Hoy empieza mi primer día de escuela. He llegado hace poco a Roppongi y no conozco muy bien la zona. Espero que vaya todo bien hoy.
-¡T/n!
Escucho a mi mamá gritar desde la planta baja, ¿porque no puede venir? Luego, si yo le grito, ella se enfada conmigo.
-¡Deja de holgazanear y ven aquí a ayudar!
-¡Ya voy!
Suelto un largo suspiro de cansancio y bajo lentamente, intentando perder todo el tiempo posible.
Cuando bajo, me la encuentro en la cocina, con sus brazos en ambas caderas y mirándome, frustrada.
-¿Sabes que día es hoy?
-¿Viernes? -pregunto mientras levanto mis hombros.
-¡Hoy es lunes y empiezas las clases! ¿Donde tienes la cabeza? -se acerca y me da un golpecito en la frente.
Ya sé que es Lunes, solo era broma. Bueno, en verdad, quiero que sea Viernes lo antes posible.
-El desayuno está en la mesa. Cuando acabes, arreglate y ve a la escuela, no quiero que llegues tarde.
Se sienta al sofá y yo me voy a la cocina.
Si cree que me voy a ir andando está muy equivocada.(...)
-¡Kaku!
Saludo con mi mano desde la ventana de mi habitación. El me devuelve el gesto desde su moto.
Me despido de mi madre y al salir, voy entre unos árboles donde estaba Kakucho.
-Hey, ¿como estás?
Me sonríe y yo me voy subiendo a la moto, no sin antes chocar puños.
-Bien, ¿tu?
-Bien. Te llevo a la escuela y me voy, tengo cosas que atender.
-Claro.
Escucho como le da al pedal y hace sonar el motor. Paso mis brazos por su cadera y dejo caer mi mejilla en su espalda.
(...)
Kaku se va y yo entro a la escuela. Hay muchas personas y lo malo, esque no conozco a nadie.
Tampoco quiero hacerme amiga, me vale con Kaku como para esforzarme a tener más.
Por suerte, no me tuve que presentar porque el profesor se le olvidó así que estuve prestando atención y copiando apuntes.
Cuando la campana que indica el fin del infierno, o más bien, el recreo, agarro mi comida y salgo fuera. Están todos en grupos haciendo diferentes cosas, yo me siento en un banco y empiezo a comer tranquilamente .
(...)
Salgo de clases y decido dar una vuelta para conocer mejor la zona y de paso, comprarme un helado.
-Gracias señor.
-Gracias a usted, señorita.
Me despido con un gesto de mano y una sonrisa. Veo las tiendas de la calle y muchas luces, sigo caminando pero me paro en seco cuando ya no hay luces.
Mejor dicho, alguien me para.
-Lárgate.
Me dice sin motivo alguno, ni siquiera me está mirando.
-No.
Consigo que me mire y me doy cuenta que tiene los ojos lilas. Su mirada es penetrante y se me cae el helado al suelo.
-Escucha, voy a dejar pasar que me hayas manchado las zapatillas, porque no me apetece pegar a una chica hoy.
Trago grueso. ¿Habia dicho pegar? ¿Lo de darse puñetazos?
-Así que, lárgate.
Recalca la última palabra y vuelve a mirar al frente sin quitar su brazo de mí.
-No. ¿Porque no puedo pasar?
-No te gustaría ver lo que hay, aparte, no tienes que ver nada, no es asunto tuyo.
Este chico de trenzas me está empezando a molestar. Que idiota, ahora me habían entrado más ganas de pasar por aquí.
¿Que no tengo que ver? ¿Estan haciendo algo malo.-¿Quien eres?
Parece que la pregunta le sorprende bastante ya que abre bastante los ojos.
-¿No sabes quien soy?
-No, por eso lo pregunto.
Levanto las cejas y el solo chasquea la lengua.
-Soy Ran Haitani, jefe de Roppongi con mi hermano.
-¿Jefe?
-Sí, así que debes respetarme, pequeña.
Le aparto bruscamente la mano cuando la coloca en mi cabeza.
-Por una vez que intento ser bueno y esto es lo que pasa.
Se ríe un poco agachando la vista y la levanta de nuevo, con una sonrisa cínica.
Lo siguiente que veo es el suelo y un inmenso dolor en mi mejilla y cabeza. Me toco la cabeza y veo mi mano ensangrentada.
-¿Que coño, Ran?
-Venga ya, no fui tan duro.
Osea, que tirarme al suelo de un puñetazo y dejarme la cabeza sangrando, ¿no es ir tan duro? Luego ya no se que pasa ya que se vuelve todo negro.
ESTÁS LEYENDO
¿A Quién Debo Elejir? -Ran y Rindou Haitani-
FanficHistoria en la cual una niña inocente y buena, se convierte en villana. Nos habíamos conocido en momentos distintos. Haitani... Ese apellido que me tenía prendada, no me lo podía sacar de la cabeza... a ambos. Ran y Rindou, mis dos amores. Sé que...