• 1 •

8.5K 889 728
                                    

Hoy empieza mi primer día de escuela. He llegado hace poco a Roppongi y no conozco muy bien la zona. Espero que vaya todo bien hoy.

-¡T/n!

Escucho a mi mamá gritar desde la planta baja, ¿porque no puede venir? Luego, si yo le grito, ella se enfada conmigo.

-¡Deja de holgazanear y ven aquí a ayudar!

-¡Ya voy!

Suelto un largo suspiro de cansancio y bajo lentamente, intentando perder todo el tiempo posible.

Cuando bajo, me la encuentro en la cocina, con sus brazos en ambas caderas y mirándome, frustrada.

-¿Sabes que día es hoy?

-¿Viernes? -pregunto mientras levanto mis hombros.

-¡Hoy es lunes y empiezas las clases! ¿Donde tienes la cabeza? -se acerca y me da un golpecito en la frente.

Ya sé que es Lunes, solo era broma. Bueno, en verdad, quiero que sea Viernes lo antes posible.

-El desayuno está en la mesa. Cuando acabes, arreglate y ve a la escuela, no quiero que llegues tarde.

Se sienta al sofá y yo me voy a la cocina.
Si cree que me voy a ir andando está muy equivocada.

(...)

-¡Kaku!

Saludo con mi mano desde la ventana de mi habitación. El me devuelve el gesto desde su moto.

Me despido de mi madre y al salir, voy entre unos árboles donde estaba Kakucho.

-Hey, ¿como estás?

Me sonríe y yo me voy subiendo a la moto, no sin antes chocar puños.

-Bien, ¿tu?

-Bien. Te llevo a la escuela y me voy, tengo cosas que atender.

-Claro.

Escucho como le da al pedal y hace sonar el motor. Paso mis brazos por su cadera y dejo caer mi mejilla en su espalda.

(...)

Kaku se va y yo entro a la escuela. Hay muchas personas y lo malo, esque no conozco a nadie.

Tampoco quiero hacerme amiga, me vale con Kaku como para esforzarme a tener más.

Por suerte, no me tuve que presentar porque el profesor se le olvidó así que estuve prestando atención y copiando apuntes.

Cuando la campana que indica el fin del infierno, o más bien, el recreo, agarro mi comida y salgo fuera. Están todos en grupos haciendo diferentes cosas, yo me siento en un banco y empiezo a comer tranquilamente .

(...)

Salgo de clases y decido dar una vuelta para conocer mejor la zona y de paso, comprarme un helado.

-Gracias señor.

-Gracias a usted, señorita.

Me despido con un gesto de mano y una sonrisa. Veo las tiendas de la calle y muchas luces, sigo caminando pero me paro en seco cuando ya no hay luces.

Mejor dicho, alguien me para.

-Lárgate.

Me dice sin motivo alguno, ni siquiera me está mirando.

-No.

Consigo que me mire y me doy cuenta que tiene los ojos lilas. Su mirada es penetrante y se me cae el helado al suelo.

-Escucha, voy a dejar pasar que me hayas manchado las zapatillas, porque no me apetece pegar a una chica hoy.

Trago grueso. ¿Habia dicho pegar? ¿Lo de darse puñetazos?

-Así que, lárgate.

Recalca la última palabra y vuelve a mirar al frente sin quitar su brazo de mí.

-No. ¿Porque no puedo pasar?

-No te gustaría ver lo que hay, aparte, no tienes que ver nada, no es asunto tuyo.

Este chico de trenzas me está empezando a molestar. Que idiota, ahora me habían entrado más ganas de pasar por aquí.
¿Que no tengo que ver? ¿Estan haciendo algo malo.

-¿Quien eres?

Parece que la pregunta le sorprende bastante ya que abre bastante los ojos.

-¿No sabes quien soy?

-No, por eso lo pregunto.

Levanto las cejas y el solo chasquea la lengua.

-Soy Ran Haitani, jefe de Roppongi con mi hermano.

-¿Jefe?

-Sí, así que debes respetarme, pequeña.

Le aparto bruscamente la mano cuando la coloca en mi cabeza.

-Por una vez que intento ser bueno y esto es lo que pasa.

Se ríe un poco agachando la vista y la levanta de nuevo, con una sonrisa cínica.

Lo siguiente que veo es el suelo y un inmenso dolor en mi mejilla y cabeza. Me toco la cabeza y veo mi mano ensangrentada.

-¿Que coño, Ran?

-Venga ya, no fui tan duro.

Osea, que tirarme al suelo de un puñetazo y dejarme la cabeza sangrando, ¿no es ir tan duro? Luego ya no se que pasa ya que se vuelve todo negro.

¿A Quién Debo Elejir? -Ran y Rindou Haitani-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora