Morning [Moonsun]

Capítulo 1

Yongsun buscó por los pasillos ciegamente a Byul, tratando de rastrear su olor, pero no logró percibir ni el más mínimo brote.

Decidió entrar a la cafetería, pensando que Byul pudo haberse quedado hablando con algún compañero o maestro, sin embargo, en dicho lugar no había rastro de ella.

La alfa ya estaba jadeando y sudando mientras deambulaba por la escuela; tampoco había actualizaciones de las demás. Nadie hallaba el paradero de Byul. Yongsun ingresó al pequeño jardín del campus, y allí finalmente logró captar una bocanada de un olor muy familiar. Respiró hondo y siguió el rastro hasta que se hizo más fuerte y pudo confirmar que era Byul.

Pero ¿por qué estaba su omega aquí?

Bueno, ya no importaba mucho porque podía oler un poco de angustia mezclada con su esencia de vainilla. La velocidad de Yong aumentó aún más, buscando frenéticamente a su compañera hasta que la vio apoyada en uno de los árboles, con la cabeza gacha y abrazando sus rodillas.

Un suspiro de alivio escapó de los labios entreabiertos, acercándose lentamente a ella y dando a conocer su presencia para que la mujer más joven no se sorprendiera demasiado. Se agachó a su lado y movió su mano al hombro de Byul.

— Byul, ¿por qué estás aquí?

Trató de ver si estaba herida o algo, pero no encontró nada.

— ¿Estás bien? ¿Byulie? — volvió a llamar, preocupada.

Byul luego movió la cabeza, mostrando su rostro: tenía una mirada muy aterradora que hizo que Yongsun se estremeciera un poco. Byul podía ser aterradora.

— ¿Qué ocurre? — preguntó Yong nuevamente después de reunir suficiente coraje.

Byul la estaba mirando como un depredador a su presa, casi gruñendo, con el rostro sombrío.

¿Había hecho algo mal? Lo dudaba porque cuando se separaron esta mañana para sus clases, estaban bien, e incluso Byul fue aún más cariñosa de lo normal. No entendía el porqué de su cambio de ánimo.

Byul resopló, rodando los ojos, su labio inferior fruncido.

— Nada — susurró, y suspiró exageradamente.

Yongsun parpadeó, no convencida. Algo andaba mal. Entonces, el conocido aroma de Byul se hizo más notorio, inundando sus fosas nasales por completo. Si bien la vainilla era conocida por ser una fragancia sutil y agradable, ahora casi la estaba sofocando.

Aroma predominante, aumento de feromonas, cambios de ánimo...

— ¡Oh! ¿Estás experimentando tu calor?

La omega asintió amargamente en respuesta antes de ponerse de pie con cuidado. Yong la sujetó del brazo con fuerza, tratando de ayudarla.

— ¿Tomaste tus supresores?

— Sí, hace poco.

— ¿Algún efecto secundario?

— Nada grave, solo un poco de mareo.

— Déjame llevarte a la enfermería.

— ¡No!

Yongsun se estremeció cuando Byul le gritó pero su agarre permaneció inmóvil. La omega se sintió un poco culpable cuando se dio cuenta de que levantó la voz sin saberlo, incapaz de controlarse. A pesar de aquello, Yongsun fue completamente comprensiva, entendía que no había sido intencional decir eso, y que solo estaba sometida por sus emociones y cambios de humor.

— ¿Quieres ir a mi casa? — preguntó en su lugar, en voz baja. Sabía que hoy la madre de Byul trabajaba hasta altas horas, por ello era preferible que se quedara a su cuidado, al menos por esta tarde.