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No salió para nada el resto del día, ni siquiera comió.

Yo tampoco pude, la culpa me carcome. Ni siquiera pude dormir, Dongju me preocupa demasiado y solo hice que se confundiera.

Me acerco a su puerta y golpeo, ayer insistí también pero no hizo caso.

─Dongju.

─ ¿Qué sucede? ─pregunta sin abrir.

─ ¿Quieres hablar?

─No, gracias... ¿Podrías dejarme solo un rato más?

─ ¿Tienes un problema?

─N-no.

Dejo de molestar y camino a la planta baja, no me molesto en vestirme siquiera, solo quiero saber qué puedo hacer para ayudarlo.

Tiene que estar tranquilo y solo he empeorado todo, pero si me voy volverá a enfermar, estoy entre la espada y la pared.

Camino a la cocina y me sirvo algo que sobró de ayer, no es que tenga tanta hambre, pero necesito almorzar o no podré cuidar de él.

Mi tía sabría qué hacer, siempre sabía qué hacer.

Tal vez podría hablar con mi mamá, pero no tengo manera de explicarle lo que sucede con nosotros.

Termino mis alimentos y lavo los platos, quiero hacer algo para matar el tiempo mientras sale Dong.

Tal vez pueda aprovechar para cambiar la cerradura de la puerta.

Salgo de la cocina para buscar las herramientas, pero.

Ese olor.

Sé que le pertenece a Dongju aunque nunca ha olido con tanta intensidad, fácilmente toda la casa lleva su esencia.

A menos que...

Mierda.

Subo las escaleras lentamente, tengo que ser cuidadoso porque si bajo la guardia mi instinto podría ganarme y empeoraría las cosas.

─Dongju ─nombro detrás de la puerta.

─Vete ─pide con voz débil.

─ ¿Te sientes bien?

─Sí... No, no lo sé.

─ ¿Tienes calor?

─Y duele.

En serio estoy en una mala situación, tengo que calmarme, pero también quiero ayudarlo.

─ ¿Te ha pasado antes?

─N-no ─niega y abre la puerta─ sé lo que pasa, mamá me dijo que esto nos pasa a los omegas.

─Eres muy grande como para nunca haber entrado en celo.

─También sé eso ¡Ah! ─se queja volviendo a la cama y se sienta─ si me tomo una ducha, ¿Crees que pare?

Entro nervioso para buscar alguna solución, debe haber supresores o algo que pueda calmarlo, pero por la intensidad de su aroma dudo que haga efecto a tiempo.

─En serio duele, mierda ─continúa echándose por fin.

Sé que me arrepentiré, pero necesita esto tanto como yo.

─ ¿Quieres qué te ayude a sentir mejor? ─cuestiono acercándome lentamente pero no es para que no me tema.

Lo estoy rodeando como mi lobo me lo exige, quiero que note que tengo un deseo grande sobre él.

Sus ojos que paseaban por la habitación ahora solo se concentran en mí, sus pupilas se hacen más grandes.

─Sí.

─Quítate la ropa.

No pasaron ni cinco segundos después de mi orden y su ropa comienza a volar por la habitación, ya no me importa nada, solo quiero complacerlo además de saciar mi hambre por su cuerpo.

Una vez su ropa interior toca el suelo me arrojo a él como si de una presa se tratara y beso su cuello siendo cuidadoso para no morderlo, no es tiempo.

No quiero que la lujuria me cegué tanto como para hacer algo que no quiere, eso debe de hablarse.

Me quito mis prendas para estar al a par y logro escuchar pequeños gruñidos proviniendo de él, me sorprende que a esta edad no haya entrado en su celo antes pero no es un omega común.

Al ser destinados tal vez solo se activa cuando su alfa está cerca.

Me coloco sobre él combinando nuestros aromas, el calor de su cuerpo se transmite al mío con nada roce, nuestras erecciones chocan entre sí volviendo más placentero cada toque.

Paso mi mano por su entrada y noto lo húmeda que se encuentra, solo fueron necesarios un par de roces para que se lubricara para mí.

─ ¿Estás bien?

─Por favor, te quiero adentro ─pide entre jadeos.

Esto está mal, pero no tendré otra oportunidad como esta para sellar mi amor con él.

Separo sus piernas y ahora sí veo como moja hasta las sabanas, ni si quiera lo he tocado tanto y ya está ansioso por sentirme.

Tomo mi hombría y la inserto de una, está tan mojado y caliente que siento que es la mejor sensación del mundo.

Tal cálido.

Tan húmedo.

Tan mío.

Me sostengo de sus piernas y comienzo a envestirlo, la habitación entera huele a nosotros y con cada sonido.

Cada gemido que sale de nuestras bocas, cada ruido de nuestras pieles sudadas haciendo fricción.

Me hacen pensar en que no debí huir como un cobarde, tengo que reclamarlo como lo que es.

Porque es mío y solo yo lo puedo follar, solo yo lo puedo besar y solo yo lo puedo preñar.

Si lo mordiera ahora terminaría con todo, él sabría que me pertenece y no habría vuelta atrás, tendría que aceptarme como su pareja, como su alfa.

Como su hombre.

─Ah ─suelta luego de una serie de gruñidos.

Me muevo violentamente pero su rostro me hace saber que le gusta, mi polla disfruta tanto de su interior que en cualquier momento me correré en su bonito culo, mi nudo lo hará parte de mí.

Y mi mordida lo hará mío.

Passion [leeon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora