Capítulo 8

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Culpa.

Byul se sentía culpable.

Ni bien llegó a la entrada de su casa, abrió la puerta y sin mirar atrás subió las escaleras, dirigiéndose a su habitación. Cómo si de un muerto se tratara Byul se dejó caer en su desordenada cama, sintiendo como toda la energía abandonada su cuerpo. Se frotó el rostro completamente avergonzada de la situación que acababa de vivir con Yongsun.

Para empeorar las cosas, a pesar de la incómoda conversación, Yongsun había insistido y logrado convencerla para que se subiera a su auto y así poder llevarla sana y salva a su casa.

— ¿Cómo fui tan egoísta? — se regañó molesta consigo misma mientras agarraba una de sus almohadas y la colocaba encima de su cara. Ahora se sentía frustrada.

En ningún momento su intención fue incomodar a su novia al tocar un tema tan íntimo. Hablar acerca del sexo nunca le resultó complicado, tal vez se debía a que su madre siempre había tocado el tema con naturalidad, afirmando que la educación sexual era esencial para la formación. Después de todo, su madre era enfermera y constantemente traía folletos que informaban de aquello.

Pero la razón más evidente era que estábamos hablando de Moon Tiffany, quién no tenía pelos en la lengua al hablar de cualquier asunto que la sociedad consideraba tabú.

Moon Tiffany se había convertido en madre apenas cumpliendo 19 y no quería que su hija pasará por lo mismo a tan corta edad. Así que desde el cumpleaños número 16 de Byul, Tiffany empezó a charlar con ella acerca de todo lo que involucraba este nuevo mundo de sensaciones, es decir, una vida sexual activa. Las enfermedades sexuales, los diversos métodos anticonceptivos, el aborto y el consentimiento fueron algunos de los temas más recurrentes.

A pesar que en ese entonces Byul aún no mostraba interés emocional o físico hacia alguien -y menos en un alfa- estaba agradecida que su madre se preocupara de su bienestar. Por lo mismo, a sus ahora veinte años no lo pensó demasiado al preguntarle a Yongsun de cuando podrían dar el siguiente paso en su relación. Claro, se había dejado llevar por sus feromonas y su creciente frustración ante el constante rechazo de su novia que terminó cegada por la ira y finalmente se desquitó con la pobre alfa.

«Yo jamás he estado con alguien, y no quería decepcionarte por no saber qué hacer en tal situación.»

Escuchar esas palabras se sintió como un baldazo de agua fría. Y mientras el silencio se instauró entre ambas, miles de pensamientos y recuerdos llenaron la mente de Byul, encajando de la misma forma que las piezas de un rompecabezas.

Ahora comprendía por qué siempre Yongsun huía o buscaba una excusa para alejarse cuando los besos y caricias se intensificaban. La tensión sexual entre ambas era más que evidente, pero simplemente Yongsun prefería mantener una adecuada distancia de su atractiva omega y no sobrepasar la línea, incluso sabiendo que Byul estaba más que dispuesta en explorar y marcar su cuerpo. Después de todo, la dulce alfa era virgen y se sentía insegura de poder complacer a la mujer más joven.

Si bien Byul pensaba que el concepto y uso de la palabra "virginidad" era una idea mal construida por la sociedad, un pensamiento que buscaba detener la expresión y la liberación sexual; en el peor de los casos, llegar a desvalorar al hombre o mujer -en su mayoría omegas- que ya no encajaban en ese término. Muchos alfas y hombres betas llegaban a despreciar a su pareja si se enteraban que esta ya no era "virgen".

Byul sabía que Kim Yongsun no formaba parte de esos alfas. Yongsun era comprensiva, amable, empática y respetuosa. Era todo lo que estaba bien en este mundo para sus ojos.

Pronto un recuerdo se hizo presente, y tuvo que resistir para no golpearse por no haberse dado cuenta ese momento.

[Flashback]

Morning [Moonsun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora