Noche 1

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Suspiro acomodando mi ropa, necesito verme presentable en el primer día de trabajo, o mejor dicho, noche de trabajo.

Me miro una última vez frente al espejo para despedirme de papá y bajar a la entrada, donde el taxi ya me está esperando para llevarme al Pizzaplex.

Pago y al bajar lo primero que veo es a una chica rubia de ojos amarillos que me mira confundida y seria.

-¿Tu eres la nueva?

-Soy Sahara, un gusto...- leo el gafete que cuelga de su pecho -Vanessa.

-Bien, lamento el ser tan brusca- suspira abriendo la puerta y ofreciéndome entrar, le tomo la palabra comenzando nuestro recorrido a no sé donde.

-Tranquila, entiendo que estés así con la novata.

-No es eso, es el tiempo con el que me avisaron de tu llegada, literalmente me avisaron hace una media hora así que tuve que apurarme para acomodar todo.

-Oh, lamento eso- entramos a la zona de casilleros donde hay uno que ya tiene mi nombre escrito.

-Este es tuyo- lo señala -Ahí te espera el uniforme - asiento para abrir la pequeña puerta, encontrándome con una camiseta de color negro sin mangas, un short del mismo color junto con unos guantes largos del mismo color, un gran overol de color azul y unos zapatos de trabajo negros.

-Logré que consiguieran uno de tu talla.

-Muchas gracias- dejo mi mochila en la banca para quitarme los zapatos y el resto de la ropa.

-No te preocupes, los animatrónicos muy rara vez vienen a esta parte, puedes cambiarte con libertad, ¡Oh! Casi lo olvido- me extiende una gorra del mismo color que el overol por lo que amarro mi cabello en una coleta y luego me pongo el objeto.

Asiento poniéndome el uniforme que me dan aunque al sentir calor opto por subir el overol a mi cintura y ahí amarro las mangas para que se quede sujeto, al fin y al cabo, la camiseta cubre mi torso.

-¿Lista? Te daré un rápido recorrido, ¿Ya te dijeron tus tareas?

-Ya- explico guardando mis cosas y caminando con Vanessa -Me haré cargo del mantenimiento de los animatrónicos además de acompañarte en tus turnos como guardia.

-Bien- asiente -Necesito que seas puntual, los animatrónicos tienen permitido deambular en las noches pero procura no dañarlos ni tocarlos.

-¡Oh, vamos!- se escucha la misma voz varonil e inconfundible del cocodrilo -Deja que la novata respire un poco.

-¡Monty!- lo mira con desaprobación -Deja de meterte en los asuntos que no te importan- me sorprende la manera en la que le habla pero opto por quedarme callada.

-Solo digo- ríe mirándome por encima de sus lentes.

-Buena suerte aquí, preciosa- dice para luego salir de aquel pasillo.

-¿Qué fue eso?- miro a la rubia con curiosidad.

-No dejes que sus coqueteos te afecten. Le habla así a todas las chicas que conoce, esa es su forma de ser.

-Ya veo...- miro al frente -La verdad, solo he venido por el trabajo, no a coquetear ni mucho menos.

-Eso habla muy bien de ti- sonrío ante sus palabras -Escucha, usualmente los turnos nocturnos son más relajados así que podrás tomarte tu tiempo para trabajar. He reportado fallas eléctricas en algunas habitaciones de los animatrónicos y en el Monty Golf.

-Yo me encargo.

-¿Sabes llegar?

-Eso creo.

-Bueno, si necesitas ayuda o te pierdes puedes acercarte a los robots vigilantes, ellos te orientarán- señala unos robots como el que me dio el mapa.

You can't hate me [Montgomery Gator]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora