Solo un vistazo

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Dormir en hospitales es la peor cosa que jamás puedes hacer y más cuando se trata de cuidar a un familiar.

Me quejo varias veces del dolor de espalda que tengo gracias al sillón que me acogió como una cama durante toda la noche.

Al menos papá ya despertó, hablé con él y le expliqué la situación. Me pidió que no falle en la escuela así que si antes pensaba esforzarme ahora tengo que poner el triple de mi parte.

Anoto lo que veo en el pizarrón, trato de concentrarme lo más que puedo en el tema y básicamente en eso se basa mi vida escolar, anotar, escuchar y poner en práctica lo aprendido.

Lo bueno es que el trabajo está relacionado a la robótica así que también me servirá como práctica.

En cuanto suena la campana tomo mis cosas a la velocidad de la luz y salgo en dirección al Mega Pizzaplex aunque me tropiezo con alguien en el camino haciendo que los papeles que llevaba el pobre chico salieran disparados en todas direcciones.

-¡Ugh!- me tomo la cabeza -Eso seguro me dejará un chichón- me quejo en voz baja.

-¡Lo siento!- al acoplar mi vista logro divisar a un chico de cabello castaño, ojos azules y tez clara -¿Te hice daño?

-No te preocupes- me incorporo recogiendo los papeles antes de que se los lleve el viento -Fue mi culpa.

-Je supongo que es de ambos- me mira avergonzado con el resto de papeles en las manos -Me llamo Tyler.

-Soy Sahara- sonrío ante sus adorables gestos -Creo que esto es tuyo.

-¡Oh!- se apresura a recibirlos -Claro, gracias por la ayuda.

-No hay de qué- miro la hora en su reloj -Eh... ¿Está correcta?

-¿Eh?- mira la hora -Si.

-Dios, voy tarde- tomo mis cosas -Fue un gusto Tyler, ¡Espero verte pronto!- camino al centro de entretenimiento, después de todo, está solo a unas cuadras de la universidad.

Me apresuro pero intento verme no tan desesperada.

¿Qué son cinco minutos tarde, después de todo?

Tomo aire acomodando mi ropa y asegurándome que todo esté en su lugar para tomar una gran bocanada de aire y entrar.

Paseo la mirada por todo el lugar, me sorprende que mis padres nunca me hayan traído aquí.

-Toma un mapa- un robot blanco se me acerca ofreciendo un trozo de papel, el cual tomo detallando la estructura dibujada en este.

-Gracias- respondo instintivamente pero en cuanto me doy cuenta de que le estoy hablando a un robot solo niego con la cabeza -Ah, lo siento, ¡Di-digo! ¡Agh!- me froto la cara -¿Qué más da?- sigo mi camino bufando.

-Mamá, ¿Por qué esa chica está hablando sola?- escucho a mis espaldas por lo que solo atino a ponerme peor que una bombilla navideña y seguir hasta perderme entre la gente.

-Necesito un jodido...- mis ojos se expanden al ver a un guardia de seguridad -¡Oficial!- me apresuro a él.

-¿Algún problema?- niego con la cabeza.

-Eh, no- me acomodo a su lado -Escuche, trabajaré aquí y me preguntaba en donde podría encontrar al encargado.

-Mire- señala una parte del mapa -Siga por este corredor hasta subir al segundo piso, ahí hay una oficina junto a la tienda de recuerdos.

-Muchas gracias- tomo las escaleras para subir intentando poner mis pensamientos en orden antes de hacer otro movimiento.

Sigo las instrucciones que me dio aquel guardia y llego a la oficina justo cuando escucho voces del otro lado de la puerta.

You can't hate me [Montgomery Gator]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora