Las cosas no son color de rosa, siempre hay otro lado de la moneda, detrás de un chico tímido puede haber algo más, detrás de un chico frío puede haber algo más, eso lo sé muy bien, por eso... quiero saber más de ti, y conocer todos tus lados
☕︎Tra...
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Nieve
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-Hijo de toda tu puta madre...- gruñes caminando en círculos afuera de tu puerta
Son las 4 de la tarde, recién llegaste de haber pasado todo el día en casa de Sero, habías notado que no traes tus llaves así que le llamaste a Dann, quien se supone que ya debería de haber estado en el departamento pero no es así, no ah respondido tus llamadas y estás bastante molesta y preocupada al no tener forma de entrar
No tienes mucha opción, así que para no quedarte ahí en el pasillo haciendo corajes todo el día, decidiste ir por un café y quedarte un rato en el parque cerca del edificio
Caminas por las calles nevadas y pides tu café, saliste del local (Que estaba lleno) y te dirigiste a esperar en el parque, caminas al rededor cuando escuchas una voz conocida
-¡Keshi San!- llamó, pronto viste a la pequeña albina abrazada a tus piernas
-¡Ey hola enana!- saludaste alegremente agachandote para abrazarle mejor -Hace mucho que no te veía, ¿Cómo estás?-
-Bien, mi papá me trajo al parque un rato para jugar con la nieve- mencionó alegremente señalando al mayor, quien estaba sentado en una banca bebiendo una taza de café -¿Hacemos un muñeco de nieve?- preguntó ilusionada, ante esa dulce sonrisa y ojos suplicantes no pudiste negarte
-Claro, vamos- sonries, ella te tomó de la mano y te llevó donde estaba
-Papá mira- llamó al mayor, este levantó la vista y sus miradas chocaron
No se habían topado desde aquel día en la UA, y tenerlo de frente era algo extraño, ambos desviaron la mirada ligeramente avergonzados y sonrojados
-Hola- saludó educado
-Hola- devolviste neutral
-Vamos, vamos- Animó la niña, ajena al ambiente tenso que se había formado entre ustedes dos
Eri comenzó a hacer una bola de nueve y tu le ayudaste, empezaron a hacer el muñeco, gracias a los gruesos guantes y el calor del café no se te congelaron los dedos, pronto olvidaste hasta que Aizawa estaba ahí
-Necesita brazos- dijo levantándose -Quédateaquí, iré por brazos- soltaste una risita, un par de minutos y volvió con unas ramitas en sus manos
Colocó los "brazos" y luego tomaron algunas piedritas para para los ojos
-Papá papá, necesito mi tapper- pidió la menor, el azabache se lo entregó y ella sacó un palito de zanahoria, luego le devolvió el bote
