Las cosas no son color de rosa, siempre hay otro lado de la moneda, detrás de un chico tímido puede haber algo más, detrás de un chico frío puede haber algo más, eso lo sé muy bien, por eso... quiero saber más de ti, y conocer todos tus lados
☕︎Tra...
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Un simple entrenamiento
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Estas en los vestidores charlando con las chicas mientras se colocan sus trajes de héroe para el entrenamiento
—Ya quiero que sean las vacaciones de invierno para irme a Tokio con mi familia— comentó Mina
—¿Ustedes irán de viaje? Yo me voy a quedar a ayudar a mis padres— añadió Uraraka
—Yo también me voy a quedar en casa a descansar un poco, los entrenamientos son pesados— suspiró Momo mientras se terminaba de acomodar el cuello del traje
—Tu ni ocupas viajar, tienes piscina y mesa de hockey en tu casa— soltó Mina a lo que soltaron una risita —¿Y tu Takeshi?, ¿Saldrás con tu familia?—
—Aún no lo sé, talvez vallamos a México unos días— respondes encogiendote de hombros
—Oigan, ya tenemos que salir— avisó Jirou desde la puerta
Todas terminaron de alistarse y salieron al campus donde ya estaban Aizawa y los chicos
—Hasta que llegan— bufó Aizawa —Haremos enfrentamientos uno a uno por tiempo, ya saben como es esto, si tardan más de 15 minutos ambos quedan descalificados— explicó abriendo un panel electrónico donde aparecen las parejas que pasarían, a ti te había tocado con Denki así que no te sentiste nerviosa —Los primeros en pasar son Todoroki y Midoriya, andando—
—¿A quien le vas?— te susurró Sero
—A Shoto, ¿y tu?— respondiste de igual manera
—A Midoriya— ambos se vieron entré si y sonrieron
—300 yenes— propusiste
—Va— aceptó la apuesta
El combate pronto empezó con grandes estallidos, fuego y hielo, estaban bastante empatados y el tiempo empezaba a acabarse
—¡El entrenamiento terminó! ¡Todoroki gana!— avisó Aizawa y pronto llegó una camilla para llevarse a Izuku, como siempre
Extendiste tu mano hacia Sero y este suspiró, sacó su cartera y te dio el dinero de la apuesta
—Un placer hacer negocios contigo— sonreiste guardando los billetes
—Sero y Uraraka— avisó Aizawa
—Bueno, me toca, mira y aprende— sonrió cerrando su casco y subiendo al campo
