3. Llegada a tu destino

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— Luego de que este se posara sobre mi cabeza continué caminando tranquilamente mientras tarareaba canciones que recordaba de su infancia.

— hace un rato que no hablas ni nada ¿Te ha comido la lengua el gato? — le dije mientras acariciaba suavemente el dorso plumado color azabache de mi compañero para luego decir — o... ¿Es que estás cómodo ahí? — dije con un tono burlón al final de la frase.

— Solo me he posado sobre tu cabeza porque no había otra opción. — Respondió mientras sacaba aire por la nariz orgullosamente.

— Al escuchar su respuesta me hizo gracia por lo que me reí interiormente tratando de disimularla. — Oh... Entiendo, entonces no es necesario que estés sobre mi cabeza ya que no es un souvenir de gran calidad.

— ah?!- — Reaccionó levantando la cabeza al instante mientras trataba de excusarse para no salirse de la parte superior de mi cabeza. — no no no no, no me refiero a que quiera salir, además tú me lo ofreciste y sería de mala educación no aceptar tu propuesta. — Finalmente terminó de excusarse mientras fingía estar apenado.

— entiendo.. — Dije rodando mis ojos mientras sonreía tratando de no reírme por su reacción, pero fue en vano ya que este lo notó.

— ¿De que te ríes? — dijo fingiendo un tono enfadado e indignado aunque se veía como si estuviera ofendido de que no hubiera creído su mala excusa.

— de nada, no me he reído de nada — luego continué caminando tranquilamente.

_____ continuó caminando un buen rato tranquilamente mientras escuchaba los leves ronquidos de parte de su compañero alado que se situaba arriba de su cabeza yaciendo dormido, lo que se le hacía muy adorable a ella ya que, este, no había tardado casi nada en dormirse.

Sus pasos casi silenciosos, si no fuera por la fricción entre sus pasos y la alta maleza y el silencio que nublaba todo hacía que fuera relajante pasar por ahí, el sonido de la leve y refrescante brisa acariciando la elevada hierba volvía todo mucho más pacífico y calmado, la gran esfera flotante nocturna completamente blanca y redondeada junto a millones de puntos en el cielo hacía que la escena fuera hermosa a la vista de cualquier ser que pasara por allí.

Ella continuaba caminando tranquilamente, pero se detuvo al escuchar un ruido seco, esta al escucharlo frenó en seco ya que la presencia de aquel ser no era humana ni animal por lo que la presencia de aquel ser era demoníaca. Desenfundó un pequeño trozo de la hoja, suficiente para que la luz de la luna rebotara contra ella, de su katana por precaución y se puso de frente a los matorrales que había enfrente suyo, fue agachándose poco a poco hasta ponerse de cuclillas, y con la mano que tenía libre fue pasando la yema de sus dedos delicadamente por el suelo hasta que notó una piedrecita más o menos grande, volvió a ponerse de pie de la misma manera en la que se había agachado y la lanzó hasta donde los arbustos de los que emanaba aquel olor inhumano con esperanzas de que aquella cosa saliera de su escondite, pero esto fue en vano, aquello no salió de su lugar, lo único que hizo fue volver lanzar la piedrecita por donde había venido, por lo que a _____ esto ya le demostró que lo que creía era cierto, ya que no haría volar la piedrecita por encima de los arbustos de nuevo, desenfunde mi katana un poco más y se acercó sigilosamente al arbusto, cerca de él, pero a una distancia segura, aquel demonio ni siquiera notó su presencia y seguía devorando como un loco aquella criatura, se le notaba desesperado por comer algo, ya que lo hacía con ansias, terminé de desenfundar mi katana en un rápido y silencioso movimiento.

— Respiración de la llama, primera postura; Luz fluorescente — Me abalancé contra el demonio y le corté la cabeza con un rápido y limpio movimiento.

Maestro ( Kyojuro × T/N )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora