Morning [Moonsun]

Capítulo 6

La universidad será la mejor etapa de tu vida, dijeron.

Mentira, es una vil mentira que se acostumbra a decir a los jóvenes con el fin de avivar su espíritu a ser mejor.

Bueno, quizás Yongsun estaba exagerando. En primer lugar, sus padres siempre habían sido honestos con ella en torno a este aspecto, describiendo la universidad como un campo minado, dónde solo los valientes buscan ganar o en su defecto sobrevivir, claro, conocerás gente interesante en el transcurso y vivirás experiencias nuevas, pero aquello no significa que necesariamente debe ser la mejor etapa de tu vida.

Y Yongsun lo estaba viviendo en carne propia, porque sí, había logrado ingresa a SNU. Aún recuerda la emoción y ansiedad que invadió su cuerpo cuando supo que la aceptaron; sus padres casi rompen en llanto ante la noticia, sintiéndose orgullosos del logro de su hija, sin mencionar que una emocionada Byul daba vueltas a su alrededor, esparciendo besos en sus mejillas.

El primer día fue caótico para ella, casi llega tarde a su primera clase y tropezó en varias oportunidades, causando un par de risas a cualquiera estudiante o maestro que se encontrara cerca. Otra situación que vivía mucho era la constante equivocación por parte de alfas que se se acercaban a coquetearle, pensado que era una omega por su dulce aroma.

[...]

— ¿Qué tú qué? — preguntó desconcertado el alfa sentado a su lado.

— Yo también soy alfa, así que no pierdas tu tiempo, y adiós — explicó con cansancio.

Llevaba aproximadamente veinte minutos soportando elogios y para nada sutiles coqueteos cuando finalmente decidió quitarle la venda de los ojos a aquel chico.

— No es necesario que mientas, solo dime qué no te gusto.

— ¿Ah? — Yongsun lo miró incrédula. — Ya te he dicho que soy alfa, ¿qué más quieres?

— No parece — murmuró él, acercándose más. — A ver, demuéstralo.

La pelinegra no entendió a qué se refería, hasta que siguió la mirada de este irritante alfa, quien mantenía su vista en su entrepierna.

— ¡Pervertido! — le gritó Yong, plantándole una bofetada en su mejilla derecha para segundos después irse.

[...]

Mientras tanto la menor de los Kim intentaba adaptarse a su nueva rutina diaria, cierta omega se concentraba en averiguar fechas de audiciones por parte de cada agencia de entretenimiento reconocida. Tal como Yongsun le había dicho, estuvo acompañándola a cada audición que se presentará sin importar el día o la hora. En muchas ocasiones, su linda alfa llevaba comida para las dos, y se aseguraba que comiera algo fuera de esas insípidas barras de pan.

La pareja se encontraba sentada en una banca del parque central a medio día, compartiendo la deliciosa comida que la mayor había preparado, el menú de hoy era gimbap y bulgogi.

— Creo que mejor seré policía — comento Byul, comiendo un gimbap.

— No entiendo por qué lo dices — dijo Yongsun extrañada, sus labios frunciéndose con anticipación.

— He pasado por más de treinta audiciones y en todas me dicen absolutamente lo mismo: Cantas y bailas bien, pero no eres lo que estamos buscando — sus ojos se posaron en el par de niños que reían y jugaban a unos metros. — Tal vez ser cantantes no es lo mío.

Nadie mencionó alguna palabra por unos minutos, minutos que parecieron una eternidad para Byul. Era consciente de la forma en que su novia la miraba como si estuviera leyendo su mente.

— Creo que tienes razón — soltó Yongsun con total naturalidad probando otro gimbap.

— Gracias por el apoyo moral, eh — murmuró con sarcasmo.

Yong le sonrió, su mirada desviándose hacia la mujer menor con tranquilidad. No le gustaba ser ruda, pero la situación lo ameritaba.

— Te apoyaré en cada decisión que tomes, Byul. Y si tú decisión es dejar tu más grande sueño después de una mala racha, que así sea entonces.

Byul se quedó boquiabierta. 

— ¿Es una clase de psicología inversa? — dijo finalmente, una sonrisa apareciendo en sus labios.

— Es posible — la pelinegra se encogió de hombros, riendo cuando recibió un golpe suave en el brazo.

— Dentro de una semana hay una audición — dijo la omega luego de unos segundos. — La empresa es nueva y pequeña.

— ¿Iras? — Yong pregunto, intrigada por la respuesta. Sabe que apostar por una empresa sin reconocimiento ni un futuro sólido sería arriesgado.

— No hay que temerle al éxito, ¿no? — contestó, tomando su mano y entrelazando sus dedos. — Gracias.

— Cuando quieras — sonrió Yong, dejando a la vista sus encantadores hoyuelos. 

Esa misma tarde Byul se enamoró por segunda vez de Yongsun.

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