Capítulo 7

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Dos años después.

Byul necesitaba un breve descanso. Luego de pasar al rededor de tres horas practicando una y otra vez la coreografía de su tan esperado debut, estaba realmente exhausta, sin mencionar que desde la mañana empezó a sentir su cuerpo un poco extraño, casi como si estuviera a punto de resfriarse. Supuso que era consecuencia del constante sobresfuerzo al cual se sometía estos días, solo faltaban dos semanas para su debut con "Selfish", y la ansiedad se había vuelto su compañera inseparable.

Permaneció sentada frente al gran espejo de la sala de ensayo, sus ojos permanecieron fijos en su reflejo cansado y sudoroso, su cabello ahora de color de naranja le hacía juego al tono carmesí de su rostro, sin embargo, algo andaba mal, su pecho no dejaba de subir y bajar, y un débil hormigueo recorría su cuerpo.

Pronto se dio cuenta que sus ojos lucían dilatados, su pupila haciéndose más predominante, esto hizo que frunciera el ceño, confundida y sobre todo asustada. Conocía estos síntomas muy bien, y poco a poco la angustia le estaba invadiendo.

— No, no, no, esto no me puede estar pasando — murmuró para sí misma, tratando de regular su respiración.

No debía estar experimentando su rutina por ningún motivo, llevaba más de un año bajo costoso supresores proporcionados por la compañía; Kim Dohoon, ceo de Rainbow Bridge World dejó muy en claro que siendo ella su primera artista, tenía que disminuir la producción de sus feromonas y por lo tanto mantenerse alejada de la posibilidad de engendrar un cachorro con su pareja. 

Porque sí, RBW estaba al tanto de su relación con Yongsun, eran compañeras predestinadas así que era imposible esconderlo. Dohoon realmente no se mostró en contra, y aun menos cuando supo que aquella peculiar alfa de apariencia adorable era la futura heredera del poderoso Clan Kim.

Para empeorar su situación, Byul comenzó a sentir un fuerte escozor en su cuello, zona donde se encontraba su marca. Pensó en llamar a Yongsun, y pedirle que la llevara a casa, después de todo no podía regresar ella sola en su condición, además que su madre tenía turno de noche en el hospital, pero entonces miro la hora en su teléfono, eran aproximadamente las doce de la noche y de seguro Yong se encontraba durmiendo o estudiando.

Sus ojos volvieron al reflejo de sí misma en el espejo. Con un suspiro entrecortado se alisó los mechones rebeldes de su cerquillo antes de levantarse, el dolor extendiéndose por sus extremidades. Quizás debería llamar a Wheein y a Hyejin, a fin de cuentas sus amigas acostumbran a tener una vida nocturna.

La puerta de la sala de ensayo se abrió de repente, dando paso a un dulce aroma a canela y chocolate que se filtró en la habitación; su susto se transformó en esperanza en cuestión de segundos.

— Sorpresa — dijo Yongsun sonriendo, sus manos sosteniendo un pequeño pastel en forma de corazón, cubierto de un glaseado lila y decorado con chispitas de colores.

Byul no lo pensó dos veces, y rápidamente fue corriendo hacía la alfa, quien tuvo que sostener el pastel con su mano izquierda, permitiéndole a su novia envolverla con sus brazos mientras que su rostro se refugiaba en el hueco de su cuello.

— No es la bienvenida que esperaba, pero no me quejo — murmuró la mujer mayor con tono suave, su brazo libre rodeando la cintura de Byul.

— ¿Qué haces aquí? — Byul se separó un poco para mirarla, contenta. — Quiero decir, ¿no deberías estar descansando? mañana tienes clases.

— No te preocupes por eso — Yongsun rodeo los ojos, sofocando una risa. — Por alguna razón, sentí que me necesitabas, así que aproveché la oportunidad para visitarte y de paso compré un pastel en la pastelería más cercana antes que cerrara.

— Gracias — dijo Byul enternecida por el detalle, sus brazos apretándose más en la cintura de Yong. — Realmente lo necesitaba.

— ¿Te refieres al pastel? porque conseguirlo fue una odisea.

— ¿Qué? No — la mujer más joven se rio. — Me refiero a tu calor, te necesitaba a mi lado.

— Bueno, eso tiene más sentido — susurró Yongsun acortando la distancia entre ellas, sus labios depositando un casto beso sobre los de la omega.

Aprovechando que eran las únicas en la habitación, Byul profundizó el beso, liberando a su vez una gran ola de aroma a jazmín. Había un dolor palpitando en su pecho, el deseo de unirse íntimamente con su compañera; deseaba ser reclamada, y reclamar a su alfa también. 

Pensar en Yongsun teniendo su marca, le aceleraba el corazón. Sus manos recorrían sin pudor el cuerpo de su novia, acariciando su cintura y abdomen por debajo de su camisa. Pero de alguna manera, Yongsun encontró la forma de alejarla sin aplicar mucha fuerza, su cuerpo ardía y no le gustaba la sensación.

— No, no debemos hacer esto — anunció Yong sonrojada, alejándose rápidamente. 

A pesar del rechazo, Byul siguió a la alfa hasta la mesa de madera, ubicada en una esquina de la sala, lugar donde colocó el pastel. Espero que esta se girara para decir lo evidente.

— Mi rutina está por comenzar.

— Lo sé, tu olor predomina más. Pensé que la empresa te daba supresores.

— Lo hace, sin embargo, creo que es un efecto secundario de tanto entrenamiento.

— Es posible, lo mejor será llevarte a tu casa.

— ¿No piensas ayudarme?

— No te preocupes, en el camino llamaremos a tu mamá, ella sabrá cuidarte.

— ¿Por qué? ¿Por qué no puedes ayudarme ahora? — pregunto, su voz con un ápice de enojo.

El dulce aroma a canela a chocolate se había vuelto estimulante, prueba fehaciente que Yongsun también la necesitaba, pero al parecer seguía negándose a dar ese paso, como siempre. 

— ¿Hablas en serio? — respondió la alfa con molestia. Sus ojos fijos en la figura enojada de Byul. — Literalmente estamos en un lugar público, en cualquier momento puede entrar alguien y encontrarnos-

— No me refiero a eso, Yongsun — la interrumpió, dejó escapar un gemido de frustración antes de reponerse. — Llevamos casi tres años siendo novias, y nunca hemos ido más allá de caricias; no quiero obligarte a hacer algo que no quieres, pero necesito que seas sincera conmigo acerca del por qué siempre huyes de mí en momentos como este.

— Yo... — Yongsun tragó saliva visiblemente, encontrándose con los ojos oscuros de su omega. — Uhm... yo jamás he estado con alguien... y no quería decepcionarte por no saber qué hacer en tal situación.

Byul se quedó sin palabras, mirando el rostro completamente avergonzado de Yong.

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P.D: Yong y Byul ahora tienen 20, por si no sabían.

Morning [Moonsun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora