque Izana les había dicho que vinieran.

—T/n...—ambos hermanos me abrazan. Siento su calor corporal en todo mi ser y eso me tranquiliza bastante.

—Lo sentimos mucho —no se cual de los dos me está hablando. Ahora mismo, estoy demasiado concentrada en el contacto físico.

—Si hay algo que podamos hacer, tan solo dilo .

—Necesito atención y cariño, porfavor —suplico a ambos. Ahora mismo, lo que más quiero es que se queden conmigo y me mimen.

—Esta bien —Rindou me coje como a princesa y me lleva al sofá — Hoy lo pasaremos bien.

—¿Te refieres a follar? —pregunto.

—¿Que? ¡No! —dice pero se pone un poco nervioso— A ver, no es que no quiera o que seas fea o algo, si no que...

—Tranquilo, te estaba tomando el pelo —digo dandole un pico en los labios.

—¿Y yo? —Ran se acerca feroz a mi y le planto otro pico en los labios —Así mejor, nena.

—¿Nena? —digo confundida mientras ambos se acomodan a mi lado —Nunca me habeis llamado así.

—¿Que, no te gusta? —pregunta Ran sonriendo de manera torcida.

—Sí, me gusta mucho —digo sonrojada y me acomodo entre los dos.

—¿Que película queréis ver? —escucho decir a Rindou. Yo mientras, nos tapo a los tres con una manta.

—Yo una de acción o de miedo —dice Ran.

—¿Y tu, mi niña?

—¿Mi niña? ¿Vais a ir cambiando de apodos? —digo graciosa.

—Podríamos ponerte muchos apodos más, ¿sabes? —escucho a Rindou en mi oreja. Un escalofrío me recorre cuando muerde mi cuello—¿Que película?

—Me da igual —digo dejándome llevar por el tacto de sus dientes en mi piel.

—Entonces una de miedo —dice gracioso.

A media película ya estaba muerta de miedo. No miedo en sí, sino que habían tantos sustos que ya estaba súper alerta.

—¿Que te pasa, nena? —dice Ran — Si tienes miedo acercate a mi —da unas palmadas en sus piernas mientras me escanea con la mirada.

Mi niña se viene conmigo —habla Rindou, también dando unas palmadas.

—Chicos, tan sólo veamos la película —digo.

(...)

Luego de ver la película, decidimos hacer galletas.

—A ver, aquí dice que hay que empezar haciendo una masa —dice Ran mirandolo en su móvil.

—Y, ¿como se hace la masa? —pregunta ahora Rindou tras de mi.

—No lo pone —dice y suelto un suspiro.

—A ver, dejadme que lo explique yo.

—¿Tu sabes hacer galletas? —pregunta Rindou.

—Seguro, nuestra nena es la mejor —me sonrojo al escuchar eso.

—Eh, lo que sé es de ver a mi madre, puedo intentarlo —digo un poco triste al recordarla.

—No tienes porque si no quieres —me dicen ambos con sus manos en mis hombros.

Sonrío un poco y agarro sus manos.

—No. Esta tarde he visto que no me hace falta mi madre para ser feliz. No importa lo malo que nos pase, siempre encontraremos unasnera de vivir con ello —digo y por unos segundos nadie habla—Vosotros dos me hacéis feliz, mucho.

—Tu a nosotros también— dice Ran dando un suave beso en mi mejilla.

Tal vez, ha llegado el momento de decirlo...

—Me gustais, los dos y mucho —digo riendo al final, tratando de ocultar mis nervios.

—A mi también me gustas t/n, y mucho —escucho hablar a Rindou— Eres mi niña hermosa.

—También me gustas nena— no oculto mi sonrisa y ambos se sonrojan demasiado.

—Para ya —me dice Rindou.

No hago caso y le doy un beso en los labios a cada uno.

—Y ahora hagamos las galletas —digo contenta y con una sonrisa.

Muchas gracias chicos. Por estar conmigo y hacerme feliz. Gracias Izana a ti también por apoyarme.

Mamá, tu siempre me decias que no importa las dificultades, debemos aprender y vivir con ello.

No digo que no me duela, sino que te recordaré de otra manera.

¿A Quién Debo Elejir? -Ran y Rindou Haitani-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora