Las cosas no son color de rosa, siempre hay otro lado de la moneda, detrás de un chico tímido puede haber algo más, detrás de un chico frío puede haber algo más, eso lo sé muy bien, por eso... quiero saber más de ti, y conocer todos tus lados
☕︎Tra...
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Madrugada
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Aizawa llegó a su departamento en total silencio, estaba en blanco sin saber que pensar o decir
Se sentía un asco de persona, había besado a una alumna, a una menor, no solo era ilegal si no que estaba muy mal, se sentía muy culpable y creyó no poder verla a la cara por lo que le restaba de vida, se maldijo a si mismo por haberla dejado y peor aún, haberlo disfrutado tanto, porque fue como si hubiera tocado el cielo unos momentos hundido en el edén, como si hubiera sido la primera vez
Le daba vueltas y vueltas al asunto sin saber que hacer ahora, porque no es como si pudiera ignorarla por siempre ya que era su alumna además de vivir en el mismo piso que el
Me mudo?
No puedo, mucho gasto y estrés
Me salgo del trabajo?
No puedo, Eri y Sushi necesitan comer
¿Qué hago? ¿Qué hago.....?
Se mordía la mejilla interna pensativo mientras subía por el elevador de su edificio
Su cabeza empezaba a doler por sobrepasar todo el asunto, quería que la tierra lo tragara y escupiera en marte, lo más lejos posible de la chica, pero al mismo tiempo quería quedarse, quería pasar más tiempo con ella y volver a probar sus labios, pasar las tardes a su lado y saber más de ella cada día
Su corazón le decía "Quédate", su mente "Aléjate", bufó estresado y molesto con él mismo, ¿A donde se había ido su cabeza cuando pasó?, no podía creer que se hubiera permitido disfrutarlo tanto
Salió del elevador y entró a su departamento
—Aizawa San— saludó la niñera, una joven de cabello turquesa y ojos grises
—Buenas noches— saludó de vuelta algo distraído
—Eri está en su cuarto, se está poniendo pijama, hay cena en la estufa— Indicó levantándose del sillón
—Bien, gracias— tomó una taza de café, Eri salió de su habitación y sonrió al ver al mayor
—Hola— saludó yendo a abrazarlo, el la rodeó con uno de sus brazos
—Hola peque— Mostró una sonrisa cansada
—¿Estás bien?, pareces decaído— soltó, la niña era bastante intuitiva en cuanto a su padre respecta
